Almendra, de Won-Pyung Sohn

 

Imaginen cómo debe ser vivir sin sentimientos. Ser incapaces de sentir tristeza, ira o miedo no parece tan terrible, puede que incluso nos resulte una idea deseable. Pero ¿cómo sería nuestra existencia sin experimentar satisfacción, alegría o incluso amor? Hoy quiero hablarles de Almendra, de Won-Pyung Sohn. La primera novela de la reconocida escritora y directora de cine coreana que llega a nuestro país gracias a la editorial Temas de Hoy. Y con la excelente traducción de Sunme Yoon, quien ya se ha encargado de traernos en español las obras de otras grandes autoras surcoreanas como Han Kang: La vergataria (Editorial Rata, 2017), Actos humanos (Editorial Rata, 2018) y Blanco (Editorial Rata, 2020).

«Las reglas sociales que el resto de las personas adquirían de manera “instintiva” y sin ninguna dificultad, yo tenía que estudiármelas de memoria una por una».

Esta es la historia de Yunjae, un joven de dieciséis años que desde niño fue diagnosticado con alexitimia, una condición que lo incapacita para sentir y expresar los sentimientos. Nuestro protagonista no experimenta del todo las emociones, ni tampoco puede leerlas correctamente en las demás personas, lo que causa que sea rápidamente etiquetado como «bicho raro» en cuanto descubren que es diferente a los demás. Por eso tanto su madre como su abuela se encargan de ir enseñándole cómo debe reaccionar ante cada situación, para que así pueda aparentar normalidad.

Pero la vida de Yunjae se transforma de manera radical cuando en un ataque aleatorio en la calle su abuela es asesinada y su madre queda en un coma del que todo el mundo cree que nunca despertará. Así, el adolescente se ve completamente solo por primera vez. Sin la guía de las dos mujeres que lo ayudaban a comprender los sentimientos de los demás a través de largas memorizaciones y con la creación de escenarios hipotéticos, así como de las posibles respuestas que serían adecuadas en cada ocasión.

«El miedo es un método de defensa instintivo que cuida la integridad física. No saber lo que es el miedo no significa ser valiente, sino ser un idiota que se queda inmóvil cuando se viene encima un automóvil».

Sin embargo, la ayuda llegará de lugares inesperados. Desde un panadero (que antes era doctor) que era amigo de su madre y se comprometió a cuidar de Yunjae si algo le pasaba a ella, hasta una chica que ama correr. Pasando por el más improbable de los implicados: un chico problemático del colegio al que todos le tienen miedo, y del que nadie sospecharía que podría convertirse en su mejor amigo. Porque el inicio de la relación con Goni es violento y muy cruel. Precisamente a través de ese vínculo tan improbable la autora nos habla de la empatía, de cómo a veces un chico duro no es más que un joven vulnerable que busca ocultar con violencia sus miedos. Todos pueden ser salvados, solo no hay que dejar de intentarlo.

Con capítulos cortos y dividido en cuatro partes, en el libro veremos crecer y evolucionar a Yunjae de manera espectacular. Precisamente que los capítulos sean breves y estén narrados en primera persona (una que es muy directa y un tanto fría) hace que el libro sea adictivo. Una vez que empiezas a leer simplemente quieres saber más, y acompañar a su protagonista a través de todo el acoso, la soledad, la incomprensión. Porque aunque a él por su condición no le afecten muchas de las cosas que están pasando, a ti como lector te rompen el corazón.

«Los libros me transportaban en un instante a los lugares donde no podía ir, me transmitían las confesiones de personas que no conocía y me mostraban las vidas que no podía observar de cerca. También estaban repletos de sentimientos que no podía sentir y de experiencias que no había vivido».

Uno de los detalles que me encantó es que la madre de nuestro protagonista tiene una librería de segunda mano. Allí Yunjae establece una relación especial con los libros y las historias. Encuentra entre las viejas páginas una manera de entender el mundo y los sentimientos que por su condición no experimenta de primera mano. Esa librería es su primer refugio, y el lugar donde aprenderá a descubrir los sentimientos negativos pero también los positivos. Es una novela que desborda amor por los libros y como lector pocas cosas me gustan más.

También disfruté mucho al conocer más de la problemática pero fuerte relación que existe entre la madre y la abuela de Yunjae. Dos mujeres muy diferentes que, aunque no paran de pelear porque tenían expectativas muy distintas la una de la otra sobre cómo deberían ser sus vidas, se unen para cuidar de un chico que las necesita a ambas y le dan todo su amor. Aunque la forma que adopta ese amor puede llegar a suponer una carga para nuestro protagonista. No hay relaciones familiares fáciles y la autora aquí lo demuestra con maestría.

«Ellas constituían todo mi universo, pero ahora que no estaban debía aprender que existían otras personas en el mundo».

Soledad, tristeza, crueldad, empatía, amistad, amor… Almendra, de Won-Pyung Sohn es una novela maravillosa que nos deja ver crecer y evolucionar a un personaje que tiene que enfrentarse al mundo de manera diferente. Un chico sin la capacidad de sentir o expresar sentimientos que ve cómo todo su mundo se derrumba pero que decide seguir adelante y dar oportunidades a personas que otros podrían considerar que no las merecen. Una novela que nos habla de la empatía y la verdadera comprensión. Un libro que además está lleno de crítica social, y habla de temas tan importantes como el bullying. Si están buscando una historia diferente y que les emocione, si desean conocer a un personaje único, tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Almendra? ¿Les llama la atención?