¿Qué pasaría si de manera repentina te convirtieras en la embajadora de tu estación? Si gracias a tus conocimientos y dominio del lenguaje fueses elegida para convertirte en la representante de tu pequeña estación minera en el corazón de un gigantesco imperio galáctico llamado Teixcalaán. Si tu trabajo allí consiste en tratar de mantener independiente tu hogar, libre de las garras de una superpotencia que no para de anexar sistemas planetarios y culturas. ¿Qué ocurriría si lo que había sido el sueño de tu vida, se convierte en una pesadilla cuando descubres que tu antecesor fue asesinado y que quizás tú serás la siguiente en morir? Hoy es mis lecturas del #LeoAutorasOct les quiero recomendar Una memoria llamada imperio, de Arkady Martine, la novela ganadora del premio Hugo en 2020 que acaba de ser publicada en español gracias a Nocturna Ediciones con la traducción de Ismael Attrache.
«En Teixcalaán, jamás cesan estas cosas: los mapas estelares y los desembarcos».
El libro nos cuenta la historia de Mahit Dzmare, una joven de veintiséis años que es nombrada la embajadora de la estación espacial Lsel y, como tal, debe viajar al corazón de Teixcalaán para sustituir al antiguo representante de la estación minera en la capital del imperio. Teixcalaán es una superpotencia, un inmenso imperio galáctico que ha crecido durante siglos conquistando planetas y culturas. Llevando sus naves de guerra, sus acuerdos comerciales y su “civilización” a todos los rincones del espacio conocido. De momento, la pequeña estación minera de Lsel ha conservado su independencia al encontrarse en el borde de los límites más lejanos de la superpotencia, pero quizás no puedan conservar su autonomía mucho tiempo más.
Mahit debe viajar a La Ciudad, la capital en el corazón de Teixcalaán. Una ecumenópolis, es decir, un planeta completamente urbanizado y conectado para que se convierta en una metrópolis gigantesca que abarca todos los territorios. La Ciudad es considerada la joya del imperio, el mundo, ya que en el idioma teixcalaanlí las palabras para ciudad, mundo e imperio son la misma. Un lugar con el que nuestra protagonista siempre ha soñado luego de leer tanto sobre él, ver películas y hologramas. Después de estudiar durante años la lengua y la literatura teixcalaanlíes. Una mega metrópolis que está controlada por una inteligencia artificial que se encarga de que todo funcione a la perfección, desde los trenes magnéticos hasta la seguridad. Pasando por las tuberías, los ascensores y todas las puertas de la urbe.
«Sé un espejo —se dijo otra vez—. Sé un espejo cuando te enfrentes a un puñal; sé un espejo cuando te enfrentes a una piedra. Sé todo lo teixcalaanlí que puedas, y sé tan de Lsel como puedas, y… Ay, joder, respira. Eso también».
A fin de que Mahit pueda moverse por la Ciudad y cumplir con su papel de embajadora se le asigna un enlace cultural: Tres Posidonia. Una joven que forma parte del Ministerio de Información, y que se encargará de guiar a nuestra protagonista por los entresijos de ese planeta donde por su origen solo se le considera una bárbara. Una mujer que no tiene el aspecto de los ciudadanos del imperio, ni sus costumbres. Que es mucho más alta que ellos, con la piel más clara, los ojos de otro color, y que sonríe con la boca y enseñando los dientes. No como los teixcalaanlies, los verdaderamente “civilizados”, que son inexpresivos y solo sonríen con los ojos.
(Ilustración de Victo Ngai para la cubierta de la edición de Subterranean Press)
El complicado trabajo de Mahit en el corazón del imperio no hace sino volverse una pesadilla cuando descubre que predecesor fue asesinado. Encontrar quién mató al embajador Aghavn Yskandr y cuáles fueron los motivos de su muerte puede que sea lo único que evite que la nueva embajadora tenga la misma suerte y se convierta en una víctima más. El gran problema es que Mahit creía que iba a contar con una ayuda de un implante especial que en la ciudad nadie sabe que existe. Pero digamos que algo sale mal y la asistencia en la que aspiraba apoyarse se hace inaccesible para ella. Así que debe arriesgarse a encontrar aliados en el corazón de una corte que está viviendo momentos tumultuosos.
«A lo mejor el ambiente agradable bastaba para que toda una población aceptase su cautividad por voluntad propia».
Lejos de ser un imperio consolidado y estable, en el corazón de Teixcalaán se están enfrentando a las posibles consecuencias que tendrá la sucesión cuando el emperador Seis Dirección deje su cargo. El hombre que gobierna todo el vastísimo imperio tiene ya ochenta y cuatro años, y quién se convertirá en su reemplazo cuando llegue el momento está creando un clima de inestabilidad que podría acabar con la paz y la armonía que hasta ese momento gozaba la potencia galáctica. Y si la estación de Lsel no quiere verse devorada por las fauces de ese “aliado” cada vez más inestable Mahit debe encontrar la manera de que los secretos que guarda la estación sean la salvación para su pueblo.
(Ilustración completa de Jaime Jones para la cubierta oficial del libro)
Es imposible resumir y hacerle justicia a todos los elementos que tiene el libro. Desde ese imperio de inspiración bizantina y azteca (con los sacrificios de sangre como elemento importante para la cultura de Teixcalaán). La forma en la que se forman los nombres en el imperio. O la manera en la que la poesía, la literatura y las referencias forman una parte indispensable no solo del mundo y del imperio, sino del día a día de sus ciudadanos. Hay en el libro hasta un concurso de poesía en la corte que tiene un tono tan político que solo quieres aplaudir. La autora pone tanto énfasis en las intrigas políticas como en la forma en la que el lenguaje puede ser (y es usado) como arma entre tantas conspiraciones. Sin dejar de resaltar la manera en la que se siente para Mahit ser una bárbara, una extranjera, en un lugar que desprecia todo lo que no es civilizado. Sin importar cuánto amor siente ella por el idioma o la literatura de ese sitio en el que nunca podrá encajar del todo y ser considerada una igual.
«Teixcalaán se aproximaba a un punto en que estaba próximo a devorarse a sí mismo».
Planetas, imperios, asesinatos, guerras, poesía, IA, anexiones, intrigas, secretos… Una memoria llamada imperio, de Arkady Martine es una novela alucinante y llena de intrigas políticas que hará que sea imposible parar de leer. Con una ambientación asombrosa y llena de detalles que nos hacen maravillarnos una y otra vez. Sin olvidarnos de los personajes: Mahit es la protagonista indiscutible, pero Tres Posidonia, Aghavn Yskandr e incluso Doce Azalea nos robarán un poco el corazón. Por no hablar de Diecinueve Azuela, el tipo de aliada tan peligrosa y letal que nunca sabes qué está pensando o si puedes o no confiar en ella. Estoy deseando que la editorial publique el segundo libro de la bilogía Teixcalaán porque todo apunta a que será tan épico como esta primera parte. Si están buscando un libro de ciencia ficción con un universo complejo y lleno de secretos e intrigas tienen que darle una oportunidad.
¿Han leído Una memoria llamada imperio? ¿Les llama la atención?
Hola, nver !!: una duda, comentaron que este volumen era de lectura autoconclusiva... ¿es así ...?. Gracias por tus reseñas y un abrazo
ResponderEliminarHola, Álvaro. No es un libro autoconclusivo, es la primero de una bilogía. La editorial Nocturna ya confirmó que traerían también la segunda parte.
EliminarSaludos, gracias a ti por pasarte y comentar.
Gracias !!
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