¿Qué harías para recuperar la relación que tenías con tu esposa? Una conexión que se ha ido debilitando cada vez más desde que perdieron a tu hijo en un accidente. ¿Qué pasaría si volver a la casa de campo donde pasabas tus veranos cuando eras un niño no es la solución que esperabas para sanar tu matrimonio? ¿Si las advertencias veladas que todos te hacen en el pueblo tienen una base real? ¿Qué pasaría si el pasado que olvidaste regresa para atormentarte? Hoy quiero hablarles de La decadencia de las cosas delicadas, de Beverley Lee una novela gótica que tiene muchos de los elementos que me encantan: casas encantadas, pueblos pequeños, secretos, mitología y fantasía oscura. Libro que nos llega con la traducción de José Ángel de Dios.
«Su decisión de volver allí de visita le había parecido una buena idea. Quería disfrutar de unos días apacibles con Faye, mostrarle los lugares que había explorado de niño. Quería volver a conectar con ella, hacerla sonreír de nuevo, demostrarle que ambos podían salir airosos de aquella pérdida mientras se estuvieran el uno al otro».
Dividido en dos partes el libro nos cuenta la historia de Dan y Faye, un matrimonio londinense que, tras perder a su hijo adolescente en un accidente, se encuentra en crisis. Dan es un hombre que se siente culpable y que se atormenta pensando en cómo se despidió de su hijo Toby con un asentimiento de cabeza (porque estaba enfrascado en su trabajo), sin saber que esa sería la última vez que lo viese. Un esposo que no sabe cómo lograr que su mujer supere la pérdida de ese hijo. Así que cuando Dan recibe la noticia de que tras la muerte de su tía Lucinda heredó la casa de campo donde pasaba todos los veranos cuando era niño, decide que dejar la ciudad y el hogar que les recuerda a su hijo puede ser lo que necesitan para empezar a sanar.