El año de gracia, de Kim Liggett

 

Imaginen cómo sería crecer en un lugar en el que se cree que las adolescentes tienen un poder que enloquece a los hombres y por ello, al cumplir los dieciséis años, son desterradas durante doce meses lejos de casa, sin saber qué les espera. Un método brutal para que desaparezca la extraña magia que poseen. Pero no todas las chicas regresan. Hoy quiero recomendarles El año de gracia, de Kim Liggett. Una novela distópica (que mezcla la opresión de El cuento de la criada y la lucha por la supervivencia de El señor de las moscas) y nos presenta una sociedad aterradora que ve en las mujeres jóvenes un enemigo a doblegar. 

«No se habla del año de gracia.

Está prohibido».

Esta es la historia de Tierney, una joven de dieciséis años a la que conoceremos el día antes de que sea desterrada, junto a todas las otras chicas de su edad, para que se deshagan de la magia perversa que según todos en el pueblo aparece justo en ese período. En el condado de Garner nadie habla de lo que les ocurre a las chicas durante el llamado «año de gracia», pero las que regresan vuelven cambiadas. Directas a cumplir su papel como obedientes esposas, si son de las pocas afortunadas que obtienen un velo antes de irse, o a ser simples trabajadoras con más o menos dicha dependiendo del lugar al que las asignen.

En ese futuro hay menos hombres que mujeres, así que muchas terminan como trabajadoras o peor, desterradas a las afueras (condenadas a la miseria y a la prostitución) o simplemente asesinadas, si su comportamiento no se adapta a lo que se espera. Pero nuestra protagonista tiene claro que el papel de esposa no es para ella. Criada por su padre casi como si fuese el hijo que nunca tuvo, es la única de sus hermanas que cree que se irá al año de gracias sin obtener el codiciado velo. Pero todas sus aspiraciones se ven frustradas cuando recibe una promesa de matrimonio que no deseaba. Lo que la convierte desde el primer momento en un objetivo entre las que serán sus compañeras durante ese largo año de exilio.

«Pero no todas volveremos a casa. No de una pieza».

Dividido en cuatro partes, cada una correspondiente a una estación diferente, iremos acompañando a Tierney mientras descubre los peligros, horrores y secretos que esconde el temido año de gracia. En el que no solo se deberá enfrentar a los terribles furtivos que acechan a las jóvenes para vender su cuerpo por piezas en el mercado negro, sino también a sus propias compañeras. Jóvenes convencidas de que deben despertar la magia que todos dicen que poseen para poder así desprenderse de ella totalmente antes de volver.

Si bien en un primer momento Tierney desconoce cuánto de realidad esconden las afirmaciones sobre la magia de las adolescentes, descubrir qué parte es sugestión, o quizás verdadero poder, será una de sus principales misiones. La otra, y la más importante, es sobrevivir. Tratando de encontrar una manera diferente de hacer frente a ese año de retos y peligros, aunque no será nada fácil. Kiersten, la chica más popular y cruel del condado, se encargará de que las cosas se hagan a su modo.

«Los hombres dicen que el condado de Garner es una utopía. Un paraíso terrenal. Aunque sea mentira… Y si es verdad, me entran escalofríos sólo de pensar qué puede haber más allá de los bosques, más allá de las montañas y llanuras».

Aunque la primera parte es un poco más pausada, llega un punto en el que los abusos e injusticias que sufre Tierney son tantos que por un momento me temí que todo el libro fuese así, pero hay un hecho que marca un punto de inflexión, un cambio de circunstancias que se agradece. La novela está repleta de giros en la trama que les mantendrá leyendo página tras página para conocer el destino de nuestra protagonista y de sus compañeras. Yo, particularmente, esperaba más sororidad desde el inicio, pero termina por llegar. 

Crueldad, secretos, opresión, supervivencia, amistad, amor, sororidad… El año de gracia, de Kim Liggett, es una distopía juvenil que nos presenta un mundo en el que las mujeres están manipuladas por el horror, la culpa y el miedo para que acepten sin dudar la opresión. Una obra que nos muestra que cada pequeña elección es importante si quieres volverte parte del cambio y no perpetuar el sistema. Por momentos es un libro muy duro de leer, por lo que hay que estar de un humor adecuado para adentrarse en la historia. La traducción, muy cuidada, es de Ignacio Villaro Gumpert. Si están buscando distopías es una excelente opción.

¿Han leído El año de gracia? ¿Les llama la atención?