A Mary Wollstonecraft la conocí al indagar más sobre la vida de una escritora que me encanta: Mary Shelley. Y es que Wollstonecraft es la madre de la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, pero también es mucho más. Fue una escritora y filósofa inglesa. Una pionera del feminismo que en 1792 escribió Vindicación de los derechos de la mujer. Un libro en el que argumentaba que las mujeres no eran por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecían serlo porque no recibían la misma educación. Una idea totalmente revolucionaria para su época. Así que no pude alegrarme más al descubrir el libro del que les quiero hablar hoy: Wollstonecraft. El principio siempre es hoy, de Ricard Ruiz Garzón, un tributo a su legado en el que se une un episodio real de la vida de autora con una historia de aventuras fantásticas en la que las leyendas escandinavas juegan un papel fundamental.
«Yo no soy nadie, solo una nota a pie de página.Os lo advierto porque voy a contar una aventura extraordinaria, y no es la mía. Es la de alguien que sí merece vuestra atención: la más excepcional de las mujeres de su tiempo. Esa a quien hoy llaman “bruja”, “hiena”, "monstruo”. Ni muerta dejan su alma en paz».
El libro lo narra Margueritte Fournée, una muchacha que creció en un orfanato y que, tras vivir semanas oculta en un ático durante los momentos más convulsos de la Revolución Francesa, termina por convertirse en la niñera de Fanny, la hija de un año de Mary Wollstonecraft. Puesto que la autora se encontraba en Francia durante esos años para escribir sobre la revolución y un encuentro fortuito de Margueritte con Mary W. transformó la vida de esa jovencita, que pronto quedó prendada de la fuerza que irradiaba la filósofa. De sus ideas y de su particular forma de ver la vida.