Ya saben lo que disfruto de los mitos griegos. De esas historias de dioses, titanes y ninfas, de cómo se relacionaban entre ellos y con la humanidad para regir y transformar su destino. Así que, cuando supe de la existencia de la novela de la que hoy les quiero hablar, intuí que me iba a gustar, pero no podía anticipar cuánto. Circe, de Madeline Miller que llega con la traducción de Jorge Cano Cuenca y Celia Recarey Rendo nos presenta una adaptación fascinante y cautivadora de la historia de la famosa hechicera que conocimos en la Odisea de Homero, para que no solo descubramos a la mujer poderosa que se esconde bajo el mito sino también sus deseos y motivaciones.
“Cuando nací, no había palabra para lo que yo era. Me llamaron ninfa, suponiendo que sería como mi madre, mis tías y mil primas… Esa palabra, ninfa, marcaba el alcance y la envergadura de nuestros futuros. En nuestra lengua no solo significa 'diosa', sino también 'novia'”.
Hija del poderoso titán Helios y de la náyade Perse, todos asumieron que Circe sería solo otra ninfa más. Pero pronto descubrió que no poseía ni los modestos poderes de los que hacían gala su madre y toda su familia. Su don, el que la haría diferente y luego ser temida tanto por dioses como por hombres, era otro. Ella y sus hermanos se transformaron en los primeros hechiceros, pero fue Circe la que terminó por poseer el mayor poder y maestría entre ellos.