Si llevan un tiempo por aquí ya saben lo mucho que me gustan las historias de Gwendolyn Kiste. La autora estadounidense que me conquistó con Las doncellas de óxido no ha parado de sorprenderme una y otra vez. Por eso siempre es una alegría que nos lleguen más de sus obras en español. Como mi nueva lectura del #LeoAutorasOct hoy les quiero recomendar su libro más reciente: Todas y cada una de las chicas de la curva. Una novela corta que nos hará preguntarnos qué ocurre con las protagonistas de las leyendas urbanas que todos conocemos cuando no están asustando a los incautos que se cruzan con ellas. Y que nos llega en español gracias a Dilatando Mentes Editorial con la traducción de José Ángel de Dios.
«Somos una casa rebosante de Marys, de Chicas de la Curva, de fantasmas, el mortero que nutre las leyendas urbanas y rimas infantiles más desquiciadas. No sabemos cómo hemos llegado hasta aquí y no sabemos cómo abandonar este lugar».
El libro cuenta la historia de Rhee, aunque casi nadie la conoce por ese nombre. A nuestra protagonista todo el mundo la llama La Chica de la Curva. Ella es un fantasma que no recuerda nada de su pasado. Sin embargo, cada noche se despierta en medio de una solitaria carretera, lista para hacer autostop y alimentarse del miedo que provoca en los incautos que se ofrecen a llevar en sus autos a esa solitaria chica solo para descubrir que ella no es lo que parece. Un ritual que se ve obligada a realizar una y otra vez hasta que siente el llamado de la oscuridad y debe volver a casa.
Aunque su hogar es tan extraño como ella misma. Rhee vive en una mansión destartalada en medio de ninguna parte. Una casa que comparte con otras cuatro mujeres protagonistas de leyendas urbanas: Verónica, esa chica que aparece en el espejo si recitas su nombre tres veces (a la que también se conoce como Bloody Mary). Ama Mary, una mujer salida directamente de una canción infantil y cuyo cuerpo está cubierto por todo tipo de plantas venenosas. Mack, una jovencita condenada eternamente a construir su propio ataúd y que es la protagonista de su propia y macabra canción infantil para jugar a las palmas. Y por último tenemos a Mary Lwyd, un terrorífico espectro salido de una leyenda que siempre está acompañada por el cráneo de un caballo.
«Las cosas no deberían ser así. Nadie debería estar tan solo, ni siquiera los fantasmas».
Ninguna de nuestras protagonistas recuerdan su pasado, si es que tuvieron uno. O cómo llegaron a esa casa. Solo saben que deben salir en las noches y asustar a los humanos, porque es su miedo lo que las alimenta y las mantiene “no vivas”. El problema es que esa no vida se ve alterada cuando sin que sepan el motivo empiezan a debilitarse y encontrar cada vez más difícil asustar a los humanos en sus paseos nocturnos. Y descubrir qué les está ocurriendo se volverá la principal misión de Rhee. Quizás si encuentra más sobre el origen de sus leyendas y cómo se transformaron en lo que son, de su pasado, puede evitar que sus hermanas y ella misma desaparezcan.
Es fascinante la manera en la que Kiste va creando un universo tan familiar como perturbador. Uno poblado con creencias populares pero haciendo que nos preguntemos por mucho más. Para encontrar las raíces de las leyendas urbanas, de esas perturbadoras rimas infantiles, de los mitos, de las historias de terror que de alguna manera se van transmitiendo de generación en generación y están protagonizadas siempre por mujeres de las que sabemos muy poco o nada. Aunque quizás no tengan el origen que ustedes o yo imaginamos, sino uno tan inquietante que tienen que descubrir al leer. Yo solo conocía a dos de las Marys que protagonizan el libro, pero es divertido imaginar las posibilidades de hacer algo parecido con las leyendas locales. Porque en todas partes existen las chicas de las curvas, esos fantasmas femeninos con pasados misteriosos o trágicos que buscan aterrorizar a los vivos.
«Hace tiempo, la oscuridad me robó la vida. Ahora también me roba el más allá».
Fantasmas, leyendas urbanas, oscuridad, secretos, amistad, amor… Todas y cada una de las chicas de la curva, de Gwendolyn Kiste es una novela corta maravillosa. Llena de misterios y secretos que querrán descubrir. Así como también de crítica social. Que nos habla de la amistad y la posibilidad de que unidas somos más fuertes. De amores que parecen imposibles pero que quizás no lo sean. Que pone el foco en esas chicas olvidadas que se deslizan por la vida hasta que son atrapadas por la oscuridad. Un cuento de hadas oscuro que tiene el tipo de final que te hace seguir pensando en él mucho tiempo después de cerrar el libro. Si están buscando una novela corta que les haga imaginarse el pasado de algunas protagonistas de leyendas urbanas tienen que darle una oportunidad.
¿Han leído Todas y cada una de las chicas de la curva? ¿Les llama la atención?
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