No sé cómo lo hacen ustedes, pero yo siempre me guardo una lectura especial para comenzar el año. Mi 2023 empezó con una historia de una de mis autoras favoritas. O siendo más específica, con la primera novela que publicó en 1966, recuperada ahora en la biblioteca de autor que edita Minotauro con la traducción de Rafael Marín. Se trata de El mundo de Rocannon, de Ursula K. Le Guin. El primer libro del Ciclo de Hainish, esa serie de ciencia ficción en la que la autora estadounidense ambientó muchas de sus novelas (y que también se conocen como Ekumen, el nombre de la confederación galáctica de mundos habitados por seres humanos que vamos a ir descubriendo libro a libro).
«¿Cómo distinguir la leyenda de la realidad en estos mundos que se encuentran a tantos años luz de distancia? Planetas sin nombre, a los que sus habitantes llaman simplemente El Mundo, planetas sin historia donde del pasado se ocupan tan solo los mitos y el viajero que regresa descubre que sus actos de pocos años atrás se han convertido en gestos de un dios».
El libro empieza con un maravilloso prólogo titulado El collar. Allí descubriremos desde la perspectiva de una habitante de un mundo poco avanzado tecnológicamente cómo es un viaje estelar. Así como el encuentro con los que en su planeta llaman los señores de las estrellas. Nuestra protagonista se embarca en una aventura en la que intentará recuperar el collar que representaba la riqueza y el poder de su familia, pero sin imaginar las consecuencias reales que tendría ese viaje que para ella solo duró un par de días.
La novela, que luego se encuentra dividida en dos partes, nos cuenta la historia de Gaveral Rocannon. Él es un etnógrafo de la Liga de los Mundos que se encontraba explorando el planeta Formalhaut II para realizar el primer estudio completo de las diferentes razas que allí viven cuando su equipo fue aniquilado por un enemigo de la Liga. Con todos sus compañeros muertos, sin nave o medios con los que comunicarse con sus aliados fuera del planeta, Rocannon tiene ahora una nueva misión: viajar al remoto sur hasta la base de sus enemigos para usar su ansible y advertir a la Liga de la traición, así como la ubicación de los rebeldes.
«Fueran quienes fueran estas gentes que habían bombardeado una nave de exploración desarmada apenas la avistaron, evidentemente pretendían explorar el planeta y apoderarse de él para colonizarlo o para fines militares».
Una de las particularidades del remoto y poco explorado planeta Formalhaut II es que tiene tres especies de vida inteligente diferentes, cada una con sus propias características. Aunque ninguna era avanzada tecnológicamente hasta el momento en el que llegaron los exploradores de la Liga. Consiguiendo la ayuda de un pequeño grupo, liderado por uno de los arrogantes y valerosos señores que habitan las tierras del norte Rocannon empieza un viaje hasta el lejano sur que estará lleno de peligros y retos.
Otra de las características de ese planeta es la baja gravedad, por lo que hay gran cantidad de animales alados y voladores. Precisamente en una especie de gatos gigantes con alas empezará Rocannon su travesía al sur. Una en la que se topará con seres que parecen avanzados tecnológicamente por el estilo de las construcciones que realizan, pero que representarán uno de los mayores peligros a los que la partida de exploración tendrá que hacer frente. También se topará con alguien que le enseñará a comunicarse con la mente, pero ese don no llegará sin pagar un altísimo precio.
«Eran una raza jactanciosa, los angyar: vengativos, arrogantes, obstinados, incultos y carentes de formas en primera persona para decir “soy incapaz”. En sus leyendas no había dioses, solo héroes».
Aventuras, mitos, héroes, guerra, sacrificios… El mundo de Rocannon, de Ursula K. Le Guin es un libro de ciencia ficción alucinante que por momentos se lee como fantasía. Uno en el que el viaje del héroe transformará a nuestro protagonista en una leyenda, no solo dentro del planeta en el que realiza su gesta, sino igualmente en la Liga de los Mundos, que también reconocerá su sacrificio. Es una novela que habiendo leído ya otras de las obras del Ciclo de Hainish te hace ver como muchas de las semillas que luego explotaría Le Guin posteriormente a fondo ya estaban aquí.
¿Han leído El mundo de Rocannon? ¿Les llama la atención?
Más reseñas de la autora:
¡Hola! Yo también intento siempre que mi primera lectura del año sea un libro que tenga bastantes papeletas para gustarme mucho y así empezar más motivada. Este que nos traes no creo que sea para mí porque no suele gustarme la ciencia ficción. Un besote :)
ResponderEliminarMe parece perfecto empezar así el año, motivación y lecturas que nos hacen felices ♥
Eliminar¡Besos!