Tenemos que hacer algo, de Max Booth III

 

Imagina cómo sería quedarte encerrado en un baño con toda tu familia. Recibir una alerta de tornado y refugiarte en la que debería ser la habitación más segura de tu hogar por unas horas, solo para descubrir que no puedes volver a salir. Cómo sería ser una adolescente y estar en un lugar reducido junto a unos padres que se odian, un hermano pequeño que disfruta poniéndote de los nervios y sin poder comunicarte con nadie del exterior. Este es el asfixiante escenario en el que se desarrolla la novela corta que les quiero recomendar hoy: Tenemos que hacer algo, de Max Booth III. Un libro inquietante en el que sabemos desde la primera página que todo puede salir mal, pero no tenemos ni idea de hasta qué punto.

«No quiero estar aquí, en este baño con mi familia. No quiero estar atrapada escuchándolos discutir cada par de minutos sobre cosas sin importancia. No es mi culpa que sean infelices. No les pedí que se casaran. No les dije que tuvieran hijos».

La historia está narrada por Mel, una adolescente que tras recibir una serie de notificaciones en el móvil que indican que se producirá un tornado en el área en la que vive y que debe buscar refugio, termina encerrada con su disfuncional familia en el baño de su hogar. Junto a su madre, Dee, su padre, Robert y su hermano pequeño Bobby, entran al baño esperando pasar allí unas pocas horas, sin sospechar lo que ocurrirá de verdad. Su madre solo tomó una cobija para que se pudieran sentar en el suelo, su hermanito decidió llevar todos los juegos de mesa que pudo cargar. Su padre, por su parte, se aferró a un termo cargado de whisky. Mientras nuestra protagonista únicamente llevó su móvil.

Sin embargo, lo que en un principio era una situación temporal, estar en la pequeña habitación junto a personas que se odian mientras el tornado y la tormenta arrasaban con todo, se transforma en una especie de condena en la no saben por cuánto tiempo deberán estar allí cuando un árbol caído impida que puedan volver a salir del lugar. Pues solo pueden abrir una pequeña rendija hasta que la puerta se tope con un obstáculo que le impide moverse mucho más. Algo que los obliga a permanecer en ese lugar claustrofóbico, sin comida y sin saber cuándo o cómo recibirán ayuda.

«Cuanto más tiempo estamos en este baño, más aumenta la tensión. No aguantara para siempre. Tarde o temprano, algo se va a romper.

Algo o alguien».

Max Booth III se encarga de crear el escenario perfecto para que se desarrolle una tragedia. Nos va dando pinceladas de las personalidades de los cuatro protagonistas que se encuentran atrapados en una situación límite y tú solamente puedes leer tratando de descubrir qué será aquello que los lleve al extremo. Eso que los empuje un poco más a la locura. Sin sospechar de algunos de los elementos que harán su aparición para volver una situación terrible en algo aún más aterrador. Hay cosas que cuando llegan te causan verdadera repulsión, pero es mejor que las descubran ustedes mismos. Al libro le acompaña una introducción del director de la película que adapta la novela corta (que ahora estoy deseando ver) y también una interesante nota del autor en la que nos cuenta cómo fue publicada la historia durante la pandemia y cómo se filmó la película también es esas condiciones. 

Familias disfuncionales, alucinaciones, brujería, culpa, miedo… Tenemos que hacer algo, de Max Booth III es una lectura llena de tensión que los mantendrá leyendo sin parar, mientras intentas adivinar qué puede pasar cuando sus personajes son llevados al límite una y otra vez. El tipo de lectura que te deja una profunda sensación de desasosiego, porque quieres tener esperanza, pero quizás no hay lugar para ella. La segunda novela corta de la colección Deméter cuenta con la excelente traducción de Shaila Correa y una cubierta ilustrada por Mariñe Pérez. Si están buscando una historia de esas en la que no puedes parar de pensar luego de cerrar el libro, tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Tenemos que hacer algo? ¿Les llama la atención?