¿Podéis imaginar el mundo después de una catástrofe nuclear? ¿Cómo podría ser empezar de cero si los logros de la humanidad y la civilización desaparecieran? ¿Cómo sería vivir en una sociedad que temiese y persiguiese las mutaciones porque las considera blasfemias? Hoy en el blog les quiero recomendar Las crisálidas, de John Wyndham. Una novela publicada originalmente en 1955 que ahora el sello Runas de Alianza Editorial ha recuperado con la excelente traducción de Catalina Martínez Muñoz.
“Lo más parecido a la decoración eran unos paneles de madera en los que habían grabado a fuego, con vocación artística, algunas citas… BENDITA SEA LA NORMA y EN LA PUREZA ESTÁ NUESTRA SALVACIÓN”.
Esta es la historia de David, que cuando empieza la narración es un niño de diez años que vive junto a su familia en Waknuk, una población que tomaba el nombre de la granja de sus padres. Allí, David lleva una vida cómoda, aunque llena de tareas, porque en la granja más grande de la región siempre hay alguna labor que asignar a los niños ociosos. Pero su tranquila existencia empieza a cambiar cuando conoce a Sophie y se hacen amigos, porque la que para él es solo una niña valiente y amable, a los ojos de todos los demás es una blasfemia.
Sophie tiene algo que físicamente la hace diferente a los demás, y aunque David ha crecido en el seno de una familia de extremistas religiosos y conoce bien la definición sobre cómo deben ser los humanos creados por Dios a su imagen y semejanza, le cuesta identificar en su amiga esa maldad y corrupción que su padre dice que está presente en todos los mutantes. Después de la Tribulación que acabó con los Antiguos, las personas están obsesionadas con la Norma y forma real de Dios y sus criaturas, por ello, cualquiera que no encaje con esa definición es eliminado, pero solo si son plantas o animales, porque las mujeres y los hombres tienen un destino aún peor.
“El deber y propósito de un hombre en este mundo es combatir sin tregua los males creados por la Tribulación. Por encima de todo tiene que velar por que la forma humana siga siendo fiel al patrón divino, hasta que un día se le permita reconquistar la cumbre que, como imagen de Dios, se le concedió”.
Este primer encuentro con la realidad y crueldad que esconden las creencias que practica con tanta rigidez su padre y su familia, le hace darse cuenta a David de que tampoco él se encuentra a salvo. Porque, aunque lo que le hace a él diferente no es algo físico o evidente como en el caso de Sophie, sí que es una extraña condición por la que lo condenarían a él y a su grupo de amigos que también comparten su don. Porque en un mundo donde lo diferente es temido, perseguido y aniquilado, nadie puede estar realmente seguro, al menos no en la parte del planeta que conocen o creen conocer.
Ir descubriendo a través de los ojos de un niño y luego de un joven cómo es ese mundo tras un apocalipsis nuclear es fascinante. Nosotros como lectores conocemos la radiación y sus efectos, pero los protagonistas no, así que verlos mitificarlo y llamarlo Tribulación, e ir descubriendo cómo creen que pasó o ver sus efectos es tan impresionante como aterrador. Hay que destacar que a Wyndham no le hacen falta muchas páginas para rompernos el corazón. Hay un caso que me pareció particularmente demoledor: el de la tía de David que acude a la casa de su hermana buscando ayuda para obtener el certificado de pureza para su hija recién nacida y solo encuentra fanatismo y desprecio.
“Teníamos un don, un sentido que, como se quejaba amargamente Michael, debería ser una bendición y sin embargo era casi tan malo como una maldición”.
Un mundo postapocalíptico, mutaciones, evolución… Las crisálidas, de John Wyndham, es una novela corta de esas que no sabes que necesitas leer hasta que te adentras en sus páginas. El extremismo religioso que nos enseña Wyndham, así como esa búsqueda de la pureza genética o los crueles y malvados que podemos ser para defender y mantener nuestra visión del mundo, incluso cómo se representa lo difícil que es ser diferente, hacen que este libro, aunque escrito hace casi sesenta y cinco años, tenga un mensaje que sigue estando vigente. No me queda más que agregar que tenéis que darles una oportunidad.
¿Han leído Las crisálidas? ¿Les llama la atención?
No lo he leído. Gracias por el descubrimiento. No conocía tu blog. Me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece a través de mi perfil.
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo.
Gracias a ti por comentar, Rocío. ¡Bienvenida! Espero que compartamos muchas lecturas. Ya me paso por tu blog también ; )
EliminarUn abrazo de regreso.
Lo tengo pendiente hace un montón, me gusta mucho el género.
ResponderEliminarEspero que no tarde mucho en caer.
Besotes
Yo no lo conocía hasta que lo reeditaron, pero vale muchísimo la pena. Ya nos contarás qué te parece la historia y los personajes.
EliminarBesos