In the Nevernever: La estirpe de Lilith: Ritos de madurez, de Octavia E. Butler

La estirpe de Lilith: Ritos de madurez, de Octavia E. Butler

05 agosto 2021

 


¿Qué significa ser diferente? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar para darle a la humanidad otra oportunidad? Imagina lo complicada que sería tu vida si fueses el primer ser masculino nacido de una mujer humana con ADN extraterrestre. Ser el primer hombre que une en su cuerpo a humanos y a oankali, esos extraños alienígenas que salvaron a la humanidad y a la Tierra del exterminio causado por sus absurdas guerras. Hoy quiero recomendarles Ritos de madurez, de Octavia E. Butler. El segundo libro de la Trilogía Xenogénesis que ahora podemos encontrar en librerías gracias al sello Nova recopilada en un solo volumen: La estirpe de Lilith. Con la traducción de Luis Vigil corregida por Pilar Márquez.

«Sentirán resentimiento hacia él por no ser completamente humano y parecerlo más que sus criaturas. Lo odiarán por aparentar mucha menos edad de la que parecerá tener cuando hable. Lo odiarán porque a ellos no se les ha permitido tener hijos varones. Tu gente ha hecho que los niños con aspecto humano sean un bien muy valioso».

Esta es la historia de Akin, el primer hijo de Lilith, la protagonista del libro anterior: Amanecer (Mi reseña). Aunque desde el final de la primera novela han transcurrido algunos años y Lilith ha tenido varias hijas, hasta este momento los oankali no habían permitido que las humanas tuvieran hijos varones. Porque crear individuos masculinos que fuesen lo suficientemente humanos como para nacer de otra humana podría representar el verdadero peligro para los seres extraterrestres con los que ahora comparten la Tierra. Un planeta que, al igual que las personas que ahora lo habitan, cambió para recuperarse de los destrozos que las guerras nucleares causaron.

Pero aunque una parte de los pocos sobrevivientes de la humanidad, como Lilith, aceptaron a los oankali y viven en comunidad con ellos, existen poblados de resistentes. Humanos que se niegan a tener descendencia con los extraterrestres que ya no serán completamente humanos, y que viven alejados de los habitantes de las estrellas sin posibilidades de tener hijos. Porque aunque los extraterrestres no los obligan a vivir en sus aldeas, los modificaron antes de enviarlos de nuevo a la Tierra para que no pudiesen tener hijos sin su intervención. Así, aunque ahora viven vidas más largas a las que tenían antes de la guerra, y envejecen de manera más lenta, son existencias sin futuro a largo plazo.

«Los humanos persiguen a sus diferentes, y sin embargo los necesitan para ganar ellos mismos definición y estatus. Los oankali buscan la diferencia y la recopilan. La necesitan para evitar el estancamiento y la especialización excesiva».

Aunque los resistentes no pueden tener hijos, eso no evita que busquen secuestrar a las criaturas nacidas de mujeres y de los oankali femeninos que tengan la apariencia más humanas. Esas que tengan menos tentáculos y con ello luzcan menos monstruosos y alienígenas a su parecer. Pero nunca hay dos mezclados iguales. Cada criatura es diferente y no se sabe qué aspecto tendrá una vez que pasen por la transformación o metamorfosis que sufren justo antes de convertirse en adultos. Precisamente el aspecto tan humano que presenta Akin al ser un bebé hace que sea un objetivo valioso para los secuestradores. Hombres que no podían ni imaginar que su apariencia no delataba ni su inteligencia ni su capacidad de hablar como un adulto aunque no pudiese aún ni caminar.

Lo que debería ser una experiencia traumática al verse separado de su familia, se convierte, a su vez, en una oportunidad de entender las preocupaciones de las mujeres y hombres que se niegan a unirse a los extraterrestres y que quieren conservar a toda costa su humanidad, aunque eso implique su muerte. Pero que no les engañe saber que el secuestro se transforma en una oportunidad de aprendizaje, nada justifica el dolor, el horror, el miedo y las injusticias que Akin tiene que padecer desde tan temprana edad.

«Él era lo bastante oankali como para que otros oankali lo escucharan y lo bastante humano como para saber que se estaba tratando a los resistentes con crueldad y condescendencia».

Alienígenas, diferencias, prejuicios, crueldad, sacrificios, segundas oportunidades… Ritos de madurez, de Octavia E. Butler, es un libro excelente. Una novela que amplía el maravilloso universo que se nos había presentado en Amanecer y nos habla del sentimiento de culpa que pueden sufrir los personajes que piensan que están traicionando a la humanidad al convivir con los oankali, pero también de lo importante que fue aceptarlos en un primer momento para tener la posibilidad de vivir, y quizás ahora la oportunidad de que al menos una parte de ellos permanezca humanos, a pesar de tener todo en contra. Es imposible leer a Butler y no sufrir y emocionarse junto a sus personajes. ¡Tienen que darle una oportunidad!

¿Han leído Ritos de madurez? ¿Les llama la atención?


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