In the Nevernever: La ciudad de las últimas oportunidades, de Adrian Tchaikovsky

La ciudad de las últimas oportunidades, de Adrian Tchaikovsky

14 agosto 2025

 


¿Qué podría hacer estallar la revolución en una ciudad al límite? Ilmar es una metrópolis ocupada a punto de explotar. Pero, ¿cuál será la chispa que desate la violencia en una urbe férreamente controlada por una potencia extranjera? ¿Quiénes alzarán primero la voz? ¿Serán las fraternidades de las fábricas o los matones del submundo criminal? ¿Quizás los aristócratas que se vieron reemplazados del centro del poder o los estudiantes que sueñan con un futuro libre del dominio de los paliseños? O puede que todo empiece con la Forestáncora, ese misterioso bosque que esconde un portal que estaba allí antes de que la ciudad se fundase y que probablemente se mantenga aún después de que la misma desaparezca. Hoy quiero recomendarles La ciudad de las últimas oportunidades, de Adrian Tchaikovsky. El alucinante inicio de la serie Los tiranos filósofos.

«Y los paliseños censuraban a los magos, pero no tenían ningún inconveniente en aprovechar el sudor de los demonios, si con ello lograban que su amada economía siguiera funcionando como una seda».

En este primer libro, Tchaikovsky nos lleva a conocer a Ilmar, la tercera ciudad de Telmark. Una urbe que desde hace tres años se encuentra bajo la ocupación de Palisania. Los paliseños son un pueblo que lleva siglos con una misión: llevar la “perfección” al resto del mundo. Y para ello, se encargan de ir conquistando territorios con el objetivo de anexarlos al Dominio Paliseño. De manera que las personas de los lugares invadidos aprendan a llevar una vida que se ajuste al ideal de “perfección” que ellos persiguen. No solo les hacen usar el paliseño como idioma principal, sino que, de manera sistemática, van borrando cualquier rastro de las culturas locales para sustituirlas por la correcta, es decir, la de los ocupantes. Todo ello mientras las arcas de Palisania y los bolsillos de los miembros de la Comisión Temporal de los Fines y los Medios se llenan con el dinero que cada una de esas conquistas les reporta.

En esta maravillosa novela coral iremos descubriendo a Ilmar gracias a sus habitantes. Ese sitio al que todos llaman La ciudad de las últimas oportunidades, pero también La ciudad de las malas decisiones. Los capítulos están narrados por diferentes protagonistas, pertenecientes todos a las diversas facciones y grupos que habitan en esa urbe multicultural. Entre mis narradores favoritos encontramos a Yasnic, un sacerdote que es el único converso que le queda a Dios. Porque sí, en este universo creado por el autor, Dios es un personaje más. Un hombrecito encogido y malhumorado al que solo Yasnic es capaz de ver, pero que es muy real y tiene el tipo de poder que obliga a sus fieles a cumplir con sus estrictas reglas si desean recibir su bendición.

«A veces Yasnic preferiría no tener a Dios tan presente en su vida, y aquí estaba esta mañana, y Dios había menguado por lo menos la cuarta parte del tamaño que tenía antes».

Otra de nuestras narradoras es Lemya, una joven idealista que estudia en La Togal, la universidad de Ilmar. Una muchacha que tiene la cabeza llena de sueños de libertad y que desea que la revolución estalle en la ciudad con el objetivo de que puedan recuperar su cultura. También contaremos con capítulos narrados por Ruslav, un matón de los buitres, que es la facción de la resistencia conformada por los barrios pobres y los criminales de la urbe. Pero igual que hay resistencia en los bajos fondos, tenemos a los cuervos, que son la facción compuesta por los armígeros, es decir, por los antiguos nobles de Ilmar. Esos que poseen las riquezas y las fábricas, y están esperando el momento adecuado para volver al poder. Con el objetivo de conocer su perspectiva del conflicto, contamos con Vidsya Sirovar.

Entre mis narradores favoritos encontramos también a Crines Negras, un empeñista alorueno. Él es un hechicero de un pueblo al que los paliseños odian especialmente, porque su magia les permite establecer acuerdos con los demonios. Pero que desprecien sus poderes no quiere decir que no los utilicen con el objetivo de hacerse aún más ricos. Porque igual que hay dioses en este universo, hay demonios que trabajan en las fábricas a fin de ayudar a producir las mercancías que tanto necesita la economía de Palisania para seguir creciendo sin parar. Y la relación con los demonios se rige por unos estrictos contratos.

