Como fan de Jane Austen pocas cosas me gustan más que una buena historia ambientada en la regencia. Así que se pueden imaginar lo feliz que fui al descubrir que había autoras que a los bailes, los enredos y a la búsqueda de un marido respetable en esa Inglaterra llena de normas y rígida etiqueta unían la magia y las hadas. Cuando Duermevela publicó en 2022 El hechicero de la corona, de Zen Cho se convirtió en uno de mis libros favoritos de la vida, así que no pude estar más contenta cuando me enteré que la editorial iba a traernos una nueva historia ambientada en otra regencia mágica. Por eso hoy quiero recomendarles Media alma, de Olivia Atwater. Una novela que, además de robarme el corazón, se convirtió automáticamente en una de mis lecturas favoritas del año.
«Todas sus emociones se habían atenuado hasta convertirse en una especie de deseo menor y distante; como si se observara a sí misma en un sueño».
El libro nos cuenta la historia de Dora, aunque en realidad nuestra protagonista se llama Theodora Eloisa Charity Ellings, un nombre demasiado largo para que la pudieran regañar de manera efectiva mientras era pequeña. Dora es una joven de casi 20 años de lo más particular, cuando tenía solo diez años recibió la maldición de un hada, y en el proceso perdió la mitad de su alma. Así que uno de sus ojos que antes era verde quedó gris. Aunque sus ojos no fueron lo único que se vio afectado después del fatídico encuentro. Ella perdió parte de sus emociones y ahora es incapaz de sentir completa alegría o verdadero pavor. Como que todo se quedó atenuado de nada la afecta profundamente, no de forma inmediata al menos.
Tener las emociones atenuadas hace que Dora no se comporte como la señorita casadera que todos esperan que sea. Sus reacciones no parecen ser las adecuadas en una joven en la edad en la que debería soñar con casarse y formar su propia familia. Incapaz de saber cómo debe actuar en todo momento según las normas sociales, trata de imitar las reacciones de su prima Vanessa Ettings quien además de ser su salvadora (ya que evitó con una tijeras que el hada se llevase el alma completa de su prima), es su mejor amiga. Una jovencita que con dieciocho años acaba de ser presentada en sociedad y que todos esperan que encuentre el mejor marido esa temporada.
«Lord Vallebaldío teme esas tijeras —había dicho—, así que debes llevarlas siempre contigo, por si vuelve a por ti y no estoy cerca para apuñalarle la otra pierna».
Cuando Vanessa es presentada en sociedad su madre le propone dejar su casa en el campo e ir a Londres esa temporada con el objetivo de que puedan encontrar el mejor partido en los bailes de la capital. La jovencita acepta la propuesta solo si ella permite que Dora las acompañe. Aunque en un primer momento su madre no quiere acceder su petición porque teme que Dora y sus rarezas puedan afectar las posibilidades de su hija para casarse, termina por aceptar. Así, lo que empieza como la búsqueda de marido para Vanessa (porque nadie realmente cree que Dora se pueda casar), se transformará en la búsqueda de un remedio para nuestra protagonista. Porque en la capital está la única persona que podría ayudarla a volver a tener su alma completa.
En Londres conocerán a Elias Wilder, el sorcier real, el poderoso hechicero de la corte de Inglaterra. Un hombre que es héroe de guerra y un prodigio con la magia, pero que carece de los modales refinados que se necesitan a fin de triunfar en esa sociedad tan rígida. El primer encuentro de Dora y Elias habría hecho que cualquier otra jovencita saliese huyendo del rudo y maleducado sorcier real, pero debido a que nuestra protagonista no se comporta como se espera según su posición, digamos que solo será el inicio de una colaboración. Una en la que la joven podría encontrar las respuestas que necesita con el fin de llevar una vida normal.
«Las personas bien educadas son la peor clase de personas. Ante una injusticia terrible, la gente decente se enfada como es debido, pero las personas bien educadas no lo hacen jamás».
Sin embargo, una extraña plaga desatada en los asilos de Londres hace que el sorcier real tenga que encontrar una cura que le permita salvar a los niños afectados antes de poder ayudar a Dora. De este modo, entre bailes, visitas incómodas con el objetivo de tratar de encontrar una solución al mal de joven y de fingir un cortejo que no es tal, iremos descubriendo más de Dora y de Elias, ese hechicero que tan enfadado se encuentra ante la indolencia de los nobles frente a los problemas de los pobres que los rodean. Todo ello mientras Dora intenta a su vez evitar que su tía pueda casar a su prima Vanessa con alguien a quien la joven no ama y teme que Lord Vallebaldío dejé el mundo de las hadas a fin de reclamar la mitad de su alma que no pudo llevarse en su primer encuentro.
Hadas, bailes, magia, cortejo, normas, una extraña plaga… Media alma, de Olivia Atwater es una novela que amé de principio a fin. Tanto Dora como Elias son personajes complejos, encantadores e incomprendidos a los que les tomé cariño casi de inmediato. Con una ambientación en la regencia que no me pudo gustar más y lleno de crítica social para que no se nos olvide como malvivía una gran parte de la población mientras los nobles celebraban bailes y fastuosas cenas. Sin dejar de hablar de la manera en la que la protagonista es juzgada y rechazada por no encajar, por ser diferente. La edición de Duermevela es una verdadera belleza, no solo por esa maravillosa cubierta y las ilustraciones interiores de Cinthya Álvarez sino también por la cuidad traducción de Laura Moreda Caballero, además de que encontramos un relato que acompaña a la novela y que nos lleva a un momento del que disfruté muchísimo saber más. Si están buscando una lectura llena de magia, humor y buenos personajes tienen que darle una oportunidad. Yo necesito más.
¿Han leído Media alma? ¿Les llama la atención?
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