Hoy les traigo por aquí la reseña de un libro que es muy especial para mí. No solo porque es la entrega final de una serie de novelas cortas que, como ya saben, me han enamorado. Sino también porque desde la editorial Duermevela me pidieron que colaborara escribiendo el posfacio que acompaña a la edición. Se trata de El ascenso a lo divino, de Neon Yang, el cuarto y último libro de la alucinante Saga del Tensorado. Historia que, al igual que sus predecesoras, cuenta con una preciosa cubierta ilustrada por Yuko Shimizu y la excelente traducción de Carla Bataller Estruch.
«¿Cómo cuento la historia de la mujer que redujo el mundo a cenizas a su alrededor y lo reconstruyó a su imagen y semejanza, cuando es también la historia de mi desamor más grande y profundo?».
En esta cuarta entrega, le autore Neon Yang no solo vuelve a cambiar de estilo y de protagonista, sino que decide contarnos la historia y el trasfondo de la principal villana de la saga: Sanao Hekate. Pero los detalles del ascenso y la caída de la temida protectora los vamos a conocer a través de una especie de monólogo en un bar que será relatado por Lady Han, la líder de Les maquinistas. Una mujer para la que Hekate no solo era su mayor enemiga, sino también el gran amor de su vida.