Fuego y sangre, de George R.R. Martin e ilustrado por Doug Wheatley

Ahora que llegó a su fin Juego de tronos, la mega producción de HBO que adaptó a la pequeña pantalla las novelas que hasta ahora están publicadas de Canción de hielo y fuego, la pregunta que se hacen buena parte de los seguidores es qué leer mientras se publican los dos libros que aún faltan para terminarla. Una muy buena opción es el libro del que les quiero hablar hoy: Fuego y sangre, de George R. R. Martin e ilustrado por Doug Wheatley, el primer volumen que reúne la historia de la dinastía Targaryen y su reinado sobre Poniente.

“Aegon Targaryen no conquistó los Siete Reinos de la noche a la mañana; transcurrieron más de dos años entre el desembarco de Aegon y su coronación en Antigua, que ni siquiera puso fin a la Conquista, ya que Dorne seguía sin dejarse someter”.

Escrito por el archimaestre Gyldayn de la Ciudadela, este primer volumen nos narra todo lo acontecido desde la llegada de Aegon I el Conquistador, hasta la subida al trono de Aegon III, conocido como el Veneno de Dragón. Estos son los primeros ciento treinta y un años de reinado de los Targaryen y comprenden no solo la conquista de los Siete Reinos, sino también un hecho que marcó el inicio de la caída en desgracia de la dinastía de los señores de dragones: la cruenta guerra civil llamada la Danza de Dragones. 

Una parte de lo que en este primer volumen nos cuenta ya lo conocemos por las referencias que aparecen en los libros de Canción de hielo y fuego, pero aquí se narran con una profundidad mucho mayor. Así, tenemos la oportunidad de descubrir a los Targaryen no solo como conquistadores, sino también en su papel de gobernantes con sus muchos aciertos y con sus errores. Y quizás lo que me parece aún más interesante, los podemos ver en su faceta más humana, como padres, madres e hijos. Como niños o niñas que crecerán para ser reyes o deberán ocupar ese cargo tras una fatalidad, algunos incluso verán como su derecho de sucesión le es arrebatado y tratarán de ganarlo de vuelta sin importar las consecuencias.

“Por primera vez desde la Maldición de Valyria, en el cielo lucharon dragón contra dragón, mientras, a sus pies, comenzaba la batalla”. 

Dividido en veintitrés capítulos, seremos testigos del inicio de la dinastía que regiría a Poniente durante unos trecientos años antes de los hechos narrados en Juego de tronos. A mí particularmente me gustó averiguar más sobre los tres míticos conquistadores: Aegon, Rhaenys y Visenya. Ver cuál era la dinámica de la relación de esos hermanos que además de reyes eran esposos y como esta a su vez determinó la relación que tendrían los hijos de ellos, que causó no pocos males como las ansias de poder y la crueldad de Maegor. Descubrir cómo el trono va cambiando de manos de generación en generación se vuelve tan adictivo como desentrañar las miles de conspiraciones que se van entretejiendo a lo largo de todo Poniente.

Presenciar cómo los conflictos por la sucesión se van agravando cada vez más cuando se favorece la subida al trono de un sucesor hombre sin respetar el derecho de las hijas mujeres, va creando el caldo de cultivo perfecto para la llegada de la Danza de Dragones y dos facciones de la familia logran que todo el reino forme parte de una cruel y cruenta guerra que tiene consecuencias fatales, no solo para los nobles y los ciudadanos de a pie, sino sobre todo para los propios Targaryen que ven mermada no solo su familia, sino su posesión más preciada y la fuente de buena parte de su poder: los dragones. 

Observaremos así mismo los conflictos entre la fe y el trono de hierro. Como el matrimonio entre hermanos tan común para los Targaryen supuso luchar una guerra contra lo que proclamaba el culto a los siete, que se fue ganando no solo con violencia sino también con astucia. Aquí tengo que hablarles de Alysanne, una de mis reinas favoritas. Esposa de su hermano el rey Jaehaerys, se casan por amor y se encargan de reinar escuchando a su pueblo. Fue ella, por ejemplo, la que logró que se aboliera el derecho de pernada tras oír los relatos de las doncellas allí donde ella y el rey visitaban a sus súbditos. 

“«Serás un gran rey, aún más grande que tu padre», le dijo Alysanne la última vez que estuvieron juntos. No lo sabía. ¿Cómo iba a saberlo?”.

Intrigas, traiciones, tragedias, amor, odio, luchas de poder… Fuego y sangre funciona como una especie de libro de historia, que muchas veces nos da diferentes versiones de un hecho para que sea el lector el que determine cuál es el más verosímil. Es un adictivo puzle que nos muestra todas las conspiraciones que se esconden tras cada reinado para conservar o conseguir el poder. Además, las ilustraciones de Doug Wheatley son el complemento perfecto para la historia. Mención especial también merece todo el equipo de traductores: Natalia Cervera, Adela Ibáñez, Virginia Pérez, Antonio Rivas, Virginia Sáenz, Paco Vara y Juan Zuriaga que tuvieron que trabajar a contra reloj para conseguir que el libro se pudiese publicar en español de manera simultánea a su lanzamiento en inglés. 

Fuego y sangre, de George R. R. Martin, nos presenta el juego de tronos y de poder en su máxima expresión. Además, nos recuerda que en esa familia de conquistadores y reyes la grandeza y la locura son las dos caras de una misma moneda. Es un libro repleto de personajes interesantes y de guiños y secretos para todos los lectores de Canción de hielo y fuego. Yo me he quedado con ganas de leer el segundo volumen que comprenderá los sucesos más recientes y directamente relacionados con Juego de tronos (por ejemplo el reinado de Aerys II el Rey Loco) y también a los años que se corresponden con las historias de El caballero de los siete reinos (pueden leer mi reseña aquí), uno de mis libros favoritos de Martin por sus dos entrañables protagonistas. Si necesitan más de los entresijos de Poniente, aquí tendréis una muy buena dosis.

¿Han leído Fuego y sangre? ¿Les llama la atención?