Las puertas del infinito, de Víctor Conde y José Antonio Cotrina

Puede que a estas alturas, todos conozcan el amor que le profeso a La canción secreta del mundo, y como su autor José Antonio Cotrina publicaba un libro nuevo este año, su fecha de salida estaba marcada en mi calendario desde el día en que se anunció la noticia. En esta ocasión Cotrina no estará solo, pues en Las puertas del infinito comparte autoría con el talentoso Víctor Conde, y cuando dos grandes de las letras en español se juntan, el desborde de imaginación no tiene igual.

"La verdad es que los hombres son lo que son porque se enfrentan a sí mismos día a día, y no siempre salen vencedores".

Dos autores, dos protagonistas y millares de mundos y secretos por descubrir. Rebeca y Riddly serán los encargados de narrar esta enigmática y compleja historia. Ambos, habitantes de dos lugares totalmente diferentes; parece que lo único que tienen en común es su capacidad para viajar a otros mundos.

Rebeca es una joven esclava, habitante de una ciudad llamada Amalgama y comprada a los catorce años por El Cerrajero. Vive en un mundo llamado Colapso, un lugar donde cientos de realidades colisionan para formar un caos apocalíptico, con vestigios de las civilizaciones que ya no existen y los restos de las que aún sobreviven. Ella es una saltadora que se encarga de visitar diferentes mundos, para así poder buscar los misteriosos objetos que El Cerrajero le encarga en cada misión. 

Riddly por su parte, es un aprendiz de aperimante, el arte que se encarga de ir abriendo puertas a otros mundos. Él vive en un Londres de principios del siglo XX y nació y pasó su niñez en un lugar enigmático: la Mansión Infinita. Un edificio repleto de misterios y puertas que esperan ser estudiadas y descifradas para poder así ser finalmente abiertas. Un joven cuyo mismo nacimiento encierra un gran enigma.

Rebeca y Riddly están destinados a encontrarse y ayudarse, para que el caos que impera en el Colapso natal de Rebeca y los ikaris, unos despreciables seres que consumen mundos y los mortales enemigos que allí hacen estragos con sus gigantes dragones ciudades y sus ansias de conquista, no transformen a Londres en una nueva víctima. 

La novela se encuentra dividida en dos libros. En el primero titulado Deus ex magia, conoceremos a sir Logan Noxville, el más ilustre de los aperimantes, él será el encargado de contarnos buena parte de los secretos de la Mansión Infinita, del funcionamiento de las puertas y cómo tras la apertura de una de ellas, todo cambió. También adiestrará a Riddley en tan complejo arte.

Con capítulos intercalados, iremos cambiando del Londres de Riddley, Logan y de los demás aperimantes, al Colapso de Rebeca, el Cerrajero y del temible Buitre, un hombre que quiso comprar a Rebeca y que desde ese día ha intentado matarla.

“Si convives el tiempo suficiente con el horror acabas acostumbrándote a él”.

Ambas perspectivas son fascinantes y sobretodo ver cómo poco a poco se van relacionando. Descubrir ese Londres repleto de secretos y enigmas, explorar cada nuevo mundo visitado por Rebeca y ver la decadencia de Colapso, perderte en los entresijos de la magia y el principio de la circularidad, dejarte llevar a vientres de monstruos, volar a lomos de dragones, toparnos con Banshees origami o la geografía onírica, palpar casi la desesperación de nuestros protagonistas ante el fin, todo me pareció simplemente espectacular.

Cuando afirmaba al principio de la reseña que la imaginación de Conde y Cotrina no tenía límites lo decía en serio, hay mundos que solo visitamos brevemente y que fácilmente podrían servir de escenarios para muchas novelas más. Cada nuevo lugar del multiverso es único, complejo y asombroso. Además me encantaron las pequeñas referencias a otros mundos literarios (yo me quedo con la del niño que sobrevivió en esa mención al mágico King Cross y esa Nuncalidad, que suena mucho como una palabra que diría cierta niña que crecía o encogía según lo que bebiese o comiese)

Ya nos advertían en la fabulosa entrevista que Fantífica realizó a los autores, que no les engañe el título o la portada. Las puertas del infinito no es una novela de fantasía juvenil, es una historia oscura y adulta, aunque sus protagonistas sean dos jóvenes. Ellos viven inmersos en mundos con elementos mágicos, pero también apocalípticos, repletos de monstruos, seres de pesadillas y acciones que les causarán verdadera repulsión.

Las puertas del infinito es una novela compleja y arriesgada, que no va a gustar a todos los lectores por la inclusión de las escenas realmente truculentas, pero que a mí personalmente me dejó fascinada. Repleta de giros verdaderamente inesperados, luego de que todas las piezas encajen en su lugar solo tienes ganas de aplaudir a Víctor Conde y José Antonio Cotrina. Es una obra con un derroche de imaginación impresionante a la que le deberían dar la oportunidad de sorprenderles.

¿Han leído Las puertas del infinito? ¿Les llama la atención?