Agujeros de Sol, de Nieves Mories

¿Qué es lo peor que podría pasar durante una cena de Nochebuena? ¿Qué ocurre cuando juntas a un grupo de personas que guardan años o incluso décadas de rencores si están desinhibidas y pierden parte de esas barreras que conocemos como moral? ¿Qué secretos esconden esas familias en apariencia perfectas, con los medios y los recursos para llevar una vida que los otros solo pueden soñar y envidiar? Hoy quiero recomendarles Agujeros de Sol, la nueva novela de Nieves Mories que sale a la venta el próximo 13 de julio y que si son amantes del terror tienen que leer sin dudar. 

“Es guapa, ¿verdad? La mujer sentada en la butaca Chester, a esa me refiero. No, la otra no. La que aún se mueve”.

La nueva novela de Mories se aleja un poco de lo sobrenatural para traernos una historia de monstruos reales y quizás es por ello que son aún más aterradores. Esos que pueden o no compartir tu sangre, pero se denominan familia. Aquellos con los que te ves obligado a convivir bajo el mismo techo y cuya influencia y control te acompañará en mayor o menor medida durante toda tu vida (ya sea por su presencia asfixiante o por la falta de ella). Porque no todas las familias son iguales, ni las felices ni las infelices. Algunas acumulan secretos y horrores como quienes colecciona figuras de Lladró, y la autora nos llevará al asfixiante seno de una de ellas.

Los S. de V. son una familia adinerada que vive en una comunidad privada, de esas que van los domingos a misa y que además de contar con una matriarca y un patriarca dominantes (Julían y Bárbara), tienen dos hijos que deberían ser el orgullo del clan. Santiago, el hermano mayor, es un hombre casado por segunda vez y el padre de unos extraños mellizos de seis años llamados Lena y Eric. Martín es el hijo menor, el que aún no ha logrado nada por su cuenta. Lucia es la segunda esposa de Santiago, una mujer que llegó para reemplazar a Ada, la difunta madre de los mellizos, pero que no sabía en realidad dónde se estaba metiendo con ese matrimonio. O quizás sí, pero entró a la familia de todas maneras.

“—Lo había olvidado. Lo había olvidado…

Olvidó lo que se sentía cuando aún la trataban como a una persona”.

Precisamente Lucía será una de nuestras principales narradoras, pero no la única. En esta novela coral iremos descubriendo capa a capa cómo la reunión familiar de Nochebuena se trasformó en un horror sangriento en el que pistolas de clavos automáticas y decoraciones navideñas cumplieron con funciones muy diferentes a las que estaban destinadas. Porque Mories va cambiando no solo de narradores, sino también de tiempo. Así alternaremos entre presente y pasados (lejanos y próximos) para descubrir la fealdad que ocultan las propiedades caras, las manicuras impecables, las oraciones, y las cenas perfectas en casa de una familia en la que sobra todo lo que no importa y falta algo básico: el verdadero cariño o amor. 

Decir que esta es una historia de venganza es quizás adecuado, pero se queda muy corto. Porque sí, puede que la venganza sea uno de los motores principales de la trama, pero también podríamos afirmar que es una novela de secretos. De ir desentrañando los horrores que a veces se ocultan muy bien enterrados, pero que muchas veces están a simple vista pero que hay que saber mirar. Ser valientes para no apartar la vista, porque es mucho más duro. No importa cuánto crees conocer a los personajes, la autora siempre se guarda alguna traición aún mayor para que cada descubrimiento sea más impactante. Mories juega con los personajes, pero también con el lector, para que asumamos cosas que quizás no sean ciertas para que así no paremos de sorprendernos.

“Puede que todos los que están en esta casa tengan su trocito reservado en la tarta de la culpabilidad. La vida no es tan sencilla como una partida de Cluedo; la Señorita Amapola con el candelabro en el garaje no suele ser la única responsable de todas las calamidades”.

La edición que ha preparado la editorial Dilatando Mentes es una joya como las que nos tienen acostumbrados. Con portada y extraordinarias ilustraciones interiores de Juan Alberto Hernández, y alguna de la propia autora (con la que comienzan los capítulos). Además de un maravilloso prólogo de Cristina Jurado y un grandioso postfacio de Alicia Pérez Gil que complementan a la perfección a la novela. 

El horror de los monstruos reales, esos que te sonríen al otro lado de la mesa, y lo que somos capaces de hacer cuando no existen inhibiciones… Agujeros de Sol, el nuevo libro de Nieves Mories, es una novela que te atrapa y no te suelta, ni siquiera cuando has terminado de leer. Y que cuenta además con el trasfondo de un episodio aterrador de la historia reciente: la de los niños robados. Esos interludios titulados Nuestra Señora del Horror me hicieron estremecer cada vez. Son un buen recordatorio de que a veces la realidad supera a la ficción (aunque no a la que escribe Mories). No puedo hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad. Yo me quedo con ganas de leer todo lo que ha publicado Mories hasta ahora, así como todo lo que publicará en el futuro.

¿Han leído Agujeros de Sol? ¿Les llama la atención?

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