Luna. Luna de Lobos, de Ian McDonald

El año pasado Luna. Luna Nueva de Ian McDonald fue una de mis mejores lecturas, me impresionó mucho la capacidad del autor de Manchester, de presentarnos a una sociedad creíble que se había establecido en la hostil Luna y la había transformado en su hogar, describiéndonos cómo las cinco familias apodadas “dragones” habían creado un imperio donde absolutamente todo es negociable y en el que hasta por cada respiración se debe pagar. Por ello, Luna. Luna de lobos, su continuación, era uno de mis libros más esperados del 2017 y les puedo asegurar que ha cumplido todas mis expectativas y mucho más, creo que es incluso mejor que su predecesor, que no es decir poco. Pónganse cómodos pero no bajen la guardia, hoy regresaremos a la Luna.

“Todo está en movimiento. Todo forma parte del gran baile”.

El libro empieza con una especie de prólogo donde retomamos la acción justo después del final de Luna. Luna Nueva, así que si aún no han leído el inicio de la trilogía, paren de leer esta reseña porque contendrá spoilers del primer libro y visiten su librería más cercana para encontrarlo, si necesitan más razones les recuerdo que pueden leer mi reseña aquí.

Después del final de infarto con el que Ian McDonald termina la primera novela, Luna. Luna de lobos empieza con Lucas Corta al borde de la muerte, pidiéndole a la tripulación del ciclador Santos Pedro y Pablo que lo lleven a la Tierra. Huyendo de la matanza y la destrucción que los Mackenzie habían causando cuando se apoderaron de la empresa Corta Helio y se encargaban de asesinar a todos los miembros de la familia Corta que fuese posible, Lucas buscó refugió en el espacio y pidió asilo a la familia Vorontsov para poder poner en marcha el plan que le permitiría recuperar lo que era suyo y de su familia.

En el ciclador se entera hasta qué punto llegó el caos sembrado por los Mackenzie, las muertes de sus hermanos Rafael y Carlihos, la destrucción Boa Vista el hogar de los Corta, como los miembros más jóvenes de la familia que habían sobrevivido fueron rescatados por Asamoh que siempre fueron sus aliados, mientras sus dos hermanos sobrevivientes se ocultan en paradero desconocido. Los Sun habían logrado su meta, que un tercero destruyese a los Cortas en su lugar. Para poder poner en marcha su plan, Lucas tienen claro su objetivo: se debe preparar para viajar a la Tierra aunque todos digan que eso es algo físicamente imposible para cualquier nacido en la Luna, y en el satélite todos deben creer que ha muerto, incluso los miembros de su familia. 

“Los Corta ya no existen; están dispersos, aniquilados, muertos”

Año y medio más tarde vemos como tras el ataque a los Corta, Robson de solo trece años y que antes era un Corta, es ahora un rehén de la familia Mackenzie, pues el repulsivo Bryce, el ambicioso hijo menor de la familia de procedencia Australiana lo adoptó, pero pronto las cosas cambian de nuevo, un inesperado ataque a Crucible, el tren gigantesco que cruzaba la Luna en busca de la luz del sol para que nunca parara la producción de metales y la sede del poder de los Mackenzie, acaba con la vida del patriarca de la familia y con la de cientos de personas más, dando pié a que se inicie una guerra entre sus dos hijos Dunkan y Bryce por el control de la empresa.

Es fabuloso que en las cincuenta primeras páginas Ian McDonald se encarga de recordarnos todo lo ocurrido en el libro anterior, sin tener que dar largas explicaciones, pero teniendo en cuenta que lo leímos hace casi un año, así nos presenta de nuevo al mundo y el orden que ahora lo rige para inmediatamente después hacerlo volar por los aires para crear otro sistema desconocido donde las reglas han cambiado. 

“No hace falta buscar; no hay nada que rescatar. O se vive o se muere a manos de la Luna”.

Aquí no contaremos solo con la narración de los miembros de la familia Corta, podremos oír las voces de algunos de los Mackenzie, de los Asamoa, y también de los intrigantes Sun, casi todos los dragones tendrán su momento de relatarnos los hechos desde su punto de vista, y esta narración coral hace que apreciemos aún más los grandes y pequeños conflictos que hacen de la Luna un lugar tan hostil. Cada familia busca su propio beneficio, pero también vamos más allá, dentro de cada familia hay facciones con intereses propios, cada individuo ansía poder y hará lo que sea necesario para obtenerlo, sin importar las consecuencias. Además, se nos presentan nuevos personajes que harán de la Luna un lugar aún más interesante.

Nos reencontraremos también con los viejos conocidos, Wagner, el lobo de la familia Corta que ahora no es más que un buen trabajador, Ariel que sigue sin poder caminar y escondida por Marina lejos de los peligros, pero también de las comodidades a las que estaba acostumbrada. Lucasinho que parece seguir siendo tan irresponsable como antes pero con un corazón aún más grande y con la bella Luna, la menor de los Corta, que se adapta muy bien a la viva con sus rescatadores los Asamoh. Ver cómo ha cambiado su vida y por todo lo que han tenido que pasar es fascinante, pero lo que les espera es incluso mejor.

“Ahí arriba luchamos y morimos; construimos y destruimos, amamos y odiamos, y vivimos vidas de una pasión que escapa a vuestra comprensión”

Cuando crees que Ian McDonald no puede sorprenderte más, en el tramo final estalla un conflicto con unas dimensiones tan grandes que es imposible de imaginar, el tipo de problemas que puede cambiar absolutamente todo en la Luna a una escala difícil de concebir, así que nunca podemos dar absolutamente nada por sentado, porque no hay nada seguro ni previsible bajo la Luna de lobos. De nuevo la traducción de José Heisenberg (o quien o quienes se escondan bajo el seudónimo) es maravillosa y que se complementa a la perfección con el trabajo de corrección de Alexander Páez y la revisión de las galeradas por Antonio Torrubia.

Venganza, guerras civiles, golpes de estado, conflictos a pequeñas y a gran escala, personajes complejos movidos por anhelos y ambiciones de toda clase, luchas por la supervivencia, traiciones, amor y desamor, Luna. Luna de lobos es un libro adictivo en el que nada es previsible, que te mantiene pegado a sus páginas porque es imposible no sentirse atraído por la cruel Dama Luna, y por cada uno de sus habitantes. Ahora que de nuevo han cambiado las reglas del juego, para mi leer el tercer libro es una necesidad. Si aún están dudando, mi recomendación es que le den una oportunidad a Ian McDonald para que los sorprenda, las probabilidades de que lo logre son muy altas.

¿Han leído Luna. Luna de lobos? ¿Les llama la atención?