In the Nevernever: Pinos Blancos, de Gemma Amor

Pinos Blancos, de Gemma Amor

13 junio 2024

 


¿Qué pasaría si de la noche a la mañana tu vida cambia de manera radical? Si tras una abrupta separación regresas a la casa de tu abuela y a un pueblo que te vio nacer pero al que no habías vuelto desde que eras una niña. Si llegas a un lugar lleno de secretos y con una misteriosa isla a la que te sientes atraída sin que lo puedas evitar. Un sitio con un pueblo construido en suelo sagrado, un extraño culto y una deidad arcana. Hoy quiero recomendarles Pinos Blancos, de Gemma Amor, un libro de terror rural lleno de enigmas que nos llevará hasta el noroeste de Escocia con el objetivo de explorar una isla en la que ocurren cosas imposibles.

«Verás, ya nadie viene aquí; nadie excepto yo. No hay razón para hacerlo. No hay nada que ver, ni ruinas por las que llorar. No hay restos visibles de lo que se ha perdido. La gente necesita algo tangible a lo que aferrar su dolor. No hay consuelo en los espacios abiertos llenos de nada».

El libro nos cuenta la historia de Megan, una mujer que cuando se nos presenta en el prólogo tiene casi cincuenta años y se encuentra visitando la isla donde se alzaba Pinos Blancos. Una comunidad aislada y autosuficiente que de manera repentina desapareció. Lo que nuestra protagonista llama el acontecimiento sucedió unos diez años antes del momento en el que inicia la narración. Una década en la que Meg ha tratado de entender qué pasó con el pueblo y los 1.351 habitantes que desaparecieron junto con él, dejando la isla completamente vacía. Sin casas, ni ruinas. Solo con una tierra quemada en forma de un triángulo perfecto en la que no ha crecido nada en esos años en los que nuestra protagonista ha estado regresan a fin de tratar entender qué sucedió.

Dividido en cuatro partes, retrocedemos una década para descubrir que llevó a Megan a dejar su hogar y a su marido para huir a Escocia. A mudarse a la casa que acaba de heredar de su abuela y a la que no había vuelto desde que era una niña pequeña. Taigh-Faire, o Casa de vigilancia en gaélico es un lugar que lejos de convertirse en el refugio que ella necesitaba después de que su marido rompiese de manera unilateral su matrimonio se transforma en un enigma. El hogar de su difunta abuela está lleno de extraños símbolos, de triángulos, y se encuentra frente a la costa. Desde allí se divisa una isla que Megan siente que la llama y que la obliga a ir a su encuentro. Aunque ella trata de resistir ese impulso de visitar la isla digamos que no podrá oponerse a él durante mucho tiempo.

«Necesitaba escribir para darle sentido a todo. Para hacerlo real. En mi mundo, las cosas no eran reales hasta que no estaban en el papel».

Sin embargo, cuando finalmente visita el lugar no lo hace sola. Mathew, su mejor amigo, ese hombre del que Megan no quiere admitir abiertamente que está enamorada, la sigue a Escocia cuando se entera de que dejó su hogar. Y aunque en un primer momento él pretende impedir que Meg visite la isla, no quiere que lo haga sola y decide acompañarla. Así, lo que empieza como un llamado que no puede evitar, la llevará a un lugar fuera de toda lógica. Una isla que no debería albergar vida pero que esconde una extraña comunidad. Todo ello mientras en el pueblo le advierten que esa isla buscará engañarla, y tiene extraños sueños donde solo ve muerte y destrucción. Pesadillas de un lugar que es imposible y una deidad que debería permanecer dormida pero que ya no lo está.

Junto a Megan iremos descubriendo parte de los muchos secretos que esconde no solo Pinos Blancos, sino el mismo pueblo en el que nuestra protagonista creció y que casi había olvidado por completo. Uno lugar con unas terribles tradiciones y unos habitantes bastantes extraños. Así como la historia de su familia y de esa abuela a la que casi no recuerda pero que parece que tenía un deber que ahora pasa a Megan sin que lo pueda evitar. El libro tiene tantos elementos diferentes y que funcionan muy bien en su conjunto que no les quiero revelar mucho más para que los puedan descubrir ustedes al leer.

«De ninguna manera iba a volver atrás, y menos ahora. Estaba allí por una razón. Había llegado el momento de averiguar cuál era».

Cultos arcanos, deidades olvidadas, cazadores, pueblos que desaparecen, geometría sagrada, sueños y pesadillas, tradiciones, herencia, sacrificios, amor… Pinos Blancos, de Gemma Amor, es una novela de terror rural que esconde muchos secretos. Una historia que se va construyendo capa a capa y aumentando lentamente la tensión. Con unas escenas potentes e inquietantes (... esos túmulos). La edición de Dilatando Mentes está llena de detalles ilustrados, cuenta con la cuidada traducción de José Ángel de Dios y la llamativa cubierta es obra de Ah Taut. Si están buscando una novela de terror que transforme a las Highlands de Escocia en terreno de pesadillas tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Pinos Blancos? ¿Les llama la atención?

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