La doctrina del fuego, de Toni Cifuentes

 

¿Alguna vez se han preguntado cómo nace una religión? ¿Han sentido curiosidad por descubrir cómo aparecen nuevos cultos o mesías? ¿Se han preguntado cómo inician los mitos? Hoy les quiero recomendar La doctrina del fuego, de Toni Cifuentes, una divertidísima novela que une un variopinto conjunto de elementos para mostrarnos de primera mano el nacimiento de una secta (de lo más cuestionable) que idolatra a un monstruo y adora el fuego.

«Era la época de los castillos, de los caballeros y de las batallas sangrientas que duraban años. Era el tiempo de los monstruos y de la magia».

Dividida en tres partes y narrada de manera coral, iremos siguiendo a un grupo de personajes que nos mostrarán la manera en la que una serie de hechos aislados dan nacimiento a un culto que pretende cambiar los cimientos del mundo en el que se desarrolla la historia. Los primeros tres capítulos parecen casi relatos cortos aislados, pero a posteriori descubriremos la forma en la que están relacionados y terminan por convertirse en las semillas de esa doctrina del fuego al que hace referencia el título del libro.

Un caballero un tanto obeso y aburrido, un conejo, un caballo, un claro en un bosque, un imponente pino y la repentina aparición de un monstruo aterrador que tiene predilección por consumir equinos, son el punto de partida. La aparición de caballeros y eruditos que viajarán al claro para hallar respuestas sobre el terrible ser, y se encontrarán ante lo imposible. Sucesos que serán elementos perfectos para explicar a través de cuentos y superstición hechos que de otra manera son indescriptibles e incomprensibles.

«El mundo era todavía grande y desconocido, y los cuentos, no la ciencia, pretendían explicar sus misterios».

Y en el medio de todo ello estará Ignatius, un pirómano que ve en la existencia del monstruo del claro y su crueldad, la justificación filosófica que necesita para crear su propia religión. Pero no será una tarea fácil. Aunque él tenga claro que debe fundar una iglesia para adorar al Monstruo del Fuego, convencer a los demás para que compartan su visión requerirá de aliados inesperados como un viejo titiritero con ideas mercantiles que primero despreciará (pero que quizás terminará por aplicar) o incluso, podría necesitar la ayuda del rey.

Otro de nuestros protagonistas principales será Her, un joven que se criará en medio del culto y que luego tendrá que cuestionarse todo lo que cree saber, sobre el monstruo y sobre su propia vida. Porque una religión que no permite que objetes nada, que evita que hagas preguntas mientras creces y que esconde secretos, no es el lugar ideal en el que desarrollar una mente crítica. ¿Si todo lo que crees puede ser mentira cómo sigues adelante? ¿Qué decisión debes tomar? A estas y otras preguntas deberán hallar las respuestas ustedes mismos durante la lectura. Si tengo que poner una pega al libro es que me habría gustado encontrar más personajes femeninos, su protagonismo en la novela es muy limitado.

«No hay mejor mentira que aquella en la que se mezcla con sabiduría y mesura la verdad».

Monstruos, caballeros, pirómanos, brujas, hongos gigantes, extraterrestres, contadores de estrellas… La doctrina del fuego, de Toni Cifuentes, es una novela repleta de humor en la que no faltan ni las aventuras, ni las escenas más truculentas, ni una buena dosis de ironía y mucha crítica. Escrita con un lenguaje rico, a la novela además la acompaña un ensayo de autoría dudosa que permite un análisis pormenorizado de la obra, uno que aunque está presentado en clave de humor expone mucho de lo que el autor pretendía al hablarnos de la creación de una religión. Si están buscando una novela con la que pasar un buen rato, dadle una oportunidad.

¿Han leído La doctrina del fuego? ¿Les llama la atención?