In the Nevernever: Mascota, de Akwaeke Emezi

Mascota, de Akwaeke Emezi

07 octubre 2022

 


¿Cómo sería vivir en un mundo donde todos los monstruos hubiesen sido eliminados? En una ciudad utópica sin cárceles, sin corrupción. En un lugar así vive Jam, feliz y sin preocupaciones hasta que llega un ser que pone en entredicho toda su seguridad. Porque esa criatura ha venido a cazar un monstruo. Pero ¿cómo puedes derrotar algo que todo el mundo afirma que ya no existe? Para mi segunda recomendación del #LeoAutorasOct de este año quiero hablarles de Mascota, de Akwaeke Emezi. Una novela preciosa y más que necesaria.

«—Los monstruos no se parecen a nada en especial, doux-doux. Esa es la cuestión. Ese es el problema».

La novela se sitúa en Lucille, una ciudad que tras vivir una revolución es un lugar libre de monstruos. Allí, los llamados ángeles, personas que tuvieron que hacer todo lo necesario para acabar con la corrupción y las injusticias de los políticos y de todos los monstruos cotidianos que poblaban sus calles, los hogares y los colegios, cometiendo todo tipo de actos viles. Jan creció sin tener que sentir miedo por esos seres, la discriminación, o las injusticias. Era una adolescente trans de quince años que vivía feliz sin saber que esa burbuja de seguridad se resquebrajaría muy pronto.

La llegada de Mascota pondrá su vida patas arriba. Es ser salido de un cuadro que pintó su madre, y posee un aspecto totalmente aterrador: lleno de plumas, pelos, garras y cuernos. Una criatura que abandonó el lienzo donde fue pintado porque tiene una misión: tiene que cazar un monstruo y Jam debe ayudarle a encontrarlo. El problema es que nadie cree que existan más monstruos en Lucille. Todos prefieren pensar que tras la revolución ya nada malo ocurre en sus calles ni en las familias. Por ello cuando Mascota le dice a Jam que el monstruo que debe cazar está en casa de su mejor amigo, Redemption, la información es muy difícil de asimilar.

«La verdad no cambia, tanto si se ve como si no, le susurró en la mente. Una cosa que esté pasando pasará, tanto si la miras como si no. Y sí, quizá sea más fácil no mirar. Quizá sea más fácil decir que, como no la ves, no está pasando».

Pero incluso si sus padres no crean que Mascota tenga razón, Jam decidirá no arriesgarse a enviar de vuelta a la criatura sin comprobar si existe un monstruo o no en la casa de su mejor amigo. Aunque conozca a toda su familia y sea difícil de aceptar que entre esas personas exista alguien haciendo algo atroz. Deberá aprender a mirar y buscar lo que no se ve, porque no queremos verlo. Y la biblioteca así como la información que allí descubran serán claves para saber qué buscar y dónde mirar, aunque sea doloroso.

Le autore nigeriane hace un trabajo excelente para hablarnos de un tema tan importante como el abuso infantil. Usando un lenguaje que por momentos es muy poético pone foco en una realidad difícil y muy fácil de ignorar: los monstruos que pueden esconder las familias y el daño que sufren los más pequeños y vulnerables por parte de aquellos que deberían cuidarlos. Y cómo la información puede ser clave para detectarlo. Pero tenemos que mirar, aunque de miedo y duela.

«No quería luchar ni formar parte de una nueva revolución; solo pretendía ayudar a su amigo, en caso de que corriese peligro».

Otro de los aspectos más destacables del libro es la construcción de sus personajes y sus relaciones. Emezi crea a una serie de protagonistas complejos y diversos que hacen a la historia todavía mejor. Jam es una chica trans que recibe el apoyo de su familia desde que es una niña. Sus padres son amorosos, aunque un tanto protectores. Como de pequeña se negaba a hablar su padre le enseñó la lengua de signos y la mayoría del tiempo es lo que usa para comunicarse. Su mejor amigo tiene tres adres, uno de elles es una persona no binaria. El bibliotecario que es otro de sus amigos está en una silla de ruedas. Todos son pequeños detalles nos hablan de lo diverso que es el mundo en la vida real y no podría gustarme más lo natural que queda en la narración.

Monstruos, ángeles, cazadores, una ciudad utópica, familia, amigos… Mascota, de Akwaeke Emezi es una novela de las que deja huella. Una que todo el mundo debería leer. Que nos habla de monstruos reales y del abuso infantil de una manera en la que se pone el foco en detectarlo y ayudar a los más indefensos ante una situación que nadie quiere reconocer que pasa. Que muchos prefieren creer que no ocurre, como si negando su existencia se pudiese borrar. Un libro que está escrito de una manera poética y nos deja con esperanza. Además, la edición es preciosa y la traducción de Carla Bataller Estruch está muy cuidada. Ojalá este libro llegue a todos los colegios e institutos. Gracias a Crononauta por apostar por estas historias tan importantes y necesarias. ¡Leedlo!

¿Han leído Mascota? ¿Les llama la atención?

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