Imaginen cómo sería vivir en una casa repleta de salas inmensas. Habitaciones llenas de estatuas de tamaño monumental. Estancias que parecen infinitas, que dan paso siempre a otra más de características similares pero en las que no hay dos estatuas iguales. Un lugar en el que, además de aves y peces, solo hay un habitante más a parte de ti. Un sitio en el que las mareas golpean las paredes y con sus subidas pueden arrasar todo. Ese escenario de ensueño es el que nos presenta Piranesi, de Susanna Clarke, el regreso a las librerías de la autora de Jonathan Strange y Mr. Norrell ,y otra de las obras que deseaba compartir con ustedes durante el #LeoAutorasOct.
«La Hermosura de la Casa es inconmensurable; su Bondad, infinita».
Describir este libro sin arruinar la experiencia lectora con spoilers es muy complicado, pero haré el intento. Esta es la historia de nuestro narrador, Piranesi, aunque ese realmente no es su nombre. Es solo la manera en la que el Otro lo llama. En esa casa inmensa y aparentemente infinita solo hay dos habitantes vivos: Piranesi y el Otro. Un científico con el que nuestro narrador se reúne un par de veces a la semana y al que ayuda con su investigación, esa que busca encontrar entre las infinitas salas «El Gran Conocimiento Secreto».