Todo el que haya experimentado el dolor de la pérdida sabe que el duelo puede llevarnos a lugares muy oscuros. ¿Qué estarían dispuestos a hacer para volver a contactar con alguien que murió? Imaginen que existe un lugar en el que si dejas toda tu vida detrás puedes contactar nuevamente con tus seres queridos fallecidos. Un pueblo lleno de casas embrujadas en las que sus moradores pueden contactar con sus muertos. Hogares que son tan codiciados que hay competición feroz con el objetivo de ser los habitantes de uno de ellos. Hoy quiero hablarles de Linghun, de Ai Jiang. Una novela corta muy potente que trata temas como los lazos familiares, la no aceptación de la muerte, el dolor y la inmigración.
«Madre y Padre a menudo intentan convencerme de que ellos no son tan tradicionales como sus progenitores; sin embargo, adoraban a mi hermano, el primogénito, y a menudo se olvidaban de mí. Aún lo hacen, aunque él ya no esté».
El libro cuenta con tres narradores principales, la primera de ellos es Wenqi, una adolescente que está por terminar el instituto y ve cómo su madre y su padre la arrancan de su vida en Inglaterra con el objetivo de llevarla a HOGAR. Realmente ella y su familia son de Fuzhou, una ciudad de China, pero tras la muerte de su hermano mayor, cuando solo era un niño de seis años, se mudaron por primera vez, tratando de dejar el dolor detrás. Pero una década más tarde ese nuevo comienzo no fue tal, al menos no para su madre. Por lo que ahora que consiguieron una de las anheladas casa de HOGAR dejan nuevamente todo detrás, no para empezar de nuevo, sino para vivir junto al fantasma de su hermano muerto.