Hay autores que te cautivan con cada obra que publican. Esos capaces de crear mundos totalmente nuevos o de reimaginar el nuestro para hacerlo sorprendente. Precisamente en lo segundo es todo un experto el escritor del que le quiero hablar hoy: P. Djèlí Clark. Un historiador con una capacidad única para crear versiones alternativas alucinantes de lugares y momentos históricos que todos conocemos. En su nueva novela corta Los Tambores del Dios Negro nos hará viajar a una Nueva Orleans steampunk para conocer a unas protagonistas de las que no se olvidan.
«La magia de los antiguos dioses afrikanos, decía mi mama, forma parte de esta ciudad, sepultada como está entre sus huesos y sus raíces, entre los esclavos que la levantaron, y convierte el suelo, el aire y los ríos en tierra sagrada. Pero olvidamos los nombres que llegaron con el poder que trajimos con nosotros».
El libro nos cuenta la historia de Jacqueline (aunque ella prefiere que todos la llamen Trepadora) una jovencita de unos trece años que vive en las calles de esa Nueva Orleans alternativa de 1884 imaginada por Clark. Una huérfana que sobrevive robando a los pasajeros despistados o poco cuidadosos que llegan en dirigibles a la ciudad. Una chica que sueña con subir a uno de esos artefactos voladores y recorrer el mundo. Cambiar su escondite en Les Gran Murs, los murallones de hierro que cercan la urbe por completo y la protegen de las terribles tormentas que llegan cada año, por un puesto en la tripulación de Ladrona de Medianoche.
Sin embargo, para que Trepadora pueda unirse al equipo de la famosa aeronave contrabandista primero deberá ganarse la confianza de su capitana Ann-Marie. Mientras trata de conseguirlo descubre un secreto que puede facilitar su misión. Un grupo de rebeldes de la Unión desean secuestrar a un científico haitiano que tiene en su poder una poderosa y mítica arma llamada Los Tambores del Dios Negro. Un artilugio que en esa versión de la historia fue clave para lograr primero la liberación de Haití, así como después la de las demás islas caribeñas (conocidas aquí como las Islas Libres), del control de los franceses y los ingleses.
«Esas tormentas negras que ahora llegan todos los años… son los vestigios del Trueno de Changó que quedan en el cielo. Los científicos hounganes de Haití dicen que bastó con liberar ese poder una sola vez para trastocar el clima».
No obstante, que esa poderosa arma caiga en manos de la facción esclavista de la guerra no solo pondrá en peligro la paz que se vive en Nueva Orleans (que es considerado un territorio neutral e independiente), o el destino de los esclavos que aún hay en esos fallidos Estados Unidos, sino realmente a todo el mundo. Porque las consecuencias de usar nuevamente esa arma pueden ser catastróficas para el clima. Por ello, Trepadora empieza a tener visiones muy realistas que le envía Oiá, la diosa africana del viento y la tormenta. Una deidad que la acompaña desde que nació en una noche tormentosa y que la hace tener dones.
Así, una chica dispuesta a demostrar su valor se unirá a una valerosa capitana que también guarda sus propios secretos en una misión para rescatar a ese científico haitiano y evitar que la temida arma llegue a las manos equivocadas. Para ello contarán con la ayuda de dos monjas ancianas que parecen saber todos y cada uno de los secretos de la ciudad y también de una niña llamada Féral, una chiquilla que aunque no habla conoce los pantanos como nadie y eso la convierte en la guía perfecta, pero con la que hay que tener cuidado con ella porque muerde.
«Puedes darle la espalda a las milenarias diosas afrikanas, pero al final siempre dan contigo cuando les parece oportuno».
Dioses, dirigibles, armas mágicas de destrucción masiva, esclavitud, revolución… Los Tambores del Dios Negro, de P. Djèlí Clark es una novela corta sorprendente y muy original. Un libro lleno de aventuras y secretos, y ambientado en un mundo alternativo rico y alucinante. Uno en el que los dioses que los esclavos africanos trajeron de su tierra empiezan a despertar tras la liberación de Haití y llenan al mundo de magia orisha para cambiarlo paso a paso. Ojalá haya más historias así de potentes en tan pocas páginas.
Me gustaría destacar la excelente traducción de Raúl García Campos así como la increíble ilustración de la cubierta que es obra de David G. Vaquero. La novela además viene acompañada por un interesante posfacio de Cristina Jurado. Es el cuarto libro del autor que leo y solo puede desear que lo sigan publicando en español. Si aún no le habéis dado una oportunidad a P. Djèlí Clark es el momento de para hacerlo.
¿Han leído Los Tambores del Dios Negro? ¿Les llama la atención?
Más reseñas del autor:
Está en mi punto de mira desde que leí el Tranvía 015 y "Ring Shout, nuestro cántico". Es un autor genial y me alegro mucho de que lo estén traduciendo a nuestro idioma.
ResponderEliminarSí, de verdad que es una suerte que nos estén llegando sus novelas porque escribe fenomenal. Sé nota que sale de los temas que plantea y hace que descubrir sus mundos alternativos sea todo un viaje.
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