In the Nevernever: Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy

Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy

12 marzo 2020


¿Qué pasaría si pudieses ver el futuro? Si no importara lo opresivo que sea tu presente porque tienes la oportunidad de viajar a un futuro en el que se vivirá mucho mejor. Descubrir que cosas que ahora parecen inalcanzables como la igualdad o la eliminación de la pobreza, fuesen una realidad en un tiempo que está por venir. ¿Qué ocurriría si ese futuro esperanzador estuviese en peligro? ¿Si en vez de en una utopía podríamos acabar en una distopía deshumanizadora y tú puedes ayudar para evitar que ocurra? Hoy quiero recomendarles Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy. Una obra clásica de la ciencia ficción especulativa que permanecía inédita en español y que ahora podemos disfrutar gracias a la editorial Consonni.

“El objetivo de crear futuros es hacer que la gente pueda imaginar qué quiere y qué no quiere que pase, y quizás hacer algo al respecto”.

Publicado originalmente en 1976, Mujer al borde del tiempo es un libro de ciencia ficción feminista que nos presenta tanto un futuro utópico como su alternativa distópica. Pero que hace hincapié sobre todo en mostrarnos más detalladamente el mañana más esperanzador y brillante, ese al que deberíamos aspirar. En la magnífica introducción de la autora que acompaña a la novela y que apareció junto a la edición por el cuarenta aniversario de su publicación en inglés en 2016, nos habla de cómo surgió el libro y de cómo la utopía nace del hambre que tenemos de algo mejor y de cómo la esperanza es el motor que nos permite imaginar esos futuros.

Esta es la historia de Connie Ramos, una mujer chicana que vive en Nueva York y que termina, de manera completamente injusta, encerrada en una institución psiquiátrica. Aunque Connie sabe que no está enferma, sus doctores consideran que es un peligro para sí misma y para la sociedad y por eso la mantienen confinada y drogada contra su voluntad. Todo intento de explicar al personal del centro que ella no necesita estar allí es considerado como un síntoma más de su enfermedad. Pero como no es la primera vez que Connie ha estado ingresada, ya conoce el sistema, y trata de usar ese conocimiento para escapar, aunque parezca imposible. 

“La última vez no había luchado; había venido voluntariamente con la trabajadora social. Creyéndose su enfermedad. Había venido humildemente, contaminada de autodesprecio, harta de estar viva”. 

En un primer momento, no conocemos qué llevó a nuestra protagonista a su primera reclusión en un hospital psiquiátrico. Pero en lo que vamos desentrañando su historia, el sentido de injusticia y la impotencia se va acrecentando en nosotros. Una hija a la que ya no puede ver, un esposo muerto, el amor de su vida asesinado, Connie lo ha perdido todo. Pero cuando recibe la visita de una persona que afirma venir del futuro quizás encuentre de nuevo algo por lo que luchar.

Aunque su primera visita a ese futuro sea un tanto decepcionante, y Connie se pregunte dónde están los rascacielos o las megaciudades, a medida que puede escapar de la medicación incapacitante del hospital y recorrer esa sociedad futura podrá comprobar sus muchos beneficios. Ecologista y lleno de igualdad, es un lugar donde no existe el racismo o el sexismo y en el que las decisiones se toman de manera grupal. Un futuro en el que lo niños no son criados por madres sobrecargadas de trabajo, sino por toda la comunidad, que establece todo un sistema completamente diferente e integral de crianza para hacer de cada individuo un ser completo y feliz.

“—Sin esa confianza social, ¡qué carga sería tener criaturas! Las criaturas son descendientes de todo el mundo, preocupación y asunto común, el futuro de todo el mundo”. 

Pero ese futuro esperanzador no es el único posible. En uno de sus viajes, Connie también tiene contacto con un mundo que está tan contaminado que las personas viven encerradas en megaconstrucciones, incapaces de ver el sol. Un porvenir en el que las diferencias de clases solo se han acrecentado de manera que unos pocos tengan todos los recursos y los demás deban hacer todo lo posible para escapar del escalafón más bajo, ese que muere en la superficie de enfermedades o hambre. Es por esa visión distópica tan aterradora que se considera a Marge Piercy como una de las precursoras del ciberpunk. Una de las mejores cosas del libro es que nos invita a reflexionar, puede que evitar que ese horror se convierta en realidad dependa de personas tan comunes como Connie, o nosotros mismos. 

Si bien es cierto que descubrir el futuro de igualdad es fascinante y ver una sociedad a la que aspirar es esperanzador, vivir junto a nuestra protagonista lo que significaba estar encarcelada en un hospital psiquiátrico es aterrador. Creo que pocas veces lo he pasado tan mal leyendo como con el primer capítulo del libro, en el que vemos como injustamente nuestra protagonista termina recluida. No tenía ni veinticinco páginas conociendo a Connie y ya toda la situación de cómo acaba en el hospital me creaba ansiedad real. Piercy logra que empatices tanto con sus personajes que es imposible que no sufras con su dolor, y ante los abusos que no hacen sino ir acumulándose.

“No nací ni fui criada para librar batallas, sino para ser modesta, sosegada, amable. Una sola persona a quien amar. Apenas un pequeño rincón de amor para mí. Solo por ese amor, lo habría soportado todo y nunca habría devuelto el golpe. Habría obedecido. Habría aceptado estar harta, harta de ser pobre, harta de estar enferma, de tener hambre, de estar sola y de que me roben y me utilicen… Pero no tengo nada. ¿Por qué no habría de contraatacar?”.

Futuros a los que aspirar, porvenires a los que temer, injusticias de un sistema que marginaliza a los diferentes, y especialmente a las mujeres que no cumplen el papel impuesto por la sociedad y lo que se espera de ellas… Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy, es una de esas lecturas que te cambian. Desde la crueldad de un mundo que envía a todo el que molesta a los psiquiátricos como si se trataran de deshechos, hasta lo inhumano de probar drogas y terapias en presos y reclusos porque están en una posición de indefensión. El libro es tan crítico con tantos temas que, aunque escrito hace cuarenta años, sigue tan vigente como en el año de su publicación. Gracias a la editorial Consonni por recuperar este clásico imprescindible. También a Helen Torres por esa excelente traducción y a todo el equipo de corrección, no debió ser un proceso fácil trasladar al español ese lenguaje sin sexismo del futuro. No me queda más que recomendarles que le den una oportunidad. Va directo a mis lecturas favoritas del año.

¿Han leído Mujer al borde del tiempo? ¿Les llama la atención?

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