El arcano y el jilguero, de Ferran Varela

Hoy les traigo mi tercera y última reseña como jurado invitado a los Premios Guillermo de Baskerville que concede Libros Prohibidos. Después de disfrutar de un libro de ciencia ficción y otro de terror, toca el turno a una obra de fantasía. Una novela que nos llevará a descubrir la historia de un hombre que se escuda tras la máscara de un monstruo para hacer lo que considera correcto.

¿Qué diferencia al monstruo y el héroe? ¿Qué estaríamos dispuestos a hacer para evitar una masacre? ¿Se puede justificar la pérdida de una vida para salvar la de miles? ¿Hay posibilidad de salvación cuando tus actos son atroces? ¿Podemos cambiar? Estas y muchas preguntas más serán las que se nos planteen cuando visitemos Hann y descubramos El arcano y el jilguero, de Ferran Varela, una fascinante y oscura novela de fantasía que, más que darnos respuestas, nos hará cuestionarnos todo lo que creemos sobre sobre la redención.

“«No soy un monstruo», me digo, aunque ya no sé si me creo”.

Esta es la historia de Mezen el Ariete, un Alto Oficial del Sacro Imperio Leenero cuyo nombre genera terror cuando es pronunciado en voz alta. Para el pueblo llano él es un Arcano del Tormento, un demonio inmortal que disfruta desollando a sus víctimas. Solo su aparición es capaz de hacer rendir una ciudad asediada, porque los métodos que usa son brutales. No hay atrocidad que no sea capaz de perpetrar con tal de infundir pavor y lograr así que los pueblos que el emperador tanto ansía conquistar sean anexionados al Imperio sin masacres. De ese modo, la vida de uno se convierte en la salvación de pueblos y ciudades enteras que de otro modo el ejército hubiese destruido sin piedad. 

Pero cometer actos atroces y crueles, aunque sean por una buena causa, deja una huella difícil de borrar. Cada nuevo rostro que Mezen suma a su capa de torturador del inframundo, aunque le acerque a su verdadero cometido, establecer la paz y salvar el mayor número de vidas inocentes posibles de las crueles manos de un emperador del que ha jurado vengarse, también lo alejan de cualquier tipo de redención. Porque, aunque nuestro protagonista se repita de manera constante que no es un monstruo, cada día es más difícil para él creerlo.

“No saben que los trovadores mienten, que su bandera no es más que un trapo. Los soldados no ganan las guerras, sólo las luchan. Matan y mueren a hierro, en una orgía de huesos quebrados”.

Sin embargo, la vida de nuestro Arcano dará un vuelco cuando se tope con Nara: una joven huérfana a la que logra salvar de un grupo de despiadados soldados y que se convertirá en el tipo de compañía que no sabía que necesitaba o ansiaba. Una persona que no solo ve al monstruo en el que se ha convertido, sino también su bondad. Dividido en veintitrés capítulos más un epílogo, iremos descubriendo no solo el presente de Mezen y su búsqueda de justicia mientras planea derrocar al tiránico emperador, sino también su oscuro pasado lleno de arrepentimiento y pesar.

Aunque quizás lo más interesante además de conocer a Mezen, sea ir descubriendo Hann el y funcionamiento del ambicioso Imperio Leenero. Porque algo que ha hecho a la perfección Varela es enseñarnos como si de pequeños cuentos se tratasen el rico folclore que puebla todo el continente que ha creado. Uno repleto de mitos paganos en cada región y también de leyendas sobre el panteón de dioses que se van imponiendo a todos los territorios conquistados por el Imperio. Encontraremos de igual manera seres fabulosos que creemos conocer como las hadas, las lamias o hipocampos, pero que se presentan aquí de una manera muy original.

“Esperaré a que toda Hann sea conquistada. Esperaré a que no sea necesario un ejército, a que no haya adversario contra el que el Imperio pueda luchar. Esperaré a que el hijo del Emperador tenga edad para gobernar, con tal de evitar una guerra civil en pos del Trono de Mesetatrigo. Y entonces os mataré. A ti y al Emperador”.

Si bien es cierto que el personaje que más veremos crecer y evolucionar será a Mezen, la novela tiene un buen elenco de personajes secundarios que también son fascinantes. Nara es una joven valiente y leal a la que agarramos cariño con mucha facilidad. Aunque en teoría es un libro independiente, ojalá tengamos pronto una segunda parte y la veamos adquirir aún más protagonismo. Otra de mis favoritas es Loria, una jinete de hipocampo de armas tomar que busca cumplir su propia venganza. Por último, encontramos a Zein la Cadena, otro de los altos oficiales del Imperio que es un misterioso antagonista sobre el que tengo un montón de teorías relacionadas con su verdadera identidad. ¿He dicho ya lo mucho que espero que la historia tenga segunda parte? ¡Necesito más!

La novela está acompañada por un prólogo de Antonio Torrubia y un postfacio de Daniel Garrido (al que conoceréis por tu blog El caballero del árbol sonriente) y tanto la espectacular ilustración de cubierta como el mapa interior son obra de Manuel Gutiérrez.

“Llegaré hasta el final. Aunque sea huyendo hacia adelante, aunque nazcan nuevas pesadillas de cada paso dado. Tengo que lograrlo, no importa a qué precio”.

Los horrores de la guerra, crueldad, redención y un protagonista que actúa más como un monstruo que como un héroe, aunque por una buena razón… El arcano y el jilguero, de Ferran Varela, es una novela de fantasía oscura que impacta desde el primer capítulo. Y que no solo nos presenta un mundo complejo e interesante y adictivo, sino a un protagonista que rompe con muchos esquemas. Escrita con un lenguaje rico y cuidado que demuestra que Varela es un artista de las palabras y sabe encontrar la adecuada para cada ocasión, es un libro que si les gusta la fantasía tienen que leer sin dudar. Creo que al igual que yo se quedarán con ganas de regresar a Hann, sin importar lo despiadado que ese mundo pueda ser.

¿Han leído El arcano y el jilguero? ¿Les llama la atención?