¿Cómo sería crecer cuidando de tu madre enferma? Tener diecinueve años y nunca haberla oído hablar, moverse o mirarte a los ojos. Dedicar todos tus días a atender las necesidades de ese cuerpo en decadencia, destrozado de diversas maneras y superviviente de una tragedia de la que nadie habla (sin importar cuántas veces preguntes). Vivir en una pequeña isla de Irlanda en la que todo el mundo te evita y te teme. Soñando con tener otra vida y una familia normal, pero sin ninguna clase de esperanza. Hoy quiero recomendarles Donde yo termino, de Sophie White, la obra que ganó el premio Shirley Jackson de 2022 a mejor novela. Una historia brutal e incómoda, que nos llevará a preguntarnos hasta qué punto los lazos de sangre, así como las relaciones de cuidado y dependencia, pueden transformarnos.
«De noche mi madre cruje. La casa cruje con ella. A través de la fina pared que compartimos puedo oír como le gorgotean las hechuras por todo el cuerpo, igual que el agua por las paredes de la casa. Odio ese sonido… el gorgoteo obliga a pensar en sus desechos, en sus necesidades».
El libro nos cuenta la historia de Aoileann, una joven de diecinueve años que vive en una pequeña y remota isla de Irlanda. La clase de comunidad cerrada en la que todos se conocen y de la que casi nunca ha salido. Un sitio que parecería ideal por su belleza salvaje, pero es un lugar en el que todos la desprecian y la evitan. Como si hablar con ella pudiera hacerles daño, causarles alguna especie de maldición. Si el rechazo de todos no fuese suficiente tortura, a nuestra protagonista le toca cuidar junto a su abuela paterna a su madre enferma. Una mujer a la que nunca ha visto hablar, caminar o sonreír. Un cuerpo destrozado del que debe hacerse cargo, día tras día, porque si lo descuidan solo tendrán más trabajo más tarde, como siempre le recuerda su abuela.