A lo largo del tiempo los humanos hemos ido modificando el comportamiento de muchas bestias hasta convertirlas en animales de compañía. Ahora imaginen qué pasaría si diésemos un paso más. Si lográsemos también transformar a las mujeres para hacerlas dóciles y complacientes. ¿Cómo sería una sociedad que se asegura que solo aquellas que se adapten mejor al ideal de belleza y obediencia sean las únicas capaces de reproducirse? ¿Qué ocurriría con todas las demás? No hace falta que imaginen más. El núcleo del sol, de Johanna Sinisalo, nos presenta una distopía repleta de ironía que tenéis que leer.
“Algunas de las personas que viven en la caja de cristal ni siquiera se dan cuenta de que existe, y mucho menos se imaginan cómo sería vivir en el exterior”.
Nos encontramos en una Finlandia que se ha trasformado en un estado totalitario que ahora se llama República Eusistocrática. Una sociedad aislada que en teoría busca priorizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos y, por ello, ha prohibido todo aquello que pueda causar adicción. Un lugar que además lleva más de cuarenta años trabajando en un proceso de selección artificial para que con cada nueva generación las mujeres sean cada vez más sumisas. En esa Filandia ucrónica, las mujeres se clasifican en diferentes subrazas según puedan estar o no en el mercado de emparejamiento, es decir, si se les permitirá o no reproducirse, porque solo a las más dóciles se les considera aptas para tener hijos, mientras que las otras serán esterilizadas desde su juventud y serán las encargadas de servir como mano de obra.
En medio de ese mundo que cría a las mujeres aptas para reproducirse como una fuente para dar placer a los hombres y procurarles bienestar como esposas que viven para cumplir con sus caprichos y deseos, nos encontramos con Vanna. Ella es una joven que, aunque de padres finlandeses, nació y vivió en España sus primeros cuatro años de vida, aunque cuando pierde a sus progenitores en un accidente de tráfico, es enviada a Finlandia junto a su hermana menor para que sea su abuela paterna la encargada de su crianza en la granja familiar. Pero cuando la someten a las pruebas que deberían clasificarla como no apta para el matrimonio, porque no tiene las actitudes adecuadas, logra engañar al sistema. Y aunque físicamente se parezca a las llamadas eloi, en secreto hasta para su propia hermana es educada para que sea independiente y finja ante todos la estupidez y las ganas de complacer que se espera de ella.
“Yo no podía ser una eloi de verdad porque en mi interior había una rebeldía terrible y egoísta que en el futuro solo serviría para causarme problemas y aflicción”.
El mundo de Vanna se empieza a desmoronar cuando poco después de contraer matrimonio su hermana Manna desaparece. Preocupada y sin saber qué hacer para descubrir qué ha ocurrido con ella, termina inmiscuida en negocios ilegales y transformándose en una traficante de guindillas, que en esta sociedad hiper controlada se han convertido en una sustancia altamente demandada por su adicción y totalmente prohibida. Vanna termina ella misma siendo una adicta a la capsaicina, y algunos de los momentos más surrealistas del libro están relacionados con su consumo. Creo que nunca había leído nada tan picante (y aunque el juego de palabras sea tan flojo, pronto comprobarán que es real).
Dividido en dos partes, la novela intercala capítulos del presente narrados por Vanna y otros pocos desde el punto de vista de su compañero en el tráfico de guindillas, con las cartas que la protagonista escribe a su hermana desaparecida. Así mismo, encontraremos entre medias multitud de informes, transcripciones o incluso entradas de diccionarios, todos ellos utilizados por la autora para hablarnos en profundidad de cómo funciona y cómo surgió esa sociedad distópica tan aterradora para las mujeres, pero hecha a medida para los pocos hombres en el poder.
“—No necesitan el apoyo de la mayoría. A veces lo único que se necesita es un grupo de personas que hagan ruido y tengan la influencia suficiente para cambiar el mundo y doblegarlo a su voluntad. No tiene por qué ser un grupo grande mientras ellos establezcan que sus preferencias personales son la única verdad y hagan tanto ruido como para inducir a pensar que las masas olvidadas y desatendidas están de su parte”.
Poder, sexo, guindillas, misoginia, una sociedad que busca el bienestar de unos pocos al cambio del sacrificio de muchos o, más específicamente, de la mitad de la población… El núcleo del sol, de Johanna Sinisalo es una distopía feminista potente, repleta de ironía y humor negro que además está llena de crítica a la sociedad en la que vivimos hoy, así como al resurgimiento de la ultra derecha. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad, será un viaje que no olvidarán y si son como yo, puede que ese final los dejé también un poco rotos. Ojalá pronto podamos disfrutar de más obras de Sinisalo en español, el trabajo de traducción de la novela por David Tejera Expósito es maravilloso y necesitamos más ficción de países no anglosajones.
¿Han leído El núcleo del sol? ¿Les llama la atención?
¡Hola!,
ResponderEliminarNo lo conocía pero me ha parecido una novela bastante interesante.. me lo apunto.
Te espero en mi blog Obsesión por la lectura
Hola, si te gustó El cuento de la criada aquí tienes otra distopía feminista. A mi me encantó.
Eliminar¡Saludos!
Felicidades por la reseña, tuve la oportunidad de ver la presentación de la novela de la mano de Lola Robles con la propia Johanna Sinisalo en el Festival Celsius, hace unos días. Saludos.
ResponderEliminarGracias por la parte que me toca. Yo tenía muchas ganas de asistir a esa presentación, me encantó el estilo de la autora y me habría encantado oírla hablando de ella. Aún tengo esperanza de que la suban en vídeo para poder verla.
Eliminar¡Saludos!