In the Nevernever: El dios caído, de Gareth Hanrahan

El dios caído, de Gareth Hanrahan

17 julio 2024

 


¿Hasta dónde llegarías para buscar una cura que pueda salvar a un mejor amigo? ¿Qué harías si tres fuerzas diferentes se disputan el control de tu ciudad? ¿Qué estarías dispuesto a hacer para cumplir con la misión que te asigna el dragón al que has jurado servir? ¿Qué arriesgarías con el objetivo de vengarte de la persona que te hizo perder tu poder y tu posición? ¿Qué sacrificios harías para mantener una paz en una ciudad que está a punto de ser destrozada por la terrible guerra de los dioses? Hoy quiero hablarles de El dios caído, de Gareth Hanrahan. El tercer libro de la fascinante serie de fantasía oscura El legado del hierro negro que podemos disfrutar en español gracias a la maravillosa traducción de David Tejera Expósito.

«La ciudad ha escapado de la destrucción y de la conquista gracias a que ha invitado a todos sus posibles conquistadores a compartir el tesoro».

Antes de empezar a hablarles del libro tenemos que aclarar algo, aunque en la sinopsis de la página de la editorial empieza con un «Llega el final de la saga de fantasía más oscura de los últimos tiempos» resulta que Gareth Hanrahan aclaró que El legado del hierro negro no es una trilogía, sino una serie que tendrá más libros. El dios caído realmente no es el final. El autor aún está trabajando aún en la cuarta entrega y, aunque yo no he encontrado información sobre la fecha de salida en inglés de esa nueva novela esperemos que no tarde mucho en publicarse y podamos volver a Guerdon pronto porque menudo final nos deja aquí… Pero no nos adelantemos. Si aún no conocen este mundo lleno de dioses locos, magia, alquimistas, monstruos y conspiraciones les dejo mis reseñas de las dos primeras entregas: La plegaria de la calle y Los santos de sombra para que las lean y salgan a su librería más cercana a buscarlos luego.

Una de las cosas que me sorprendió más gratamente es que en El dios caído volvemos a tener a Cari, a Carillon Thay como narradora. Aunque era la protagonista indiscutible de La plegaria de la calle, con los cambios de narradores y protagonistas que tuvimos en Los santos de sombra casi no la pudimos ver. Ahora en esta tercera entrega no solo podemos volver a contar con ella como una de nuestras principales puntos de vista, sino que la podremos acompañar mientras deja Guerdon con el propósito de buscar una cura que le ayude a salvar a su amigo Spar.

«En Guerdon era imparable, joder. Era la Santa de las Dagas. Era invencible gracias al apoyo de los milagros de Spar, quien también la protegía y recibía en su lugar todas las heridas que le infligían».

Ese viaje de Cari nos permitirá no solo conocer aún más de su pasado como pirata, esa etapa que vivió cuando escapó de Guerdon por primera vez. Sino que también nos dará la oportunidad de presenciar a su lado las consecuencias directas de la Guerra de los Dioses en los otros territorios. Hanrahan hace un trabajo maravilloso al mostrarnos lo que está ocurriendo en ese mundo que ha creado y que no para de crecer en cada entrega, a fin de maravillarnos y asombrarnos. Porque los dioses locos que están en conflicto son aterradores y parece que ahora Cari uno de sus objetivos. Las acciones de nuestra protagonista para defender a Guerdon de los ataques directos de las divinidades la han puesto en el punto de mira del panteón de dioses de Ishmere y ahora están deseando activamente acabar con ella.

Sin embargo, no serán solo los dioses los que quieren matar a Cari. Precisamente uno de sus enemigos directos será otro de nuestros narradores: Artolo. Él es el antiguo jefe de los Ghierdana, un pirata que perdió el favor del dragón al que servía cuando nuestra protagonista con la ayuda de Spar lo derrotó en Guerdon y lo expulsó de sus calles. Mutilado por su derrota y ansiando vengarse, el despiadado Artolo hará todo lo posible (y hasta lo imposible) para acabar con la vida de Cari. Los capítulos narrados por él son tan demenciales como su obsesión por vengarse de la antigua Santa de las Dagas.

«Siente que su consciencia se hace pedazos otra vez, afectada por el tamaño inmenso de Nueva Ciudad. Se ha vuelto demasiado grande como para albergarlo a él. Su mente es como una arañita que intenta tejer una tela de araña alrededor de toda la ciudad».

