Imaginen dejar tu vida y a tu familia detrás para viajar a un París opresivo y distópico con el objetivo de trabajar en la empresa más grande del país. Cambiar tu apacible vida en el campo a fin de vivir en una ciudad que ha perdido las estaciones y que debido a la contaminación se ha transformado en un sitio frío y gris. Sentirte incómodo y fuera de lugar hasta que un encuentro casual con un chico soñador transforme tu nueva realidad en una llena de posibilidades. Hoy quiero hablarles de Seremos de cobre, de Maeva Nieto, un maravilloso retelling de la ópera «La Bohème» de Puccini, con una vuelta de tuerca fantástica y queer.
«Aunque duele, ya no hay miedo.
Ruud no es humo. Es viento. Es el viento que arrastra las nubes y da paso a la primavera.
Voy a seguirle».
Dividida en tres actos, la novela está protagonizada por Ruud, une matemátique de veinticinco años que deja su tranquila vida en el sur de Francia y a su familia para ir a trabajar a París. Ambientada en a mediados de un siglo XVIII alternativo en el que la contaminación de las principales ciudades del mundo ha causado que pierdan las estaciones y los colores, transformándolas en páramos grises en los que es muy difícil ver el cielo, y en los que la nieve cae sucia y tan gris como todo lo demás. Nuestro protagonista recibe una oferta que no puede rechazar: Industrias d'Arsonval, la empresa más grande del país, le ofrece un puesto de trabajo. Así que con una maleta, llega repleto de expectativas solo para descubrir que la ciudad está llena de injusticias y huelgas.