«El trabajo acaba haciendo polvo a todo el mundo: al hombre, a la máquina y al demonio».

Por otra parte, también tenemos a Langrice, una mujer que regenta el Ancoraje, que es una especie de bar. Pero en la práctica ella es la que se encarga de velar por La Foresta, ese misterioso bosque en el que en las noches adecuadas se abre un portal que lleva a otros mundos. El sitio es conocido como “el puerto a ninguna parte”, el lugar al que acuden los desesperados que desean dejar todo atrás.

(Mapa de Ilmar ilustrado por  Joe Wilson)

Sin desvelar demasiado, digamos que los paliseños no se conforman con su conquista de Ilmar, sino que además tienen puesta la vista en La Foresta y en la multitud de mundos a los que podrían conquistar si aprendieran a dominar ese arte de viajar entre ellos. Un conocimiento que de momento solo poseen los extraños seres a los que llaman los Moradores. Ellos son los únicos capaces de guiar a los viajeros que se adentren correctamente preparados a La Foresta, porque el lugar está repleto de horribles monstruos. Así que en el momento en el que uno de los líderes paliceños es asesinado cuando intenta viajar a través del portal sin el protector adecuado, se desatará el caos en una ciudad que estaba al borde de la revolución, pero en la que cada uno de los actores tiene una idea un tanto diferente sobre qué es lo correcto para Ilmar y su gente.

«Siempre ha habido algo oscuro en Ilmar. No puedes convivir con ciertos vecinos sin mancharte de la umbra que se extiende entre los árboles».

Es fascinante ir descubriendo ese mundo tan complejo que ha creado Tchaikovsky. Aunque cuando abrimos el libro y nos topamos con los listados de las facciones, tanto de la metrópolis como de la ocupación, además del largo dramatis personae, puede resultar intimidante. Sin embargo, la verdad es que la novela estaba escrita de manera que sea muy fácil entender la complejidad de los engranajes que mantienen en marcha esa ciudad de las malas decisiones.

Con su ocupación, sus múltiples dioses, con los demonios en las fábricas y las maldiciones. Con su pasado rico y complejo. Un lugar plagado de grupos que solo buscan sobrevivir lo mejor que pueden mientras velan por sus propios intereses. Los primeros capítulos sirven para presentarnos a los personajes y posicionar las diversas fichas en el tablero, pero la partida que se está jugando en la ciudad es muchísimo más interesante y enrevesada de lo que podemos imaginar.

«Lo que molestaba no era el ajusticiamiento en sí, sino que la soga de los ocupantes asfixiase a la ciudad entera. La habían apretado un poco más y nadie había hecho nada por impedírselo. Así que seguirán apretándola hasta que alguien levantara la cabeza y les hiciera ver que no merecía la pena».

Dioses, demonios, magia, maldiciones, ocupación, revolución, secretos, mentiras… La ciudad de las últimas oportunidades, de Adrian Tchaikovsky, me dio todo lo que esperaba y muchísimo más. Un mundo vasto y complejo lleno de territorios por explorar, así como un grupo de personajes maravillosos repletos de luces y de sombras que solo quieres ver crecer y evolucionar. Me parece increíble que, dada la cantidad de personajes, el autor logre dotarlos en muy pocas líneas de una presencia tan fuerte. Yasnic, Lemya y Ruslav son mis favoritos, pero otros con menos protagonismo también me encantaron, como Hellgram (y esa búsqueda de su esposa) o Nihilostes (esa sacerdotisa del caos), sin dejar de mencionar al Camarada-indagador Hegelsy, que nos permite conocer cómo piensan los paliseños.

Antes de terminar me gustaría destacar la maravillosa traducción de Raúl García Campos, así como la cuidada edición en tapa dura de Red Key Books con esa espectacular cubierta de Joe Wilson. Hay tantas cosas de las que me gustaría saber aún más, por ejemplo, de El Reproche o de La Foresta, así que estoy deseando ver a qué nuevos lugares nos llevará Tchaikovsky en las próximas entregas de Los tiranos filósofos. El libro va directo a mis favoritos del año. Si están buscando una novela de fantasía repleta de imaginación, magia y de crítica social, tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído La ciudad de las últimas oportunidades? ¿Les llama la atención?

Más reseñas del autor:


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Blog design by Mery's Notebook