Los últimos jinetes de dragón de Bowbazar, de Indra Das

 

¿Qué harías si tu familia mantiene en secreto su origen? ¿Cómo sería crecer sintiendo que no encajas en ningún lugar? ¿Si en el colegio te acosan porque no conoces de dónde procede tu clan? ¿Qué pasaría si tuvieses extraños sueños con dragones y serpientes? ¿Si no puedes distinguir qué es realidad y que es ficción con respecto a tu familia? Hoy quiero recomendarles Los últimos jinetes de dragón de Bowbazar, de Indra Das. Una historia preciosa sobre un chico que crece en Calcuta y lucha por encontrar su lugar. Una novela llena de amor por los libros y las cosas imposibles. Y que nos llega con la cuidada traducción de Rebeca Cardeñoso.

«Si el árbol de dragones era real y mi familia tenía el privilegio de ocuparse de una maravilla así, ¿por qué iban a mostrármelo solo una vez, cuando era pequeño y acababa de descubrir lo que eran los dragones gracias a los libros y a los dibujos animados y a las películas en cintas de VHS piratas?».

El libro nos cuenta la historia de Ru, Reuel George, un joven que crece en Calcuta y al que conocemos desde que era un niño al que sus compañeros de clases apodaban “la serpiente de ninguna parte”. Sin poder explicar cuál era el origen de su familia, sus raíces o si practicaban o no alguna religión en particular, los otros niños de su escuela lo acosaban por ser diferente. Al no poder clasificarlo, pasaba directamente a ser el otro. Mientras crecía y deseaba encajar, Ru preguntaba a sus padres sobre sus orígenes, pero siempre recibía evasivas o respuestas incompletas. Así que cuando recibe de parte de su padre algo parecido a una respuesta, contándole que su apellido era George por San Jorge, el que mató al dragón, nuestro protagonista empieza a inventar su propia versión del pasado.

(Detalle de la cubierta ilustrada por Tran Nguyen)

Ru no puede ni sospechar lo cerca o lejos que esas historias que narraba a sus compañeros estaban de la realidad. Nuestro protagonista se había convencido a sí mismo de que los dragones no podían ser reales. Que esos recuerdos que creía tener no eran más que sueños y fantasías que él había creado a partir de las historias que le contaba su padre, que hacía tiempo había escrito un libro de ficción llamado La hija del dragonero. Ya que si de verdad su familia se dedicase a cuidar de dragones, ¿por qué solo se lo mostrarían una vez cuando era niño pequeño?

«He bebido el té del olvido a lo largo de toda mi vida, desde que era niño. Mis padres lo convirtieron en un ritual diario, después de las comidas y antes de la hora de dormir».

Dividido en seis padres, el libro nos lleva a acompañar a Ru mientras crece y descubre la verdad sobre su familia y su existencia. Así mismo lo acompañaremos cuando conoce a la que será su primera amiga real: Alice. Una joven de origen chino que se transformará en su guía en Calcuta. Una ciudad que Ru no había explorado de verdad hasta que se hacen amigos. Una relación que se irá desarrollando lentamente a lo largo de los años y que es un verdadero placer descubrir. Mientras lo leía no pude evitar pensar en lo familiar que se me hacía la adolescencia que describe el autor. Por todas las referencias musicales, los discman o el jugar al Mortal Kombat y hasta que no hablan del estreno de la adaptación de El señor de los anillos el año en el que ambos cumplían dieciocho que fue el momento en el que puede hacer cuentas y estar segura de que teníamos solo un año de diferencia esos protagonistas y yo.

(Cubierta ilustrada por Tran Nguyen)

Aunque el protagonista indiscutible del libro es Ru, disfruté muchísimo también conociendo a Alice. Esa chica que se vuelve su mejor amiga y su primer amor. Verlos crecer a ambos compartiendo lecturas y experiencias, así como creando teorías sobre la familia de Ru es encantador. También tengo que destacar lo maravillosos que son los personajes secundarios como la madre y la abuela de Ru, al igual que su padre. Cada uno con sus propias historias que contar aunque cometan errores mientras tratan de hacer lo posible por cuidar de Ru. Tienen que conocerlos a todos. También a esa biblioteca llena de fantasía, ciencia ficción y terror a la que nuestro protagonista tiene acceso gracias a su padre. Del mismo modo que a esa casa llena de habitaciones prohibidas que vale la pena explorar.

«Pero lo cierto es que a veces yo no sé lo que es real y lo que no. Si mi familia es de este país, o de ninguna parte, o de dónde. No sé cómo de factible es pertenecer a una cultura de la que nadie más en el mundo parece haber oído hablar. No sé quién es… “mi gente”, ni quién debería ser yo. No me siento indio, ni un hombre como se supone que deben ser los hombres, hay día que ni siquiera me siento humano».

Dragones, inmigración, acoso, olvido, roles de género, el primer amor, no encajar y un pasado familiar que puede contener mucha más magia e imposibilidades de las que cualquiera pueda imaginar… Los últimos jinetes de dragón de Bowbazar, de Indra Das es una novela corta de las que no se olvidan (al menos no sin tomar el té del olvido para leerla de nuevo como si fuese la primera vez). El autor va creando una historia maravillosa de crecimiento en la que veremos evolucionar a un personaje al que le tomamos cariño desde las primeras páginas. Es una novela que además está repleta de amor por los libros y de imaginación. Hay que destacar también lo alucinante de esa cubierta de Tran Nguyen y las increíbles ilustraciones interiores de Almudena Martínez que son el complemento perfecto para la historia. Si están buscando una novela que los haga soñar tienen que darle una oportunidad. Esos jinetes de dragones les robaran el corazón.

(Detalle de la cubierta ilustrada por Tran Nguyen)

¿Han leído Los últimos jinetes de dragón de Bowbazar? ¿Les llama la atención?