Mala racha, de José Antonio Cotrina

¿Qué pasaría si inmortalidad estuviese casi a nuestro alcance? ¿Si la humanidad cambiase tanto que ya no necesitásemos vivir para siempre en el mismo cuerpo? ¿Si al momento de nacer fuésemos compilados y nos convirtiésemos en discos de identidad que pueden ir cambiando de cuerpo según las modas o los gustos?¿si éstos se convirtieran en un simple accesorio más, objetos con una viva útil determinada que siempre podemos reemplazar, cosas de usar y tirar? Hoy quiero hablarles de Mala racha, de José Antonio Cotrina, una novela corta donde todo esto y mucho más es una realidad. 

"Desde su órbita sobre Ío, Dorada James contemplo la terrible erupción que llegaba y pensó que el infierno se había desatado de pronto, buscando rendir el cielo".

Esta es la historia de Dorada James, una mujer que acaba de empezar a trabajar como celador en Ío, un pequeño satélite repleto de actividad volcánica del que una mega corporación extrae la energía consumida por Europa, la Luna de Júpiter, donde los humanos tienen uno de sus múltiples asentamientos. Ahora que los cuerpos mortales no son un impedimento para los largos viajes especiales y la Tierra no es ya habitable, no hay límites entre las estrellas.

Mientras Dorada se encuentra desempeñando un simple trabajo de mantenimiento en el satélite, realiza un descubrimiento singular. Consigue entre la lava un disco de identidad que, sin importar las terribles temperaturas, aparenta estar intacto. Es el tipo de hallazgo que pondrá su, ya de por si complicada vida, de cabeza; porque no sólo el disco no ha sufrido ningún daño, la persona que lo habita aún está viva y según parece, no ha perdido la cabeza a pesar de haber pasado una larga temporada sin un cuerpo. 

"El ser humano había dado un paso definitivo en su evolución: se había hecho prácticamente inmortal y, de paso, había transcendido del cuerpo físico".

Dorada que había empezado a trabajar como celador, casi como el último recurso, ahora que el cuerpo en el que habita está más allá del umbral de deterioro, que debió ser remplazado hace unos meses pero que no se puede permitir comprar uno nuevo; porque lo poco que gana lo está reuniendo para poder tener una vida mejor, salir de la espiral de desgracias en que se ha convertido su existencia y para mantener al que es el amor de su vida que ya no puede cuidar de sí mismo; de repente tiene ante sí la posibilidad de ayudar a alguien, que luego estaría en la posición de ayudarla a ella a cumplir su objetivo. 

Pero toda acción entraña supone un cierto riesgo y aquí, aunque los beneficios pueden ser muchos, los inconvenientes podrían ser aún mayores. Pero la desesperación de alguien que ya se encuentra al límite la hace aún más temeraria. De ningún modo se podría preparar Dorada para lo que sus acciones acabarían por desencadenar, pues nada es lo que aparenta y de nuevo Cotrina juega con nosotros y nuestras expectativas sin parar, creando un relato tan magnifico como asombroso. 

"No era un héroe nunca lo había sido; solo era alguien que, por un momento, llegó a pensar que la suerte podía cambiar".

Secretos, conspiraciones, amor, una sociedad de consumo donde los cuerpos son simplemente otro objeto de usar y tirar, en el que unos pocos siguen perpetuando el sufrimiento de muchos, donde el cambio de género es normal; Mala racha es un relato crítico y sorprendente con una ambientación espectacular y unos personajes a los que es muy fácil tomarles cariño, en el que José Antonio Cotrina juega con el lector a su antojo y nos deja con el tipo de final en el que no puedes parar de pensar. No me queda hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad ahora que la editorial Apache lo ha publicado con esa espectacular portada de Edu Quizá como parte de su colección Biblioteca de Ciencia ficción en español. Es espectacular de principio a fin.

¿Han leído Mala racha? ¿Les llama la atención?