¿Qué ocurriría si tuvieras un poder que no puedes controlar? ¿Cómo sería tener un don y no querer utilizarlo para hacer daño, aunque todos esperen a que lo hagas? ¿Qué implicaría crecer en unas tierras en conflicto constante con sus vecinos? ¿Vivir temiendo los poderes que los demás dominios puedan usar sobre ti y los tuyos? Para terminar con mis reseñas del #LeoAutorasOct de este año nada mejor que volver a leer a una de mis autoras favoritas. Hoy quiero recomendarles Los dones, de Ursula K. Le Guin, el primer libro de la trilogía de fantasía Anales de la Costa Occidental.
«Procedía de muy lejos al sur, más allá de Algalanda, donde las historias de las Tierras Altas son solo eso: historias, viejos rumores de las lejanas tierras del norte, donde vivían brujos malvados en montañas heladas y hacían cosas imposibles».
Esta es la historia de Orrec, un chico con los ojos sellados al que conocemos cuando tiene dieciséis años y un forastero llega a su aldea. Nuestro protagonista vive en las Tierras Altas, en un dominio en el que su padre es el brantor, es decir, la máxima autoridad del lugar porque su «don» es el más fuerte. En este mundo creado por Le Guin existen los dones, poderes que se heredan de padres a hijos y de madres a hijas, y que son diferentes según el linaje del que se proceda. Pero en las Tierras Bajas nadie cree ya en los dones de los pobladores del lejano norte, solo piensan que son historias de brujos que no tienen nada de verdad en ellas.
A través de Orrec descubriremos la dura vida en las montañas. Con dominios que siempre están en conflictos unos con otros y también estableciendo alianzas que permitan hacer más fácil la vida en las heladas y difíciles montañas. Entre los poderes encontramos que hay familias que son capaces de llamar a los animales, otras que pueden causar ceguera, sordera o mudez. Uno de los enemigos declarados de los caspro, la familia de nuestro protagonista, es Ogge de Drummant, quien tiene el don del deterioro lento. Pero el poder más terrible y poderoso de todos los dones es precisamente el que tiene el padre de Orrec, llamado Canoc, y que nuestro protagonista debe heredar: el poder de deshacer.
«—Para controlar tu don tienes que usarlo —dijo Canoc, todavía con aquella amabilidad que debilitaba mi resolución.—No quiero usarlo.—Entonces puede que él te use a ti».
Aunque su padre entrenó a Orrec desde muy pequeño, de manera que aprendiese a usar su don cuando este se manifestara al crecer, en el momento en el que finalmente aparece es un poder que nuestro protagonista no puede controlar. Así que deberá tomar una decisión que cambiará su vida radicalmente: debe taparse los ojos y renunciar a la vista para así no utilizar sus habilidades sin querer. Una que puede causar la muerte de aquel que mire por error o provocar la destrucción de todo lo que quede a su vista. Pero con esta dura decisión no estará solo, contará con la ayuda y el apoyo de Gry, su mejor amiga, una joven de su edad que tiene el don de llamar a los animales, pero que no quiere usarlo para atraerlos a las cacerías, que es lo que todos esperan de ella.
Otro personaje que nos permitirá descubrir que existe más allá de las Tierras Altas con sus poderes y rencillas es Melle, la madre de Orrec. Una mujer de las Tierras Bajas que se casó con su padre tras una incursión de Canoc a su pueblo. Una madre amorosa que les enseña a Orrec y a Gry a leer y escribir, a descubrir el poder de las historias. Que llena su vida con algo más que las obligaciones de los dominios y la responsabilidad del don.
«¡No puedo controlarlo! ¡No puedo hacerlo cuando quiero y cuando no quiero hacerlo lo hago! ¡No me atrevo a mirarte! ¡No me atrevo a mirar nada!».
Poderes, conflictos, historias dentro de historias, deber, amor… Los dones, de Ursula K. Le Guin es un libro que nos muestra un mundo que queremos explorar con detenimiento. Y a desear descubrir más sobre esos extraños dones, y las guerras que desatan en un entorno que hace la vida de sus habitantes tan complicada. Una novela que nos habla sobre las expectativas que imponen los padres a sus hijos y cómo estás pueden destruir o condicionar sus vidas. Así como del poder que tienen las historias y la lectura para ampliar nuestros mundos. Me he quedado con muchas ganas de leer la segunda parte. Todo indica que las aventuras de Orrec y Gry no han hecho más que empezar.
¿Han leído os dones? ¿Les llama la atención?
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