Otro narrador que regresa es Spar. Ese ladrón transformado por en ese milagro de piedra que es la Nueva Ciudad. Que experimenta cómo su mente se sigue perdiendo y fragmentando. Hasta que encuentra una nueva persona que le sirva de ancla y que lo ayude a no perderse. Es aquí donde les tengo que presentar a Rasce, un príncipe Ghierdana. Uno de los elegidos del dragón que ahora está en Guerdon, disfrutando del armisticio que evitó que la ciudad fuese saqueada por los extranjeros y que la dejó dividida en tres zonas muy diferenciadas. Cada una a manos de una de esas potencias que, aunque estén en guerra, allí viven en un extraño equilibrio que permite que cualquiera que rompa la paz, sea atacado por las otras dos naciones.

Así que ahora Guerdon no es una ciudad neutral alejada de la guerra, sino una urbe que para evitar ser saqueada, destruida y borrada del mapa, se encuentra dividida en tres zonas. Un lugar que sobrevive dejando que las tres principales potencias en guerra hagan negocios allí, contrarrestando su poder entre ellas. Con los dioses locos de Ishmere llenando los antiguos templos en un lado, los militares y los muertos vivientes de Haith al otro, y por último la zona de ocupación de Lyrix con sus terribles dragones en los territorios de la Nueva Ciudad. Todo mientras los alquimistas siguen creando las poderosas armas que se usan en la Guerra de los dioses y que son la fuente de la riqueza de Guerdon.

«―No nos conocemos ―dice el capitán―, hasta que caemos. Confundimos nuestras circunstancias del día a día, el precario equilibrio en el que nos sustentamos, con lo que somos en realidad. No llegas a conocerte hasta que no te enfrentas solo a la tormenta».

Nuestro último narrador será Barton Hedason, un miembro de la Hermandad, ese grupo de ladrones de Guerdon al que también pertenecía Spar y que conoce todos los secretos de la ciudad y cómo moverse por ella. El aliado que Rasce necesita a fin de poder cumplir con las órdenes del dragón al que sirve: hacerse con el control de los suministros de una sustancia que es imprescindible para que los alquimistas puedan hacer sus armas. Barton es el tipo de hombre que sueña con que Guerdon sea un sitio seguro para los marginados, la gente humilde. Esos que no importan a los que mandan, pero que son el corazón de la ciudad. Sin embargo, a él siempre se le ha dado mejor seguir órdenes que ser un líder.

Con múltiples protagonistas y viajando desde el corazón de Guerdon hasta tierras inmensas en las batallas de los dioses, en El dios caído nos veremos de nuevo metidos en medio de un conflicto que parece que nunca tendrá fin. En el que todo el mundo tiene su propia agenda, y en el que hay tantas conspiraciones y juegos políticos para hacerse con el poder que es imposible no verse sorprendidos una y otra vez. Si bien es cierto que este libro me pareció un poco más lento que los anteriores, (puede ser porque los conflictos grandes tardan más en llegar) lo he disfrutado muchísimo de igual manera y no quería que se me terminara. Ahora no sé cuánto tendremos que esperar antes de poder ver qué pasará con esa ciudad y con todos los demás protagonistas. Porque sí, aquí la ciudad de Guerdon es un personaje más.

«No es un dios ni un monstruo conjurado como un kraken, dependiente de fuerzas invisibles y que responde a reglas arcanas. No, el dragón es tan real como ella, e igual de libre, pero muchísimo más fuerte y más poderoso. Tan real como las campanas de Guerdon».

Dioses locos, dragones, alquimistas, hechiceros, piratas, venganza, conspiraciones… El dios caído, de Gareth Hanrahan es un libro de fantasía oscura fascinante que nos sorprende nuevamente. Que amplía aún más el alucinante mundo que ya conocía y nos lleva a conocer más y más secretos en esta guerra de los dioses que casi destroza a Guerdon y que parece inevitable. Aunque disfruté mucho de volver a tener a Cari como narradora, me hizo falta contar más con la perspectiva de Eladora (que en Los santos de sombra sí que logró brillar). Estoy deseando ver qué más nos tienen preparado Hanrahan en el próximo libro de El legado del hierro negro porque menudo final nos deja aquí. Si quieren leer fantasía oscura llena de imaginación, monstruos y prodigios tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído El dios caído? ¿Les llama la atención?

Más reseñas del autor:


4 comentarios :

  1. Muchas gracias por tu reseña, me encanta, pero tengo una duda (ya que las secuelas no están escritas aún): ¿te deja muy con la miel en la boca el final..? ¿no puede leerse como un libro con un final, más o menos, abierto...?. Gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que se cierra una etapa de la historia pero quedan demasiados hilos abiertos. El final es un cliffhanger gigante para un par de personajes, así que nos quedamos con ganas de más. Yo no lo veo como un cierre, se nota que no es una trilogía sino que este queda como un libro intermedio.

      Vale la pena leerlo aunque para el cuarto aún tengamos que esperar.

      ¡Saludos!

      Eliminar

Blog design by Mery's Notebook