Así se pierde la guerra del tiempo, de Amal El-Mohtar y Max Gladstone

 

Hay novelas que son difíciles de describir. Lecturas que te gustan tanto por lo que cuentan como por la manera en la que están narradas. Que dosifican la información y desafían al lector a buscar entre líneas y a encontrar respuestas. Hoy quiero recomendarles una de esas obras: Así se pierde la guerra del tiempo, de Amal El-Mohtar y Max Gladstone. Una novela corta maravillosa y galardonada con los premios Hugo, Locus y Nebula. Un libro que nos llevará a vivir una intensa historia de amor a través del tiempo y el espacio.

«Una sola vida salvada puede ser más valiosa para el otro bando que toda la sangre que hoy ha ensuciado las manos de Roja. Una fugitiva se convierte en una reina, en una científica o, aún peor, en una poetisa. O su hija, o una contrabandista con la que intercambia las chaquetas en un espaciopuerto lejano. Y toda esta sangre se habría vertido para nada».

Esta es la historia de Roja y Azul. Dos agentes de bandos rivales en una guerra que se libra a lo largo del tiempo y del espacio. Dos mujeres que son las mejores entre los efectivos de sus propias organizaciones y que empiezan a intercambiar una correspondencia prohibida. Pero lo que inicia como un envío de pullas y desafíos entre rivales que tratan de anticiparse a las acciones de su contraria para arruinar sus planes, paulatinamente irá evolucionando en una relación que pondrá en peligro su seguridad y su existencia.

Roja trabaja para la Agencia, una organización que envía a sus agentes a lo largo de la historia para asegurar así su futuro como organización y su propia existencia. Cambios grandes y pequeños que hagan que cada hilo de la historia se teje de la manera que ellos necesitan para ganar esa batalla a largo plazo que es conocida como la guerra del tiempo. En el otro lado está Azul, una agente del bando enemigo, de Jardín. Una organización que quiere, a su vez, ganar esa guerra a toda costa y cuyos miembros alteran la historia de manera quizá más sutil pero igualmente efectiva.

«Va hilo arriba e hilo abajo; trenza y destrenza los cabellos de la historia».

Aunque en las primeras interacciones vemos que tanto Azul como Roja tratan de llevar a cabo sus misiones solo para descubrir que han sido superadas por su rival, cada vez que terminan encontrarán escondida una carta que les permitirá ir conociendo a esa agente del bando contrario a la que ansían derrotar. Porque en cada guerra debe haber un bando ganador y uno perdedor, o quizá no tienen por qué ser así.

De esta manera, nos veremos viajando desde futuros lejanos y planetas destruidos hasta épocas anteriores a la de los mamuts. Visitaremos sociedades que son un sueño ciberpunk con sus redes neuronales, dioses de silicio y códigos maliciosos, y también podremos estar en medio de una horda mongol mientras acompañamos al Gran Kan en una de sus muchas conquistas. El multiverso y su infinidad de posibilidades así como los viajes en el tiempo son el campo de juego de esas dos organizaciones rivales que se enfrentan desesperadamente para construir el futuro que desean.

«Las palabras pueden herir, pero también son puentes… Las cartas son estructuras, no acontecimientos. Las tuyas me proporcionan un lugar donde vivir».

Viajando de hilo en hilo y a través de cartas, vemos surgir el amor entre nuestras protagonistas. Que aunque no puedan estar juntas, ansían y buscan la compañía que solo su oponente le puede ofrecer. Pero tienen que ser cuidadosas, sus organizaciones las vigilan atentamente y cualquier error puede significar la muerte. En ningún bando hay lugar para la traición y las cartas que intercambian Roja y Azul solo pueden ser vistas como el mayor signo de deslealtad. Aquí me gustaría resaltar también la cuidada traducción de Christian Rodríguez y la espectacular cubierta de Kévin Deneufchatel. 

Guerra, amor, traición, viajes en el tiempo, el multiverso y sus infinitas posibilidades… Así se pierde la guerra del tiempo, de Amal El-Mohtar y Max Gladstone, es una novela preciosa y poética que desborda imaginación. Tanto los escenarios como los métodos que Roja y Azul utilizan para intercambiar esa correspondencia prohibida son alucinantes (mención especial a esa taza de té y no diré más). La manera en la que está estructurada la novela no nos permite anticipar cuál es el próximo lugar en el tiempo o el espacio en el que se producirá el casi encuentro entre nuestras narradoras y eso solo hace que todo sea aún más extraordinario. Si quieren leer una historia que los sorprenda tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Así se pierde la guerra del tiempo? ¿Les llama la atención?