A lo largo del tiempo los humanos hemos ido modificando el comportamiento de muchas bestias hasta convertirlas en animales de compañía. Ahora imaginen qué pasaría si diésemos un paso más. Si lográsemos también transformar a las mujeres para hacerlas dóciles y complacientes. ¿Cómo sería una sociedad que se asegura que solo aquellas que se adapten mejor al ideal de belleza y obediencia sean las únicas capaces de reproducirse? ¿Qué ocurriría con todas las demás? No hace falta que imaginen más. El núcleo del sol, de Johanna Sinisalo, nos presenta una distopía repleta de ironía que tenéis que leer.
“Algunas de las personas que viven en la caja de cristal ni siquiera se dan cuenta de que existe, y mucho menos se imaginan cómo sería vivir en el exterior”.
Nos encontramos en una Finlandia que se ha trasformado en un estado totalitario que ahora se llama República Eusistocrática. Una sociedad aislada que en teoría busca priorizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos y, por ello, ha prohibido todo aquello que pueda causar adicción. Un lugar que además lleva más de cuarenta años trabajando en un proceso de selección artificial para que con cada nueva generación las mujeres sean cada vez más sumisas. En esa Filandia ucrónica, las mujeres se clasifican en diferentes subrazas según puedan estar o no en el mercado de emparejamiento, es decir, si se les permitirá o no reproducirse, porque solo a las más dóciles se les considera aptas para tener hijos, mientras que las otras serán esterilizadas desde su juventud y serán las encargadas de servir como mano de obra.