El año pasado, uno de mis mayores descubrimientos fue El morador, de Daria Pietrzak. Una novela inquietante que nos mostraba que incluso los lugares más luminosos pueden estar llenos de horrores. Una lectura que entró directamente entre mis favoritas. Así que para mí la publicación de la segunda novela de la autora estaba llena de expectativas. Expectativas que se vieron más que cumplidas. Hoy quiero recomendarles Inanición, una de esas lecturas de terror que es mejor hacer de día. Preferiblemente antes de que la oscuridad y las sombras hagan su aparición.
«Los habitantes de la humilde pedanía de San Nicolás conocían el sufrimiento de primera mano, habían sentido en sus propias carnes el mordisco del hambre voraz y el azote del frío, pero habían logrado resistir y reponerse de los golpes de la vida».
Podemos afirmar que esta es la historia de Lucas y Sam. Una pareja de recién casados que ven la mudanza a un pequeño y remoto pueblo como la oportunidad perfecta de empezar de cero. Dejar atrás una vida precaria y asfixiante en la ciudad por la posibilidad de algo mucho mejor. O al menos así piensa Lucas. Un optimista empedernido que arrastra a su joven esposa a la antigua casa de su abuelo en San Nicolás. Un pueblo del que nunca habían oído hablar. Pero, cuando Lucas encontró entre las pertenencias de su padre ausente unas llaves y una vieja fotografía del hogar familiar, sintió materializados sus deseos: una oportunidad real de ser feliz.
Por su parte, Sam decide a regañadientes aceptar el descabellado plan de su marido. Aunque la idea de alejarse de su familia, amigos y todo lo que conocen para internarse en un pueblo diminuto le parece descabellada, decide acompañarle. Quiere compartir el optimismo de Lucas ante esa empresa que tan segura está que terminará por fracasar. Así, entre capítulos intercalados narrados desde las perspectivas de una y otro, veremos cómo la pareja se enfrenta a ese nuevo comienzo. A la llegada al remoto lugar y a su primer contacto con la casa. Y su visión, actitud y sensaciones sobre todo lo que implica ese viejo caserón y el pueblo mismo es tan diferente que sabemos desde el principio que las cosas acabarán realmente mal.
«La casa ansiaba su llegada y la presentía, llamándolo con una débil voz que casi parecía oír, como si hubiera echado de menos la presencia de su legítimo dueño y se alegrara de tener a alguien de nuevo entre sus cuatro paredes».
En realidad, el verdadero protagonista de este libro es el propio San Nicolás. Todos los secretos y horrores que oculta ese pueblo polvoriento en medio de interminables campos de cultivos sin vegetación. Sus calles desiertas, con las ventanas y puertas cerradas. La derruida escuela en la colina. El siniestro bar de la plaza con la azada abandonada en su entrada. La imponente y vandalizada iglesia en la que los santos y los cuadros no tienen cara. Los oscuros y secos pozos que se encuentran desperdigados en la pedanía. La amenazadora casa de los Jasper. Los pocos habitantes que aparecen y desaparecen sin que Sam pueda realmente hablar con ellos. Y lo más importante, las sombras que llegan junto a la noche para transformarlo todo.
Porque cuando la oscuridad hace su aparición, lo hacen también seres con dientes afilados y un hambre que parece no tener fin. El pueblo, que representaba una segunda oportunidad para Lucas y Samanta, no es el lugar ideal que el joven pensaba. Es un sitio que está lleno de secretos, rencores, odios y monstruos de clases muy diferentes. Porque el mal que recorre esas calles hambriento no se engendró solo. Ir descubriendo cada uno de esos muchos misterios nos permitirá entender la magnitud de todo el horror al que se enfrentan los pobres incautos que han caído en sus redes.
«Aquel pueblo ocultaba mucho más de lo que mostraba bajo la luz del día y había respuestas esperándome, escondidas en los rincones sombríos, pero aún no sabía si estaba dispuesta a mirar dentro de esa oscuridad».
Pietrzak hace verdadera magia con sus palabras. El libro se encuentra dividido en cinco partes y cuenta con unas descripciones muy visuales que te hacen muy fácil imaginar las polvorientas calles. Las oscuras tormentas y la ceniza que parecen cubrirlo todo. También a los crueles niños en la vieja escuela, a la desafortunada Jacinta la grande. Pero, especialmente, toda esa transformación que sufre el pueblo cuando se va la luz. En el momento en el que las sombras y todos su peligros campan a sus anchas. A la novela la acompañan el prólogo de Jesús Gordillo y un posfacio de David Calpa. Además de pequeñas ilustraciones y unas fotografías que son el complemento perfecto para la historia.
Casas y pueblos malditos, monstruos, secretos, odios, crueldad, horror… Inanición, de Daria Pietrzak, es una novela inquietante que no parará de sorprendernos. Una que nos muestra el horror hambriento y aterrador que se esconde en un pueblo remoto, pero que posee unas raíces que poco tienen que ver con la sobrenatural y sí mucho con lo peor de la condición humana. Que, además, nos muestra todo el horror más mundano de cómo una pareja que parece feliz se empieza a distanciar porque la relación se deteriora de la noche a la mañana y son incapaces de reconocerse. Si les gustan las historias de terror, tienen que darle una oportunidad a Daria Pietrzak. Yo me quedo de nuevo con ganas de leer todo lo que publique.
¿Han leído Inanición? ¿Les llama la atención?
Otra reseña de la autora:
¡Holaaaa!
ResponderEliminarVeo que esta autora es un must para todos aquellos lectores a los que les guste el terror y las historias inquietantes, terroríficas.
La verdad es que no es mi género desde luego, no se si me animaré.
¡besotes!
Hola, no sé que pasaba con el blog pero me acabo de dar cuenta que no me mostraba tus comentarios. La autora es buenísima, es increíble como crea sus historias. Vale la pena darle una oportunidad.
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