Emily Eterna, de M. G. Wheaton

 

¿Qué ocurriría si el Sol empezara a morir cinco mil millones de años antes de lo que los científicos estimaban? ¿Qué pasaría con la humanidad si su fin llegase mucho más rápido de lo esperado? ¿Podría una conciencia artificial encontrar la manera de salvar una raza que parece condenada a la extinción? Hoy quiero recomendarles Emily Eterna, de M. G. Wheaton, una novela de ciencia ficción fascinante protagonizada por una conciencia artificial que quiere ser tratada como una persona y que nos hace cuestionarnos qué significa ser humanos. 

“Teniendo en cuenta aquello a lo que la humanidad ha de enfrentarse pronto, la aparición de un dispositivo con el que la gente pueda afrontar mejor sus traumas se antoja bastante oportuna”. 

Emily es una conciencia artificial, un programa informático altamente sofisticado creado para ayudar a los seres humanos a superar sus problemas y sus traumas. Una especie de superpsicóloga que conectando un chip a cualquier persona tiene acceso ilimitado a su cerebro, con todo lo que eso implica: recuerdos, sueños, esperanzas y miedos. Pero que no por ello se encarga de borrarlos o modificarlos, sino de servir de guía para que sean los afectados quienes encuentren la solución. 

Pero toda esa capacidad de ayuda de Emily y el proyecto que lleva cinco años desarrollándose en un laboratorio del MIT se queda en un segundo plano cuando el fin del mundo se hace inminente. El Sol se está muriendo y al iniciar el libro solo faltan seis meses para que la destrucción de la vida humana tal y como se conoce llegue a su fin con la muerte del astro rey. Pese a que mucha gente se ha resignado porque no hay tiempo suficiente para encontrar una solución que permita la salvación de la humanidad, aún hay un grupo de personas que quiere probar algunas medidas desesperadas. Y puede que Emily y el equipo que la desarrolló sean claves para ello. 

“Si alguien se preguntaba si el apocalipsis serviría para que finalmente al gobierno se le agotaran los acrónimos orwellianos, la respuesta es que no. SECH son las siglas del Servicio Esencial para la Conservación del Hombre. No la «Salvación» ni el «Rescate» (ni, ejem, la «Humanidad»), sino la semánticamente turbia «Conservación»”. 

Aunque en un principio Emily se oponga por su naturaleza a una de las posibles soluciones, principalmente porque considera que es muy poco ético lo que le piden que haga desde el gobierno, finalmente, accede a seguir ese plan siempre y cuando ella pueda establecer ciertas restricciones. Pero no serán pocos los que viendo el potencial de lo que nuestra protagonista puede lograr con sus capacidades casi ilimitadas quieran aprovecharse de ello. Pronto, lo que debería ser un plan sencillo de realizar, se convierte en una huida desesperada en la que primero debe mantenerse lejos de aquellos que la quieren utilizar con fines turbios y también para encontrar una solución mejor, una manera de evitar que el solcalipsis acabe con la humanidad.

Dividido en cuatro libros y repleto de acción, una de los puntos que más me sorprendió de Emily, además de todo el humor e ironía que desprende, es que una de las cosas que experimenta mientras trata de ser y actuar como una humana más es el amor. Lo que empieza como un enamoramiento en la distancia de un joven al que observa en sus paseos por el campus, aunque él sin el chip que permite interactuar con la conciencia artificial sea incapaz de verla o de saber que existe, se va transformando en algo más. 

“Quiero ver el mundo. Quiero formar parte del mundo. No, necesito ver el mundo y formar parte de él.

Antes de que sea demasiado tarde”. 

Una conciencia artificial, el apocalipsis, traiciones, conspiraciones, poshumanismo, amor, evolución… Emily Eterna, de M. G. Wheaton, es una novela adictiva y repleta de acción que nos muestra a una protagonista carismática que, aunque no es humana, hará hasta lo imposible para salvar a la humanidad de la extinción. Mención especial a la traducción de Raúl García Campos que es excelente. Yo he disfrutado muchísimo con todos los giros de la trama y con esa Emily que, repleta de humor, nos recuerda lo maravilloso y complejo que es estar vivo. Si están buscando una novela de ciencia ficción diferente, tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Emily Eterna? ¿Les llama la atención?