Historias de Hann, de Ferran Varela

Si como yo, tras disfrutar de El arcano y el jilguero se quedaron con ganas de seguir leyendo sobre ese enigmático mundo, puede que la siguiente lectura sea justo lo que necesitan. Si, por el contrario, aún no han leído ninguna de las obras de Ferran Varela es probable que mi recomendación de hoy, Historias de Hann, sea precisamente la lectura que los transforme de forma definitiva en seguidores de este autor de fantasía oscura barcelonés que ha llegado para quedarse y que no para de sorprender.

"No es que niegue la existencia de los dioses, claro. No dudo de que existan, lo que dudo es que les importe una mierda lo que los humanos hagamos o dejemos de hacer”.

Volvemos a Hann, ese escenario que pudimos recorrer en parte gracias a los periplos del arcano que protagonizó la primera novela larga de Varela, para conocer a través de cuatro relatos independientes más historias de las diversas naciones que llaman a Hann su hogar. Pueblos que son tan diferentes y variados como distintas son sus gentes y sus costumbres. Así que, aunque no hayan leído aún El arcano y el jilguero (mi reseña aquí) pondrán disfrutar de ellas sin ningún tipo de problema, o incluso deleitarse aún más si lo visitan por segunda vez, aunque no compartan los mismos protagonistas que ya conocemos.

El Guardián de Secretos es el relato encargado de iniciar el libro, y nos presenta la historia de uno de esos guardianes de secretos con los que Mezen el Ariete se encontró en la novela. Hombres que sin ningún tipo de posesión material dependen de la caridad y deben vagar por las aldeas para escuchar los secretos de todos aquellos que deseen confesarse. Confesiones que se hacen teniendo la certeza de que sus pecados nunca serán compartidos, porque los guardianes no tienen lengua (les es cortada cuando son niños) y no pueden aprender a leer o escribir para que todo lo que escuchen muera con ellos. 

La magia de este relato es que empieza de una manera en la que te hace creer en las bondades de un sistema que tiene tan abnegados confesores, solo para descubrir que nuestro protagonista no es más que un hereje cínico al que la vida le ha dado pocas muestras de que exista la bondad real. Es una de mis historias favoritas por el humor y el descaro que desprende su protagonista y por la crítica tan brutal que realiza Varela en sus páginas. ¡Leedlo!

“Por desgracia, las frías noches al raso, las ocasionales palizas de borrachos violentos y los falsos llantos de los pecadores que comparten las confidencias pero no el pan terminaron por convencerme de que el Imperio es un lugar más cruel de lo que me contaron las viejas rectoras”. 

Las llamas serán tu corona es otro relato magnífico que sorprende hasta en la última línea. En él asistiremos a las reflexiones de un señor que es testigo de cómo su dominio es arrasado por los fuegos de una revolución. Una revuelta que le hace dudar de todas las elecciones que lo han llevado a tan crítico punto. Un gobernarte que debe decidir cómo minimizar los daños. Revoluciones, masas enfurecidas, decisiones imposibles y la política con sus consecuencias. Otra historia redonda.

“Os habéis vuelto loco.

—Hay que estarlo para gobernar —le confieso—. ¿Qué hombre cuerdo podría tomar a diario decisiones que tuercen miles de vidas?”.

Polvo de hada puede que sea uno de los relatos más conmovedores de la selección. Aquí conoceremos la historia de Nem, una exadicta que ahora es una sacerdotisa que se encarga de predicar la palabra de Bicore. Eso la mantiene alejada del peligroso polvo de hadas que casi termina con su vida en más de una ocasión. Pero ahora que está enamorada y anhela un futuro mejor debe arriesgarse a traicionar sus creencias, pero ¿hasta dónde llegará para perseguir su propia felicidad? Adicciones, sueños y las mentiras que nos contamos a nosotros mismos para justificar lo injustificable. Otro de mis favoritos. Simplemente desgarrador. 

“El muchacho es un adicto. Se lo leo en los ojos, que miran con una intensidad desquiciada la tierra entre sus pies descalzos”. 

El arte del cuentacuentos es el broche perfecto para un libro en el que cada una de las historias brilla con luz propia. Una historia que no es un cuento al uso, en las palabras de su narrador es más un manual, una confesión y una fantasía. En definitiva, es una mágica creación sobre el arte de contar historias protagonizada por dos amigos muy diferentes que encuentran en la lectura, pero sobre todo en la escritura, un vínculo único. Un relato deliciosamente escrito en el que Varela juega con el lector y lo hace un personaje más dentro la narración. Espectacular. 

“Antes de continuar, debes ser consciente de que los escritores somos unos embusteros empedernidos… Confiarte este secreto no sería, en principio, una buena idea, si no fuera porque tú eres adicto a que te mientan”. 

Historias de Hann, de Ferran Varela, confirma que el autor no solo crea mundos y personajes complejos e interesantes, sino que lo hace con una prosa y un estilo sin igual. Desde el humor y el cinismo, hasta la crítica más feroz a nuestra sociedad, la política o la religión, son tantos y tan diversos los temas que toca que sería imposible numerarlos todos. Si desean sorprenderse y leer historias cuidadosamente escritas, tienen que darle una oportunidad a la fantasía oscura que está escribiendo Varela. Creo que no se arrepentirán. Además, la edición que ha publicado Ediciones el Transbordador con cubierta e ilustraciones interiores de Manuel Gutiérrez es una maravilla. Solo me queda recomendarles que recorran Hann a través de sus historias y que lo descubran con sus luces y sus muchas sombras.

¿Han leído Historias de Hann? ¿Les llama la atención?