¿Cómo afectaría a tu vida toparte repentinamente con una cosa inexplicable? Algo a lo que no puedes considerar un objeto, que no eres capaz de describir claramente con palabras, pero que te causa una fascinación y una atracción que no puedes o quieres evitar. Hoy les quiero recomendar una de esas lecturas que no se olvidan: Cero de Kathe Koja, la obra ganadora de los premios Bram Stoker y Locus a la mejor primera novela en 1992 y que acaba de ser publicada en español por la Biblioteca de Carfax.
"¿Qué se puede decir ante lo inclasificable?"
Nicholas es un joven poeta que solo escribe cuando está borracho y por las mañanas tiene demasiado miedo para enfrentarse a su creación. Trabaja en un videoclub para pagar el alquiler y poco más, un chico común y corriente que ve como su vida empieza a cambiar tras un descubrimiento casual. Junto a su amiga Nakota, quien en otro tiempo fue su amante, se topa por accidente con un agujero negro en un almacén de la primera planta de su edificio. Un hallazgo que les produce una fascinación tan difícil de catalogar como el agujero en sí mismo.
¿Es un ser vivo o viviente? ¿Es un algo u otra cosa totalmente diferente? ¿Quizás un proceso? Estas serán las primeras de las muchas dudas que se le presentaran a nuestros protagonistas mientras intentan clasificar lo inclasificable y que discuten de forma constante entre ellos tratando de encontrar respuestas, pero cada nueva hipótesis solo trae aún más incertidumbres. Hasta que por iniciativa de Nakota pasan de las palabras a la acción, pero sin tener idea de las consecuencias que eso desencadenaría.
"Mi verdadero amor, una mujer que jamás me había querido ni de lejos, ni siquiera en mis mejores días, en sus mejores días, esta mujer volvía a ser mi amante en lo que como mucho, era una pérdida de tiempo terminal"
Los experimentos que realizan en el Ojo se vuelven cada vez más macabros y retorcidos, así como gradualmente también se va transformando la relación entre Nicholas y Nakota, y clasificarla como tóxica es el mayor de los eufemismos. Ya que la novela está contada únicamente desde la perspectiva del protagonista masculino, nos presenta a la que él llama el amor de su vida como una mujer desagradable, fría e indiferente; que no deja de volver con él por la enfermiza atracción que parece ejercer el Ojo sobre ella, siempre ávida, deseosa por ir un paso más. Pero estoy segura de que si fuésemos partícipes de la visión de Nakota, la historia sería diferente. Nicholas encarna al típico chico que se cree bueno y que todo lo merece, que no para de atormentarse y victimizarse, pero que no quiere reconocer su verdadera naturaleza, porque lo que realmente le aterra es lo que pueda descubrir.
Lo primero con lo que nos encontramos antes de empezar la novela es con interesantísimo prólogo firmado por la que también es la traductora del libro: Pilar Ramírez Tello. Además de explicarnos el por qué de la elección del título, nos habla del reto que supuso trasladar al español esa forma tan peculiar que tiene la novela, que se caracteriza por una puntuación extraña o a veces inexistente, que se adapta muy bien al tono de esa historia tan particular que Koja nos quiere contar y que parece sacada directamente de la cabeza de su protagonista, sin filtros. Desde aquí solo puedo alabar el resultado, no sé cómo funcionará en inglés, pero en español Pilar hizo magia. Es buen momento para destacar también la espectacular portada de Rafael Martín Coronel, encargado del arte de todos los libros de la editorial.
"No podía lamentar la pérdida de algo que jamás habría sucedido, aunque, aun así, sentía la tristeza".
Un agujero negro inclasificable y capaz de transformar a cualquiera, una relación peligrosamente tóxica, escenas que harán que se estremezcan del miedo y/o también del asco, Cero es una historia adictiva que como un accidente de carretera no quieres ver, pero del que no puedes apartar la mirada. Las historias más profundas son las que hablan de nuestras inseguridades y temores, de nuestra miseria y Kathe Koja crea una novela en la que todo ello se retrata muy bien. Si desean encontrar una historia de terror con la que perder el sueño, ya pueden parar de buscar.
¿Han leído Cero? ¿Les llama la atención?
Hola!
ResponderEliminarMe parece curioso, y me lo apunto. Lo que creo es que no empatizaré mucho con los protas, pero no es obligatorio que me caigan bien los personajes :)
Besos!!
Sí, no están pensados para caer bien o agradar, al contrario. pero la historia es tan adictivas que no puedes parar de leer.
EliminarBesos
Muy buena reseña, María.
ResponderEliminarCoincido muchísimo contigo. La relación de estos dos protas... ¡¡más tóxica imposible!! jajaja. Y en lo que comentas de que si la historia fuera desde el punto de vista de Nakota, seguro que tendriamos otra versión de los hechos. Nicholas es muy pasivo pero, quién sabe cómo reacionaríamos nosotros si encontráramos un agujero de esos :(
Un beso.
¡Muchas gracias! La relación de esos dos parece un manual de todo lo que no se debe hacer estando con alguien XD La verdad es que yo tampoco sabría como reaccionar ante algo tan inusual, aunque la pasividad de Nicholas es exasperarte, creo que es precisamente lo que busca la autora.
EliminarBesos
Tiene muy buena pinta. Se va a mi lista de pendientes :D
ResponderEliminar¡Gracias por la reseña!