El amor puede tomar muchas formas, puede ser incondicional y desinteresado, pero también puede estar estrechamente vinculado con el miedo y llegar a ser aterrador, posesivo, tan desvirtuado que poco o nada se parece ya al sentimiento que cree representar. Hoy quiero hablarles de Amor de monstruo, de Katherine Dunn, una novela fascinante y cautivadora sobre una familia poco convencional que, en medio de una feria itinerante, nos demostrarán todas las formas de amor imaginables, incluso las más retorcidas.
“Pensaban utilizarme y avergonzarme, pero les venzo por naturaleza, porque un verdadero monstruo no se hace. Un verdadero monstruo nace”.
Esta es la historia de Olympia, la cuarta hija de los Binewski, nacida enana, albina y jorobada. Aunque de entrada les parezca que estas características la transformaban en alguien extraordinario, creció sabiendo que era la menos prodigiosa entre sus hermanos, todos con mutaciones mucho más extrañas e interesantes. Arturo, el hijo mayor, tiene aletas allí donde deberían estar sus extremidades; Elly e Iphy son siamesas unidas por la cintura; mientras que el menor de todos, Fortunato, aunque posee una apariencia completamente corriente que hace que todos asuman que es un «norma», esconde un poder incluso mucho mayor que el de todos sus hermanos.