El último deseo, de Andrzej Sapkowski.

Hay libros que vienen muy bien recomendados, esos de los que todo el mundo afirma que amarás y el cual tienes tantas ganas de leer, como miedo; pues mientras más altas las expectativas, más duras suelen ser las decepciones. Pero con El último deseo, el primer libro de La saga Geralt de Rivia, todas las buenas críticas están más que justificadas. La historia creada por Andrzej Sapkowski no podía haberme gustado más.

“El desconocido no era viejo, pero tenía los cabellos completamente blancos”.

Compuesto por seis relatos independientes y por otro más largo dividido en siete partes y titulado La voz de la razón, que servirá de nexo, hilo conductor y muchas veces también de breve introducción a las narraciones que vienen a continuación, conoceremos la historia de Geralt, un brujo que viaja de reino en reino en busca de monstruos a los que matar, para así ganar dinero y poder sobrevivir. 

Pues el mundo en el que habita Geralt está repleto de criaturas sobrenaturales, aunque parece que los brujos hacen su trabajo muy bien y cada día es más difícil encontrar aldeas que necesiten sus servicios, incluso Geralt reflexiona sobre lo irónico de su existencia, un trabajo que lo condenará en el futuro a ser totalmente prescindible.

El primer relato titulado El brujo no podría empezar de otro modo sino con una pelea en un bar, es allí donde nuestro protagonista recibe la misión de cazar una Estigre, una mujer transformada en monstruo por una maldición y es que una de las cosas que caracteriza a Sapkowski es usar seres propios de la mitología eslava dentro de sus relatos, lo que hace a la lectura aún más interesante. Su misión no será sencilla, digamos que el brujo debe tener tanto cuidado de los que le encomiendan su tarea, como del ser en cuestión, pues los reyes son caprichosos y no entienden de razones.

En La semilla de la verdad nuestro segundo relato, Geralt se topa con un doble asesinato en el bosque cerca de un palacio en ruinas, el cual es custodiado por un ser horrible pero muy civilizado. Veremos de nuevo al brujo usar su astucia para revolver el enigma, y conoceremos de nuevo a otro ser que nada tiene que ver con nuestro bestiario habitual, pero del que no quiero revelar nada para que los descubran ustedes mismos. Poético e incluso triste es uno de esos relatos que me sorprendió. 

“¡Qué silencio! Qué vacío. Cuánto vacío. En mi interior”

El relato que sin duda es mi favorito es El mal menor, pues si algo me sorprendió es la habilidad que tiene Andrzej Sapkowski de tomar elementos que todos conocemos de los cuentos populares para transformarlos en algo completamente diferente, aquí además de referencias a damiselas encerradas en torres, que resultan ser mujeres encarceladas para evitar una maldición predicha por los brujos y reinas que consultan espejos, encontraremos la historia de venganza de una especie de Blancanieves, la más perturbadora que he leído nunca. El peso de las decisiones que tomamos. Simplemente maravilloso.

“El mal es el mal… Menor, mayor, mediano, es igual, las proporciones son convenidas y las fronteras borrosas”.

El cuarto relato, Cuestión de precio inicia con un banquete al que Geralt es invitado por una reina caprichosa que desea comprometerlo a realizar un trabajo sin especificarle cuál es, a lo que Geralt se niega alegando que él no es un simple asesino al que pagan por matar a alguien. Aquí hay incluso una referencia a la Cenicienta, al Flautista de Hamelin y al famoso Rumplestelt. Se habla de la importancia de no jugar con los niños señalados por el destino. Creo que este es una de las historias que puede tener continuación y consecuencias en próximos libros.

En El confín del mundo, Geralt acompañado con su amigo Jaskier, un poeta y bardo de lo más ocurrente, viajan al fin de la civilización en busca de trabajos para él y se ven implicados con elfos, seres que aquí perdieron el dominio del mundo y se ven confinados las montañas, pues estamos viviendo en el tiempo de los humanos. Todo ello mientras trata de cumplir un encargo inusual, hacer entrar en razón a un diablo que hace travesuras en un pueblo.

“A la gente –Geralt volvió la cabeza– le gusta inventarse monstruos y monstruosidades. Entonces se parecen menos monstruosos a sí mismos.”

El último deseo, título que da nombre al libro, pertenece al último relato en el veremos cómo el brujo hace cualquier cosa por tratar de ayudar a su amigo Jaskier, y conoce a Yennefer una poderosa y ambiciosa hechicera que es algo más que la damisela de turno para Geralt. Deseos y d’jinns, Sapkowski no para de sorprender. 

Podría seguir hablando por horas del libro, de lo grandioso y complejo que es Geralt como protagonista, de lo triste que me parece su historia, sobre todo su niñez, del humor que desprenden los diálogos, de los fabuloso que son los monstruos que pueblan sus páginas, del uso tan inteligente que hace Andrzej Sapkowski de los cuentos populares para transformarlos en cosas increíbles, incluso de lo mucho que me sorprendí al encontrar historias de amor en sus páginas, pero mejor salen todos a comprar El último deseo, y lo descubren ustedes mismos que no se van a arrepentir. Tengo ya ganas de leer La espada del destino, pero tendré que dosificarme los libros, pues quiero tener aventuras del brujo para rato. 

¿Han leído El último deseo? ¿Les llama la atención?