¿Qué podría hacer estallar la revolución en una ciudad al límite? Ilmar es una metrópolis ocupada a punto de explotar. Pero, ¿cuál será la chispa que desate la violencia en una urbe férreamente controlada por una potencia extranjera? ¿Quiénes alzarán primero la voz? ¿Serán las fraternidades de las fábricas o los matones del submundo criminal? ¿Quizás los aristócratas que se vieron reemplazados del centro del poder o los estudiantes que sueñan con un futuro libre del dominio de los paliseños? O puede que todo empiece con la Forestáncora, ese misterioso bosque que esconde un portal que estaba allí antes de que la ciudad se fundase y que probablemente se mantenga aún después de que la misma desaparezca. Hoy quiero recomendarles La ciudad de las últimas oportunidades, de Adrian Tchaikovsky. El alucinante inicio de la serie Los tiranos filósofos.
«Y los paliseños censuraban a los magos, pero no tenían ningún inconveniente en aprovechar el sudor de los demonios, si con ello lograban que su amada economía siguiera funcionando como una seda».
En este primer libro, Tchaikovsky nos lleva a conocer a Ilmar, la tercera ciudad de Telmark. Una urbe que desde hace tres años se encuentra bajo la ocupación de Palisania. Los paliseños son un pueblo que lleva siglos con una misión: llevar la “perfección” al resto del mundo. Y para ello, se encargan de ir conquistando territorios con el objetivo de anexarlos al Dominio Paliseño. De manera que las personas de los lugares invadidos aprendan a llevar una vida que se ajuste al ideal de “perfección” que ellos persiguen. No solo les hacen usar el paliseño como idioma principal, sino que, de manera sistemática, van borrando cualquier rastro de las culturas locales para sustituirlas por la correcta, es decir, la de los ocupantes. Todo ello mientras las arcas de Palisania y los bolsillos de los miembros de la Comisión Temporal de los Fines y los Medios se llenan con el dinero que cada una de esas conquistas les reporta.