Hablar de momias es pensar automáticamente en Egipto, en sus pirámides y faraones, por eso tiene tanto mérito encontrar una antología dedicada a ellas, pero que se aleja de las maldiciones faraónicas y nos presente momias en los escenarios menos esperados. En Momias y Embalsamados, siete autores se dedican a crear historias con estos particulares protagonistas, algunos relatos les causarán fascinación y otros simplemente repulsión, todos son asombrosos.
En el interesantísimo prólogo a cargo de Lluís Rueda, se nos cuenta el origen de la palabra momia, se nombran también diferentes libros centrados en las maldiciones surgidos a partir de fiebre egiptológica en el Reino Unido y luego nos habla sobre el por qué nos causan tanta fascinación, pues a diferencia de un vampiro o un hombre lobo, con solo visitar un museo nos poder topar con una momia o incluso podemos terminar convertidos en una de ellas.
El relato encargado de iniciar la antilogía es El Señor de la nada de Víctor Blanco, donde un grupo de conquistadores españoles guiados por el diario de otro colonizador, realizan una loca búsqueda de oro en el desierto de Atacama, sufriendo por el día las inclemencias del sol y por las noches las del gélido descenso de las temperaturas. Exploradores “piadosos” que se preguntan si los indios son personas mientras descubren el Nuevo Mundo. Un relato divertido, diferente y muy crítico, uno de mis favoritos.
Le sigue Cuerpo de niña de Daniel P. Espinosa, ambientado en un futuro donde las personas llevan la adicción a la red a un nivel físico, las venas se tornan negras de estar conectados a un mundo virtual donde los peores pensamientos y los más oscuros deseos se tornan realidad. En medio de todo el Dr. Wesward y su aberrante confesión. Un relato con una ambientación espectacular pero extremadamente duro, tanto por lo que cuenta como por lo que deja intuir, una historia de las que te hacen sentir repulsión.
En el nombre del musgo, Jesús Gordillo nos cuenta la historia de Sebastian Medrano, un bandolero que mientras huye de sus perseguidores termina en un pueblo perdido de León repleto de secretos. Uniendo religiosidad y superstición se crea una historia divertida con un protagonista con unas ideas muy claras (Spoiler alert: Leeremos detalladamente una evisceración)
Luis Guallar en Papel maché nos sitúa en un parque de atracciones de Long Beach. Allí, Sammy Jenkins es un empleado que tras pasar por las diferentes atracciones termina trabajando en la Casa del terror donde una figura de papel maché, que le causa verdadera repulsión, termina siendo el objeto de disputas entre el propietario del parque y un misterioso anciano que declara ser su dueño. Un relato muy visual donde encontraremos “El horror simulando ser algo que simula el horror”
Carcasa de Jorge P. López, nos habla de Jyrki Svenson un joven amnésico de 23 o 24 años y el interrogatorio al que lo tiene sometido un misterioso doctor, a fin de ayudarle a recuperar sus recuerdos. Iremos construyendo la historia de Jyrki junto a él. Un relato inquietante que mantiene la tensión en todo momento y con un muy buen final. Otro de mis favoritos.
El sexto relato a cargo de Guillermo Tato, Descenso a Duat nos habla sobre un periodista obsesionado con un asesino en serie, apodado “El asesino anárquico”. Buscando escribir el artículo perfecto, el protagonista se ve arrastrado hasta una especie de templo subterráneo que se esconde en las entrañas de la cuidad. (Spoiler alert: Punto al autor por incluir un licuefacción cerebral en el relato, sin ella, el libro sobre momias no estaría completo)
Expedición Newton-Jenney de Lluís Rueda, se nos relata cómo un comerciante trata de vender un objeto único al dueño de un circo ambulante en el Noreste de Inglaterra, y para ello debe contar la historia de una expedición a las montañas Black Hills en Dakota del Sur y las consecuencias de la misma. Un cuento de terror con montañas encantadas, indios, héroes del Viejo Oeste y extraños gigantes.
Si les gustan las momias en particular, o las historias de terror en general, deberían darle una oportunidad a esta fabulosa antología, donde todos los relatos tienen componentes para hacerlos pasar un rato diferente, con historias que les darán repulsión, algunas verdaderos escalofríos y otras con protagonistas que los harán sonreír, en Momias y Embalsamados hay para todos los gustos. Puede que cualquiera de nosotros termine algún día en la vitrina de un museo, todo es posible.
¿Han leído Momias y Embalsamados? ¿Les llama la atención?
Muchas gracias por esta reseña tan cuidada, prestando atención a cada relato y también a la Antología en su conjunto. Me alegro de que hayas pasado un buen rato leyendo esta macabra creación =)
ResponderEliminarGracias a ti Víctor, fue toda una experiencia leer los relatos, todos tan diferentes, aunque tenían un tema en común. Me lo pase realmente bien(momentos de nauseas excluidos)
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