In the Nevernever: Siempre nos quedará Seúl, de Mikey Fernández

Siempre nos quedará Seúl, de Mikey Fernández

22 agosto 2024

 


Puede que aún no lo sepan pero me encantan los k-dramas, las series de TV que se crean en Corea del Sur y que desde hace un tiempo me parecen muchísimo más entretenidas que la mayoría de productos audiovisuales que se hacen de este lado del mundo. Así que cuando me enteré de que Mikey Fernández, un divulgador literario que sigo desde hace años por sus recomendaciones en YouTube e Instagram (y porque también nos habla de las mejores series coreanas) iba a publicar su primera novela la puse automáticamente en mi lista de deseos. Por eso hoy quiero recomendarles: Siempre nos quedará Seúl, un libro que, además, de sentirse como leer un k-drama es un retelling libre y LGTB+ de Persuasión, mi novela favorita de Jane Austen.

«Me he autoengañado diciéndome qué, si me mudo al culo del mundo, conseguiré encontrarme a mí mismo y adivinar qué es lo que realmente quiero hacer con mi vida».

El libro nos cuenta la historia de Jokin, un joven de 23 años que tras una dolorosa ruptura amorosa deja su vida en Bilbao para mudarse a Seúl. Cuando nuestro protagonista era solo un adolescente vivió por dos años junto a su padre y su madre en Corea del Sur. Así que ahora, años más tarde, decide regresar para ver si poniendo distancia entre él y su exnovio Álex encuentra qué quiere hacer realmente con su vida. Aunque uno de sus grades problemas es que en Seúl está Ji-ho, su primer amor. Ese chico bajito y guapo que le destrozó el corazón hace siete años y al que nuestro protagonista teme volver a ver, porque al ser el hermano de su mejor amiga sabe que terminarán por encontrarse tarde o temprano.

Lo que Jokin no podía esperar era que cuando se topa con Ji-ho por primera vez su reacción es darse la vuelta y salir corriendo, literalmente. Así que ese primer encuentro con el que había pasado tantos años fantaseando se vuelve un fracaso. Uno que hará que toda la rabia que guardaba por la manera en que habían acabado las cosas entre los dos se vuelva aún mayor. Y así, en medio de encuentros que salen mal y que implican huidas más o menos vergonzosas, iremos descubriendo cómo empezó esa historia de amor que tanto los marcó a ambos, y cómo lo que podría ser una segunda oportunidad para encontrar el amor se vuelve un enredo de proporciones épicas.

«Ahora, somos peor que los ex. Somos amigos».

Mientras trata de sobrevivir en la misma ciudad en la que vive el ex que cortó todo tipo de comunicación con él y que nunca le respondió ninguno de sus correos electrónicos, Jokin conoce a Kwang, un compañero de trabajo que es tan guapo como cualquier idol o actor de k-dramas y que parece muy interesado en él. Aunque nuestro protagonista no está seguro si es buena idea empezar una relación formal con un colega en ese momento en el que trata de entender que lo lleva evitar a Ji-ho al que creía haber superado. Pero por él que quizá sienta algo más que resentimiento. Para resumir, digamos que Jokin no siempre toma las mejores decisiones (por no decir directamente que actúa de manera un tanto infantil para evitar resultar herido una vez más).

Además de los capítulos desde el punto de vista de Jokin, contaremos también con otros narrados por Ji-ho, y así conoceremos cómo se arrepiente por la manera en la que terminó todo. Aunque es un personaje adorable, por momentos su pasividad me hizo querer gritarle tanto como lo hacen su hermana Sunny y su mejor amiga, Mi-hee, que además es su socia y compañera en la librería/cafetería que tienen en uno de los barrios más bonitos de Seúl. Ir intercambiando entre los capítulos de Jokin y Ji-ho nos hace disfrutar aún más la historia, porque en sus interacciones hay tantas cosas que se quedan por decir que de otra manera sería más difícil comprender sus actitudes. Lo que no faltarán serán encuentros en los que la ropa sobre aunque falten las palabras. Porque sí, en el libro hay unas cuantas escenas de esas que suben la temperatura varios grados ya que, aunque el español no quiera hablar de amor y evita todas las conversaciones incómodas, la atracción entre ellos es innegable.

«Huyo, una vez más, porque, al parecer, lo único que sé hacer ahora mismo es eso: huir».

Seúl, amor y desamor, libros y cafés, primeros amores que no se olvidan, segundas oportunidades… Siempre nos quedará Seúl, de Mikey Fernández es una novela adictiva que solo me duró dos días. Una historia de amor llena de huidas y malentendidos, con unos personajes a los que terminas por agarrarles cariño y sentirlos como tus amigos (y a los que les quieres gritar que terminen de hablar de una vez). Una novela con referencias a k-dramas, películas y libros que me encantan y que nos lleva a pasear por un Seúl en otoño que se siente real. Una historia divertida y llena de romance que si les gustan las series coreanas no se deberían perder. 

¿Han leído Siempre nos quedará Seúl? ¿Les llama la atención?

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