¿Qué harían si lo único que desean es que los dejen tranquilos para ver series, películas y leer, pero eres una SegUnidad creada para matar? Si lograste hackear tus sistemas y ahora tienes libertad para hacer lo que quieras. Pero surge un problema. Hay una demanda contra la corporación que conspiró para tratar de asesinar a los humanos que debías proteger en tu última misión y deseas ayudarlos a que se haga justicia. Hoy quiero hablarles de Protocolo rebelde, de Martha Wells. La tercera entrega de la divertidísima y multipremiada serie de Los diarios de Matabot, que por fin nos llega en español gracias a la editorial Hidra con la traducción de Carlos Loscertales.
«Quién me iba a decir que ser una despiadada máquina de matar plantearía tantos dilemas morales».
Protocolo rebelde es una continuación directa de Condición artificial, así que si aún no conocen a Matabot, esa SegUnidad creada combinando componentes orgánicos con partes mecánicas, destinada a ser una máquina de matar, pero que logró hackear su sistema y ahora solo quiere que lo dejen tranquilo viendo series y películas, es mejor que no continúen leyendo esta reseña. Porque aunque no hay spoilers del tercer libro, sí que puede desvelarles detalles de las dos primeras entregas que es mejor descubrir al leer. Les dejo por aquí mis reseñas de Sistemas críticos y Condición artificial para que descubran por qué deberían conocer y amar a Matabot como hago yo.
Luego de su misión en la instalación minera en la que Matabot buscaba encontrar respuestas sobre su pasado, nuestro personaje protagonista se encuentra en un dilema. Si bien es cierto que ahora tiene la libertad para hacer lo que desea, no quiere que su desaparición perjudique a la doctora Mensah. Ella es la humana que lideraba al grupo de científicos que nuestra SegUnidad rebelde tuvo que defender de GrayCris. Ellos son una corporación que no dudó en matar a otro grupo de investigadores que se encontraban en el mismo planeta que Matabot y sus protegidos, y que intentó asesinarlos también a ellos para borrar todos los registros de sus prácticas ilegales.
«Vale, la única solución inteligente era matarlos. Iba a tener que optar por la solución estúpida».
Ahora que la doctora Mensah ha denunciado a GrayCris, necesita pruebas que le ayuden a mantener su demanda, por ello, Matabot decide viajar a una instalación abandonada por la megacorporación en la que la SegUnidad sospecha que puede que hayan hecho lo mismo que pretendían hacer en el planeta donde los atacó: extraer componentes de civilizaciones alienígenas que de ninguna manera se pueden manipular pero haciéndolo pasar por un intento de terraformación. Sin embargo, acercarse a la instalación donde podría haber restos de sus fechorías no será fácil y, para viajar a la plataforma, tendrá que aliarse con un robot humanoide que acompaña a un grupo de científicos que no sospechan el peligro en el que se encuentran.
(Ilustración de Jaime Jones para la cubierta del libro)
Me encanta cómo Wells logra mezclar las aventuras de mi SegUnidad favorita con tanto humor y acción. Matabot es el tipo de protagonista que, su ansiedad social y su aversión a tratar directamente con los humanos, lo hace aún más adorable. Si bien fue creado para ser una máquina asesina y prefiere mantenerse alejado de los humanos, evita el contacto porque sabe que los constructos solo generan miedo en ellos. Sin embargo, Matabot no para de ponerse en riesgo para salvar a todos los humanos con los que se topa en su camino. La relación que forma con Miki, el bothumanoide de la estación, logró emocionarme, porque le demuestra que hay humanos que interactúan de manera diferente con sus bots. Además, las conspiraciones no paran de crecer, y descubrir cada vez más secretos de ese universo resulta fascinante.
«Me recordé que un combatebot no era un ser humano, no era un villano de una de mis series. Era un bot, y no nos estaba amenazando.Solo nos decía lo que iba a hacer».
Bothumanoides, combatebots asesinos, corporaciones que están dispuestas a todo por ocultar sus secretos, misiones imposibles… Protocolo rebelde, de Martha Wells, es una novela corta que es imposible parar de leer. Hay tanto humor como crítica social en sus páginas. Wells sigue ampliando el universo de Matabot con aventuras que no solo son divertidas, sino que nos permiten ver cómo poco a poco esa SegUnidad con ansiedad social va evolucionando y descubriendo más sobre sí misma y sobre los que la rodean. Tengo muchas ganas de seguir explorando y viviendo aventuras con Matabot y espero que a ustedes les pase lo mismo cuando se animen a darle una oportunidad.
¿Han leído Protocolo rebelde? ¿Les llama la atención?
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