El dios asesinado en el servicio de caballeros, de Sergio S. Morán

Despertarte con el cadáver de un dios griego en el maletero no es algo que ocurre todos los días, ni siquiera cuando eres una detective paranormal apodada Parabellum que está acostumbrada a lidiar con toda clase de seres mitológicos y a la que recurren tanto los humanos, como un gran número de esas criaturas cuando tienen los más diversos problemas. Pónganse cómodos, hoy les voy a hablar de una de las novelas más divertidas que he leído en mucho tiempo: El dios asesinado en el servicio de caballeros de Sergio S. Morán.

“Tienes el cadáver de un dios en el maletero”.

Ese es el mensaje que se encuentra nuestra detective escrito a bolígrafo en su brazo izquierdo, cuando se despierta en medio de una cafetería de carretera, sin recordar que ha pasado en las últimas horas en su agitada vida. Descubrir primero cómo llegó ella allí y también quién es realmente el ocupante de su maletero, se convierte en la primera y divertida misión, porque si hay algo asegurado en  la novela de Sergio, son las carcajadas.

Parabellum es solo su nombre de guerra, tras la dura detective paranormal que es reconocida y temida en el submundo de Barcelona y sus alrededores, se encuentra Verónica, una chica un tanto insegura que finge ante su novio Roberto que es solo una detective privada con un trabajo totalmente aburrido, que consiste principalmente en descubrir a esposos infieles y arreglar problemas de herencias.

“La tecnología y las leyendas nunca se habían llevado bien, por muy útil que fuese para mi trabajo. No creo que Zeus tuviese Facebook”.

Esa doble vida, que se transforman también en una especie de doble personalidad, pues donde Verónica duda y titubea antes de actuar o mentir, Parabellum es fuerte, decidida y usa los más diversos recursos para resolver sus casos, pues nadie se hace un nombre entre seres antinaturales si no asume riesgos, y al fin y al cabo, si no trabaja no cobra y aunque viva entre mitos, ella debe comer, cosas de ser humana.

Así que tratar de deshacerte de un poltergeist para poder pagar las cuentas,  ir a beber a un bar administrado por un clurichaun (una especie de leprechaun pero que aún bebe más) tener a un vampiro en el marcado rápido, luchar con valkirias o trabajar ocasionalmente para un descendiente de una Gorgona es su día a día, en el que Roberto su novio, que es una especie de periodista, no participa. Ella lo mantiene alejado por su propia seguridad y también porque al final del día, su relación con él es de las pocas cosas que la hace sentir humana, normal.

Evitar una guerra entre dioses de diferentes panteones parece ser un caso que le queda grande a Parabellum, y en el que por alguna razón luce como que nadie desea que participe, pero su intervención puede ser decisiva en un enfrentamiento que parece ser inevitable, todo ello mientras resuelve otros casos, pues incluso los famosos presentadores de televisión se pueden ver inmersos en los problemas con el submundo y tener una amiga médium puede dar más problemas que soluciones.

“Era lo peor que le había pasado al submundo en mucho tiempo, y hablábamos de un ambiente en el que los adoradores de Cthulhu y los sacerdotes satánicos quedaban los domingos para invocar una paella”.

Divertida a más no poder,  El dios asesinado en el servicio de caballeros  es una obra en la que Sergio S. Morán parodia a las clásicas historias de detectives, utilizando los clichés del género para hacerlo reconocible pero con una vuelta de tuerca que nos hace imposible no querer acompañar a Verónica en medio de sus investigaciones, mientras nos reímos a carcajadas por momentos, para luego identificarnos con sus inseguridades y sus miedos. Además, tiene el tipo de final que te hace querer leer no solo una continuación, sino toda una serie con cientos de casos de Parabellum, yo necesito más.

Aquí pueden leer dos de mis frases favoritas del libro.

¿Han leído El dios asesinado en el servicio de caballeros? ¿Les llama la atención?