Empecé el año con un libro de cinco estrellas de una autora que me conquistó por completo. Así como este mes salía a la venta su nueva novela, no dudé ni un segundo en empezar a leerla en cuanto me llegó. Por eso hoy quiero recomendarles Lo que mueve a los muertos, de T. Kingfisher, un increíble retelling de uno de los relatos más famosos del maestro Edgar Allan Poe: La caída de la casa de Usher. Una novela corta gótica que hará que, si aún no han leído la historia original de Poe, lo hagan luego con ganas, o que lo descubran desde una nueva perspectiva si ya lo han hecho. Y bueno, en esta versión hay más hongos, muchos más hongos.
«Quizás no habría sido tan perturbador si las setas no hubieran tenido un aspecto tan parecido al de la carne, con esos sombreros húmedos y protuberantes de color beige, hinchados contras las láminas oscuras. Brotaban entre las piedras de aquel lago de montaña como tumores en una piel enferma».
Nuestro narrador es Alex Easton, un soldado de jura que viaja hasta una remota región de un lugar llamado Ruravia tras recibir una perturbadora carta. Su amiga de la infancia, llamada Madeline Usher, le escribió avisando que su hermano cree que ella está muriendo y, ante semejante noticia, nuestro protagonista no puede hacer otra cosa que visitar esa mansión familiar que Madeline y su hermano Roderick heredaron hace algunos años, y de la que su madre les había alejado cuando eran pequeños. Un lugar que causa una impresión aterradora en nuestro narrador, y que está acompañado por un inmenso y perturbador lago y una gran cantidad de extraños hongos.
(Ilustración de Marina Vidal para la edición de Crononauta)
Los peores temores del teniente Easton se confirman cuando ve por primera vez a Madeline, pero tampoco su mellizo Roderick parece haber escapado por completo de la extraña dolencia que tiene a su amiga de la infancia a las puertas de la muerte. El joven se encuentra profundamente alterado, con los nervios destrozados ante la perspectiva de perder a su melliza. Aunque el primer instinto de Easton es alejar a los Usher de esa mansión familiar, su excompañero del ejército se opone a dejar su hogar. Afirma que Madeline no aguantaría el viaje y él se niega a arriesgarse a que su delicada condición se pueda ver agravada con ese tan necesario cambio de aires que propone nuestro protagonista.
«El moho trepaba por los tablones de madera pálida, formando constelaciones de puntitos negros—. He empezado a oír cosas. Lo oigo todo. Los latidos de mi corazón. La respiración de los demás es como un trueno. A veces me parece que oigo hasta la carcoma de las vigas».
Ante la imposibilidad de alejarse del ruinoso hogar, Easton empieza a averiguar cuál puede ser la causa de la enfermedad de Madeline. Aunque su sonambulismo y esa manera tan extraña que tiene de hablar en algunos momentos la joven hacen que la búsqueda de una posible solución no sea solo necesaria, sino una carrera contra reloj. Y es aquí cuando la ayuda del médico de la familia, un americano que ha sido incapaz de encontrar el origen de lo que aqueja a los Usher, y de una micóloga británica que se encuentra en la región estudiando los extraños hongos que rodean la mansión, serán claves para tratar de encontrar la causa de los males de esos dos jóvenes que parecen condenados.
Me gustó muchísimo la manera en la que Kingfisher logra crear una historia alternativa tan fascinante que honra mucho al original, pero que a su vez lo dota de la suficiente personalidad para que, si no conocen la historia de Poe lo puedan disfrutar de igual manera. Mansiones góticas y hongos es una combinación que causa fascinación (si han leído Gótico de Silvia Moreno-Garcia, no se preocupen porque, aunque tienen elementos en común, son diferentes). Todo lo relacionado con los soldados de jura y los diversos géneros gramaticales que existen en el país del que viene el protagonista es fascinante, pero es mejor que lo descubran al leer. (Lamento que el español no tenga más géneros y no poder también llamarle ka en mi reseña y que se entienda).
«Los muertos no andan. Salvo cuando sí—».
Mansiones destartaladas, enfermedades, lagos, liebres, hongos… Lo que mueve a los muertos, de T. Kingfisher, es un retelling fascinante de principio a fin. Con una ambientación poderosa que los hará estremecer y con unos personajes muy bien definidos a pesar de ser una novela corta. Si como yo son fans de Poe, aquí encontrarán un homenaje que le hace justicia a su relato. Me encanta el humor de Kingfisher y que sus personajes sean tan fascinantes como sus historias. Me gustaría destacar la espectacular cubierta ilustrada por Marina Vidal y la excelente traducción de Arrate Hidalgo, los libros de Crononauta están siempre editados con mino y se nota en todos los detalles. Si están buscando una novela que les haga leer sin parar, tienen que darle una oportunidad (aunque probablemente cuando la terminen ya no quieran estar nunca más cerca de un lago, de hongos o de liebres).
¿Han leído Lo que mueve a los muertos? ¿Les llama la atención?
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