Ser devorado, de Sara Tantlinger

 

¿Alguna vez se han preguntado a qué sabe la carroña? En la novela que les quiero recomendar hoy nuestra protagonista está obsesionada con encontrar respuesta a esa pregunta tan particular. Y digamos que las cosas que hará para experimentar con sus obsesiones nos llevarán a un viaje perturbador y estremecedor que no es apto para estómagos débiles. Ser devorado, de Sara Tantlinger, es la obra ganadora del Premio Ladies Of Horror Ficction que con la traducción de José Ángel de Dios se sumó en febrero mes al catálogo de terror de Dilatando Mentes Editorial.

“Lo único que quiero es libertad, mover mi columna vertebral y mis omóplatos como placas tectónicas y que de ellas broten alas. Y volar, volar lejos…”.

La novela corta nos narra la historia de Andi, una joven con un pasado marcado por la tragedia y la pérdida que está llena de ira. Que ansía descubrir a qué sabe la carroña. Que sueña con ser aceptada por un grupo de buitres. Que en definitiva quiere libertad y la busca quizás en el lugar menos adecuado, pero no por ello tiene menos lógica que tratar de encajar en una sociedad que no la entiende, y a la que nunca ha creído pertenecer. Una que, al perder a su hermano menor y poco después a su padre y a su madre, la calificó como difícil y siempre a punto de estallar con toda la rabia que guardaba dentro.

Aunque trate de llevar una vida normal, tenga una novia a la que ame y acuda semana a semana a terapia para tratar de lograr una normalidad que está lejos de realmente sentir, digamos que una serie de circunstancias ajenas a su control la llevan a estar cada vez más al borde de un abismo que es muy difícil de describir. Perder a su terapeuta y tener que cambiarse a otra que no es tan comunicativa ni parece entenderla como la anterior, esforzarse en hacer un regalo y que su novia Luna solo se sienta asqueada ante un trabajo que le llevó semanas de esfuerzo, son solo dos de las muchas causas que la acercan al precipicio. Incomprensión y rechazo son una mezcla explosiva para una mente herida. Una inmersa en la búsqueda desesperada de libertad para escapar así de su propio dolor y que cada vez se ve más envuelta en obsesiones malsanas.

“¿A qué sabe la carne muerta? ¿Los cuerpos atormentan a los buitres después de que estos consuman su cadáver? Si como carne humana, ¿vivirá este ser dentro de mí para siempre?”.

Aunque desde un primer momento podemos sentir empatía con el sufrimiento de Andi y por esa mente tan frágil que guarda lápidas que son una muestra del dolor que le ha tocado padecer, hay momentos que son realmente duros de leer. Había experimentado muy diversas sensaciones leyendo libros de terror, pero hasta ahora ninguno me había producido arcadas, y esta novela corta lo logró (y no fue precisamente en la parte más gore del libro). La autora juega con una prosa poética que te permite leer entre la fascinación y la repulsión estas poco más de ciento veinte páginas de descenso a la locura que sientes desde el inicio como inevitable, aunque quizás no lo es.

A la novela corta la acompaña en maravilloso prólogo titulado “Devorar o ser devorado” de la maestra del terror patrio Nieves Mories. También por un interesante postfacio de Erica Couto-Ferreria en el que nos habla de canibalismo y metamorfosis. Y, como ya nos tiene acostumbrado la editorial, el libro está repleto de ilustraciones un tanto perturbadoras que complementan la historia a la perfección.

“Mi propio veneno descompone mi cuerpo desde sus entrañas hacia el exterior. Toda esa bilis agria el néctar de mi corazón y mi alma. La forma en que la muerte me persigue, el modo en que la hostilidad vive dentro de mí como una bomba que intenta consolarme antes de explotar”.

Ser devorado, de Sara Tantlinger, puede que parezca que nos habla solo de canibalismo y carroña, pero trata del dolor, la pérdida y el vacío que podemos experimentar. Sobre cómo no saber pedir ayuda cuando la necesitamos nos puede dejar huecos. Cómo esa avidez de comprensión y consuelo puede transformar nuestra existencia en algo aterrador. Buscar pertenecer, aunque sea a un grupo de buitres, porque la alternativa es aún más horripilante. No es una novela fácil de leer, pero el poso que deja es increíble. Así que mi recomendación es que no los asuste la carroña, la sangre o la oscuridad, ¡dadle una oportunidad!

¿Han leído Ser devorado? ¿Les llama la atención?