Imagina que un día empiezas a oír un ruido que aparentemente nadie más puede escuchar. Un zumbido bajo que las personas a tu alrededor son incapaces de percibir, pero que para ti es muy real. Una molestia constante que te impide dormir, que te causa dolores de cabeza y hasta sangrados de la nariz. ¿Qué harías si el ruido continúa durante semanas, tu familia no te cree y no encuentras causas médicas para esa molestia que te impide vivir con tranquilidad? ¿Qué pasaría si encuentras por casualidad a otras personas que también pueden escuchar ese ruido? Hoy quiero recomendarles Los que oyen, de Jordan Tannahill. Un libro en el que la obsesión, la búsqueda espiritual, las conspiraciones y la necesidad de pertenecer se unen en una mezcla explosiva.
«Lo que todavía me cuesta asimilar es que algo tan pequeño, tan inocuo, precipitase la desintegración absoluta de mi vida. Que toda esa búsqueda espiritual, trascendencia y devastación se iniciara con un sonido tenue, apenas perceptible».
La novela nos cuenta la historia de Claire Devon, una mujer de cuarenta años, casada, madre de una adolescente, que trabajaba como profesora en el instituto en el que estudia su hija. Cuando empieza la narración, trata de explicar las circunstancias que llevaron a su vida a desintegrarse. El libro está escrito de manera que es la misma Claire quien nos relata su caída en desgracia. Comienza hablando de que quizás hayas visto el meme viral en el que aparece desnuda gritando ante un montón de cámaras de televisión, así como los reportajes que describen los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en Sequoia Crescent.
Desde el inicio sabemos que las cosas terminan mal para nuestra narradora, y que ella trata de reconstruir y contar cómo lo vivió en primera persona, sin sentirse una víctima o la villana de la historia, como muchos opinan que es. Sin embargo, no importan las advertencias y que conozcamos de antemano que el final será amargo; aun así no estaremos preparados para lo que la novela nos irá desvelando. Y es que todo se desencadena por algo muy pequeño: un sonido tenue que ni Paul, el marido de Claire, ni Ashley, su hija, escuchan. Cuando una noche nuestra protagonista empieza a oír un zumbido bajo que no le deja dormir, se obsesiona con buscar el origen. Y aunque nadie en su familia puede oírlo, ese ruido comienza a alterar su vida de manera irreversible.
«El sonido me inquietaba. Tenía algo que me chirriaba, no se parecía a ningún otro ruido blanco que hubiese oído antes y sabía que no podría dormirme hasta descubrir su procedencia».
Lo que inicia como una búsqueda del origen del zumbido, termina por crear una fisura en la relación que mantiene Claire con su familia, porque, al no escucharlo, ellos piensan que el sonido no existe. Y al sentir que ni su marido ni su hija la creen, y no encontrar respuestas en los exámenes médicos a los que se somete, el sentimiento de aislamiento y soledad, unidos al insomnio, los dolores de cabeza y el malestar de no poder descansar, terminan creando el caldo de cultivo perfecto para el desastre. Así que el día que Claire descubre que uno de sus alumnos adolescentes también escucha el ruido, empiezan a establecer una relación de complicidad y de búsqueda de respuestas que los llevará a descubrir a otro grupo de vecinos que también escuchan el zumbido.
(Poster de The Listeners la miniserie que adapta el libro)
Así, lo que originalmente era solo la reunión de un grupo variopinto de personas con dificultades para vivir con las consecuencias de oír constantemente ese zumbido, un espacio de apoyo en el que encontrar el consuelo que en sus familias no encuentran, va cambiando poco a poco hasta convertirse en lo único en lo que los miembros del grupo pueden confiar. Y aunque Paul y Ashley ven las reuniones como una secta, para Claire son el único lugar en el que se siente vista y comprendida. No una víctima o una mujer que tiene alucinaciones, sino una persona que busca respuestas.
«Para unos es ciencia, para otros es algo divino. Y ruido blanco industrial para algunos. Fuera lo que fuese, seguía sin dejarme dormir».
Ruido, conspiraciones, paranoia, soledad, trascendencia, familia, identidad, sectas… Los que oyen, de Jordan Tannahill, es una novela adictiva, que te hace querer encontrar las respuestas que tanto ansía su protagonista. Ver la manera en la que una vida puede ser destrozada por completo por algo tan pequeño como un ruido te hace plantearte hasta qué punto nuestra identidad y cordura están atadas a creer que somos escuchados, que formamos parte de una comunidad o algo más grande. A no sentirnos solos o como víctimas. Y a buscar esa comprensión y validación tal vez en los lugares menos adecuados. Claire es el tipo de protagonista con la que no siempre logramos empatizar, muchas de sus decisiones resultan cuestionables, pero llegamos a entender sus motivos. Así que si están buscando una lectura que los lleve a plantearse preguntas incómodas, tienen que darle una oportunidad.
PD: en Filmin podemos ver la serie The Listeners que adapta el libro y que fue guionizada por el propio autor.
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