Ahora que llegó a su fin Juego de tronos, la mega producción de HBO que adaptó a la pequeña pantalla las novelas que hasta ahora están publicadas de Canción de hielo y fuego, la pregunta que se hacen buena parte de los seguidores es qué leer mientras se publican los dos libros que aún faltan para terminarla. Una muy buena opción es el libro del que les quiero hablar hoy: Fuego y sangre, de George R. R. Martin e ilustrado por Doug Wheatley, el primer volumen que reúne la historia de la dinastía Targaryen y su reinado sobre Poniente.
“Aegon Targaryen no conquistó los Siete Reinos de la noche a la mañana; transcurrieron más de dos años entre el desembarco de Aegon y su coronación en Antigua, que ni siquiera puso fin a la Conquista, ya que Dorne seguía sin dejarse someter”.
Escrito por el archimaestre Gyldayn de la Ciudadela, este primer volumen nos narra todo lo acontecido desde la llegada de Aegon I el Conquistador, hasta la subida al trono de Aegon III, conocido como el Veneno de Dragón. Estos son los primeros ciento treinta y un años de reinado de los Targaryen y comprenden no solo la conquista de los Siete Reinos, sino también un hecho que marcó el inicio de la caída en desgracia de la dinastía de los señores de dragones: la cruenta guerra civil llamada la Danza de Dragones.
Una parte de lo que en este primer volumen nos cuenta ya lo conocemos por las referencias que aparecen en los libros de Canción de hielo y fuego, pero aquí se narran con una profundidad mucho mayor. Así, tenemos la oportunidad de descubrir a los Targaryen no solo como conquistadores, sino también en su papel de gobernantes con sus muchos aciertos y con sus errores. Y quizás lo que me parece aún más interesante, los podemos ver en su faceta más humana, como padres, madres e hijos. Como niños o niñas que crecerán para ser reyes o deberán ocupar ese cargo tras una fatalidad, algunos incluso verán como su derecho de sucesión le es arrebatado y tratarán de ganarlo de vuelta sin importar las consecuencias.